Y la noche se hizo gigante
Y atrapamos oscuridades con nuestros susurros.
Y taladrado cada milímetro del denso espacio con los gemidos salidos de nuestras carnes.
Y nuestros ojos bisquearon mientras escudriñabamos los temblores de nuestras emociones al dejarla salir a flote para gritar libertad con nuestras turbias miradas.
Y fueron los segundos los perfectos dictadores de las agónicas palabras que se decían sin sentido.
Y de pronto, el canto de la subliminal fantasía de nuestros pensamientos ocultos, se hicieron realidad para darle paso la majestuosa obra de la creación
Y fuimos tu y yo, dos locos indefensos por los morbosos deseos de las tibias pasiones
Y muy despacio, nos dimos cuenta que la noche tenia vida, cerebro y que pensaba.
Y de la densa oscuridad hicimos lo posible para esclarecer nuestras miradas
Y sin pensarlo, llegamos al final del camino mientras cansado del recorrido aquel, observamos nuestros sudores como testigos presenciales de la construcción de otro universo......
Autor:Rafael Santos