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domingo, 3 de abril de 2022

¡El rincón de los párrafos…!

 

Tu eres mi esmeralda

 


 2 mins ago Danilo Correa - Director Ejecutivo





Viviente en el cristal emotivo y perenne de mi yo

quiero remar y  llegar al corazón de tu arena, hasta perderme

en la dulce fosa, lámpara inmortal del amor


Cielo, llevo en mis manos verdes corolas para enclavarla en el paladar

del inmenso volcán que llevas en tu cintura de mujer




Búscame, en el desierto y en la piel del incendio

donde acariciamos el prado del silencio

así, sembramos cataratas madrugadoras de jazmines


Quiero pasear mis manos en cada imaginación de tu deseo

y en cada esquina de tu respiración, pescar el agua descalza

vertida por tu felicidad


Amor, permite que las raíces de esta tarde, caminen en la llovizna de tu acantilada boca, santuario sagrado,

donde retozan nuestras antorchas vivificadoras de olas atracadas en muelles, éxtasis de profunda paz…


Pero nosotros iremos nadando sobre estas tempestades deshojadas, hasta donde nos lleven estos versos,

construidos sobre tu cuerpo sin hojas ni temores


Yo seré la vergüenza y el sonido de campanas viajeras entre bosques y lagos de tus venas

eres esmeralda en cuyas grandezas habitan riachuelos y madrugadas preñadas de golondrinas donde

guitarras se desangran de amor. Mi eterna gaviota


Autor: Ramon Danilo Correa


Nota:

Este poema, esta registrado y protegido según leyes de

la Republica Dominicana,

en la oficina de derecho de autor.


jueves, 31 de marzo de 2022

CDP invita a la familia gremial a la Feria Popular con “INESPRE”

 


Decía Facundo Cabral:



La vida no te quita cosas: te libera de cosas… te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.

De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.

No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.


No hay muerte… hay mudanza. 

Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel,

Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados. 


Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.


Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: 

si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)… y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la 

vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.


No estás deprimido, estás desocupado. 

Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. 

Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. 

Da sin medida y te darán sin medida.

Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. 

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. 


El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. 

Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?


Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.


Espero les guste. Un duende.

No hay muerte… hay mudanza. 

Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel,

Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados. 


Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.


Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: 

si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)… y si le ganas, serás más humilde, más agradecido… por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la 

vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.


No estás deprimido, estás desocupado. 

Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. 

Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. 

Da sin medida y te darán sin medida.

Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor. 

Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. 


El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. 

Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?


Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.


Espero les guste. Un duende.

Poematica del tiempo