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martes, 30 de agosto de 2011

El cuento que la urna me confeso




Aquí esperando que transcurra por los poros de la sangre

el  amanecer de un proceso electoral en una esquina

de la garganta de mi país. Republica Dominicana.

Aun con los ojos disecados de esperanza, empuñando

banderas sin rostros y entre consignas corruptas

embarren  paredes de estómagos enclavados

en agonizante lodo democrático…

Bien temprano se desayuna el sol, con el sudor del grito

de unos vendedores de frutos del campo.  

Se desplazan a pies y en triciclos,

por  calles y callejones de la miseria nacional.

Estos presidiarios de la  moral, nunca  han descansado en sus sueños

estos sufragantes, mueren  en su canto de marchanta…

Que largo este transito al poder

donde esta la verdad del discurso dilatado en el vidrio del rostro

estamos caminando en los minutos del verano, mientras

candidatos presidenciales, predican en  rodillas del hambre

con miras a sembrar de nuevo la corrupción y el crimen

en  lluvias matinales

Aquí sentado, reposando el hambre  

donde por siglos, todo  un pueblo deposita su voto

en las garras del viento.

En este país, descalzo

donde huracanes y tormentas tropicales

depositan  hojarascas en el estomago

de  miseria electoral. Ahí crece,

en verdad la esperanza nacional

En la  cuenca del Caribe

banderas y sangres flotan

en la moral del tiempo electoreros

Zopilote democrático

Pisoteando estos discursos



Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Martes 30 de verano, 2011

















                     

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