Es un espacio, cuya difusion de trabajos culturales, pero con una especial focalizacion en el marco de la poetica, como instrumento de educacion y fortalecimiento a la formacion politica, social y romantica, como seres humanos que convivimos en espacios compartdidos de dolores y preocupaciones en el desarrollo de la humanidad, sobretodo en el concepto de pais, acampado en el rostro historico de los esfuerzos por levantarnos y volver a caminar en el crisol de la libertad.Republica Dominicana
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sábado, 31 de enero de 2015
jueves, 29 de enero de 2015
POESÍA SOLIDARIA 1.367 Poetas Solidarios del Mundo y 2.989 Poemas Solidarios: Cazadores de lágrimas
POESÍA SOLIDARIA 1.367 Poetas Solidarios del Mundo y 2.989 Poemas Solidarios: Cazadores de lágrimas: Cazadores de lágrimas Estos monstruos al servicio de la noche, cirugías parásitas de otroras tiranías Caza...
miércoles, 28 de enero de 2015
Cazadores de lagrimas
Estos
monstruos
al servicio
de la noche,
cirugías
parásitas
de otroras
tiranías
Cazadores de lágrimas,
haciendo redadas
al descalzo horizonte
Y
hambrientas
miradas
asustadas,
sin fronteras,
se arrodillan
en las pestañas
de dos patrias
ciegas de dolor
Por las nalgas de
este impío mundo
contemplamos:
el río Masacre
cementerio de sangre
asesinada en la garganta
de Dios
Y
Corruptos uniformes
de aquí y de allá,
masticando madrugadas
sin euros ni documentos
maquillados de verdes
Charcos y latidos del sudor,
apresado por la ignorancia,
violenta maquinaria
putrefacta y utópica
educada entre dos Patrias
divida por el hambre
y la corrupción evangelizadora
de cadáveres
Y
el pueblo
haitiano en busca
de Dios, se deja
esculpir en la pólvora
del tiempo
Ayer
perseguían
cristianos
Hoy
persiguen
y crucifican
también
lo que cubren
el color de su piel
con gemidos
históricos del Masacre
Quienes
gobiernan el desorden
democrático
en el nombre de Jehová
en el nombre de Jehová
han contaminado
la sangre
derramada
en el vientre de la vida,
por su afán
en cruzar
del odio
a la ira
Pero,
estos
burócratas
centinelas,
guachimanes
de avergonzadas
banderas,
con fusiles
y
escopetas
escopetas
persiguen
y deportan
el otoño
de este
invierno
Autor:
Lic.Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas
(CDP)
26 de Enero,2015
Nota:
En defensa de los Derechos Humanos
y por la defensa de un pueblo
pisoteado por la ignominia.
martes, 27 de enero de 2015
Continúo en la orilla del comienzo
Continuo
labrando
la piel
incandescente
del tiempo
Continuo
abrasando el cuerpo
frágil de tu primavera
Continuo
lavando el pañuelo
sembrado entre tus labios
y el Sol
Continuo
floreciendo tus manos
enraizadas sin pétalos
de hierros
Continuo
labrando la voz
disecada en
los oídos
del olvido
inesperado entre las piernas
de la pared
Continuo
besando los labios
de tus versos
y el aroma
campestre
de tu ciudad
romántica
y abatida
entre
mis brazos
de alfarero
Continuo
mujer
esperando
la madrugada y el sabor
del silencio de tus sueños
rezando el rosario
de tu sed
en la falda de tu
acantilada boca
Autor:
Ramón Danilo Correa
21 de invierno, 2015
martes, 13 de enero de 2015
Enero, Calendario de la Patria
Amaury German Aristy
Los heroicos muchachos
de la resistencia
en el kilómetro 14 de la
Autopista Las Américas,
aquel 12 de Enero, 1972
enfrentaron miles dragones,
hojarascas del humo
Ellos
nacieron en el alma del polen
enraizado de la Patria,
Amaury Germán Aristy,
Virgilio Perdomo Pérez,
Bienvenido Leal Prandy
y Ulises Cerón Polanco.
Pisadas del ejemplo,
Sublime Flora
donde el plomo
y el canto
de jilgueros
arrodillaron
la muerte.
Abrigo
del miedo,
encuentro resplandeciente
del honor
Amaury Germán Aristy,
Virgilio Perdomo Pérez,
Bienvenido Leal Prandy
y Ulises Cerón Polanco,
estatuas y perennidad
del sacrificio, ondeado
en la piel de las Américas…
Jamás
la República Dominicana,
había crecido encima de los hombros
de las palmas
en armas
Contra jauría y manada
de
remolinos
corruptos y míseros
de
dignidad
gloria eterna
a Los Palmeros
sembrados en el vientre
de la bandera nacional
Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa Cuevas
Miembro del Colegio Dominicano
de Periodistas (CDP),C 3-155
10 de Enero, 2013
NOTA: “Como ofrenda a los combatientes, resistiendo a fuerzas
militares y policiales, del régimen fascista del criminal presidente de la época,
Joaquín Balaguer. Estos Jóvenes intelectuales del movimiento revolucionario
patriótico, se revelaron, contra la política de impunidad de este remanente trujillista (Balaguer)”
Los derechos reservados en todas sus partes,
por la oficina de derecho de autor, según leyes dominicanas
viernes, 9 de enero de 2015
Caretas de la Patria: Cintillo imaginario de como son los Cementerios en...
Caretas de la Patria: Cintillo imaginario de como son los Cementerios en...: Columna de Opinión ---------- Organizando Ideas Danilo Correa Juan de Los Santos , es el Sindico de Santo D...
domingo, 28 de diciembre de 2014
Hombre pensamiento y acción democratica
Juan Bosch nació en
La Vega, República Dominicana, el 30 de junio de 1909 y murió en Santo Domingo
el 1 de noviembre de 2001.
El profesor Juan Bosch, narrador, ensayista, educador, historiador, biógrafo, político, ex-presidente de la República Dominicana, inició su carrera literaria con un pequeño libro de cuentos, Camino Real (1933), donde narraba en gran parte lo que había visto, escuchado y vivido en su pueblo, La Vega. De esa misma época, es su primera novela breve La Mañosa (1936), donde el personaje central es una mula y el narrador es un niño enfermizo.
Después, antes de salir al exilio, donde viviría durante más de veinte años, el precursor del cuento dominicano publicaría sus cuentos en periódicos y revistas dominicanas. De aquella época son «La mujer» (cuento que ha sido seleccionado por casi la totalidad de las antologías de cuentos de Hispanoamérica), «Dos pesos de agua» y «El abuelo».
Pero cuando el profesor Bosch regresó a la República Dominicana, apenas los más viejos conocían que era cuentista. A su llegada, se reunieron sus cuentos en dos volúmenes: Cuentos escritos en el exilio (1964), que incluía «Cuento de Navidad» y «Manuel Sicurí», publicados en ediciones independientes en el extranjero, y Más cuentos escritos en el exilio, (1964), donde se incluyeron, también, cuentos publicados en ediciones independientes, como «La muchacha de la Güaira», publicado en Chile, en 1955.
Pero Bosch ya había publicado libros, en el extranjero, no precisamentede cuentos, que lo habían dado a conocerer en otros países como biógrafo y ensayista, antes que en su propio país, como Hostos, el sembrador(Cuba, 1939), Judas Iscariote, el calumniado (Chile, 1955).
Aunque dejó de escribir cuentos desde los años sesenta (el último o escribió para una antologia de cuentos para niños, preparada por el pianista, poeta y dramaturgo Manuel Rueda), el profesor Bosch es reconocido como el precursor del cuento y, sobre todo, de la narrativa social dominicana.).
Con una prosa imitada por pocos narradores dominicanos de hoy (por lo díficil, aunque se trate de decir lo contrario), en los cuentos de Bosch la problemática social (la preocupación por el hombre y por la fuerza de los procesos sociales que ejercen sobre el individuo) es tratada desde diferentes ángulos, sin hacer, casi siempre, alusión a sistemas o gobiernos determinados.
Pero no sólo los cuentos del profesor Bosch son guías para el cuentista, si no que sus Apuntes sobre el arte de escribir cuentos es un texto para los estudiantes de otros países como Cuba, llegando a llamar la atención del narrador colombiano Gabriel García Márquez, quien ha declarado más de una vez que Bosch es su profesor).
La última creación narrativa del profesor Bosch, la novela El oro y la paz (Premio Novela Nacional de Literatura, 1975), aunque escrita en dos versiones, a primera en 1957, mientras el escritor se hallaba viviendo en Cuba, en su primer exilio, y la segunda versión en Puerto Rico, 1964, donde estuvo pasando su otro exilio, es una obra maestra en a Literatura dominicana).
Las obras de Bosch comprenden, también, ensayos y biografías de grandes figuras de la historia sagrada.
Es díficil, por no decir imposible, resumir los temas en los cuentos de Juan Bosch. Hay, sin embargo, dos preocupaciones que aparecen en sus mejores cuentos: los problemas sociales, y la preocupación filosófica (por no decir, existencial). Ahí están «La nochebuena de Encarnación Mendoza» (para nosotros, su cuento más perfecto), «Los amos», «Luis Pié», «La muchacha de la Güaira», «Dos pesos de agua» y «La mujer» para probarlo.
El profesor Juan Bosch, narrador, ensayista, educador, historiador, biógrafo, político, ex-presidente de la República Dominicana, inició su carrera literaria con un pequeño libro de cuentos, Camino Real (1933), donde narraba en gran parte lo que había visto, escuchado y vivido en su pueblo, La Vega. De esa misma época, es su primera novela breve La Mañosa (1936), donde el personaje central es una mula y el narrador es un niño enfermizo.
Después, antes de salir al exilio, donde viviría durante más de veinte años, el precursor del cuento dominicano publicaría sus cuentos en periódicos y revistas dominicanas. De aquella época son «La mujer» (cuento que ha sido seleccionado por casi la totalidad de las antologías de cuentos de Hispanoamérica), «Dos pesos de agua» y «El abuelo».
Pero cuando el profesor Bosch regresó a la República Dominicana, apenas los más viejos conocían que era cuentista. A su llegada, se reunieron sus cuentos en dos volúmenes: Cuentos escritos en el exilio (1964), que incluía «Cuento de Navidad» y «Manuel Sicurí», publicados en ediciones independientes en el extranjero, y Más cuentos escritos en el exilio, (1964), donde se incluyeron, también, cuentos publicados en ediciones independientes, como «La muchacha de la Güaira», publicado en Chile, en 1955.
Pero Bosch ya había publicado libros, en el extranjero, no precisamentede cuentos, que lo habían dado a conocerer en otros países como biógrafo y ensayista, antes que en su propio país, como Hostos, el sembrador(Cuba, 1939), Judas Iscariote, el calumniado (Chile, 1955).
Aunque dejó de escribir cuentos desde los años sesenta (el último o escribió para una antologia de cuentos para niños, preparada por el pianista, poeta y dramaturgo Manuel Rueda), el profesor Bosch es reconocido como el precursor del cuento y, sobre todo, de la narrativa social dominicana.).
Con una prosa imitada por pocos narradores dominicanos de hoy (por lo díficil, aunque se trate de decir lo contrario), en los cuentos de Bosch la problemática social (la preocupación por el hombre y por la fuerza de los procesos sociales que ejercen sobre el individuo) es tratada desde diferentes ángulos, sin hacer, casi siempre, alusión a sistemas o gobiernos determinados.
Pero no sólo los cuentos del profesor Bosch son guías para el cuentista, si no que sus Apuntes sobre el arte de escribir cuentos es un texto para los estudiantes de otros países como Cuba, llegando a llamar la atención del narrador colombiano Gabriel García Márquez, quien ha declarado más de una vez que Bosch es su profesor).
La última creación narrativa del profesor Bosch, la novela El oro y la paz (Premio Novela Nacional de Literatura, 1975), aunque escrita en dos versiones, a primera en 1957, mientras el escritor se hallaba viviendo en Cuba, en su primer exilio, y la segunda versión en Puerto Rico, 1964, donde estuvo pasando su otro exilio, es una obra maestra en a Literatura dominicana).
Las obras de Bosch comprenden, también, ensayos y biografías de grandes figuras de la historia sagrada.
Es díficil, por no decir imposible, resumir los temas en los cuentos de Juan Bosch. Hay, sin embargo, dos preocupaciones que aparecen en sus mejores cuentos: los problemas sociales, y la preocupación filosófica (por no decir, existencial). Ahí están «La nochebuena de Encarnación Mendoza» (para nosotros, su cuento más perfecto), «Los amos», «Luis Pié», «La muchacha de la Güaira», «Dos pesos de agua» y «La mujer» para probarlo.
[Adaptado de un artículo que escribimos para el
periódico El Día, el 12 de enero del 1983.]
Obras:
Narrativa:
Camino Real (1933)
Indios (1935)
La mañosa (1936)
Dos pesos de agua (1941)
La muchacha de la Güaira (1955)
Cuentos de Navidad (1956)
Cuentos escritos en el exilio (1962)
Más cuentos escritos en el exilio (1962).
El oro y la paz (1975
Ensayos:
Mujeres en la vida de Hostos (1938)
Hostos, el Sembrador (1939)
Apuntes sobre el arte de escribir cuentos (1947)
Judas Iscariote, el Calumniado (1955)
Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo (1961)
David, biografía de un rey (1963)
Breve historia de la oligarquía (1970)
Composición social dominicana (1970)
Tres conferencia sobre feudalismo (1971)
Breve historia de la oligarquía (1971)
El Napoleón de las guerrillas (1976)
El Caribe, fronterra imperial: de Cristóbal Colon a Fidel Castro (1978)
Viaje a las antípodas (1978)
Conferencias y artículos (1980)
La revolución de abril (1980)
La guerra de la Restauración (1980)
Clases sociales en la República Dominicana (1983)
Capitalismo, democracia y liberación nacional (1983)
La fortuna de Trujillo (1985)
La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana (1985)
Capitalismo tardío en la República Dominicana (1986)
Máximo Gómez: de Monte Cristi a la gloria (1986)
El Estado, sus orígenes y desarrollo (1987)
Textos culturales y literarios (1988)
Dictaduras dominicanas (1988)
Póker de Espanto en El Caribe. Temas económicos (1990)
Breve historia de los pueblos árabes (1991).
Obras:
Narrativa:
Camino Real (1933)
Indios (1935)
La mañosa (1936)
Dos pesos de agua (1941)
La muchacha de la Güaira (1955)
Cuentos de Navidad (1956)
Cuentos escritos en el exilio (1962)
Más cuentos escritos en el exilio (1962).
El oro y la paz (1975
Ensayos:
Mujeres en la vida de Hostos (1938)
Hostos, el Sembrador (1939)
Apuntes sobre el arte de escribir cuentos (1947)
Judas Iscariote, el Calumniado (1955)
Trujillo, causas de una tiranía sin ejemplo (1961)
David, biografía de un rey (1963)
Breve historia de la oligarquía (1970)
Composición social dominicana (1970)
Tres conferencia sobre feudalismo (1971)
Breve historia de la oligarquía (1971)
El Napoleón de las guerrillas (1976)
El Caribe, fronterra imperial: de Cristóbal Colon a Fidel Castro (1978)
Viaje a las antípodas (1978)
Conferencias y artículos (1980)
La revolución de abril (1980)
La guerra de la Restauración (1980)
Clases sociales en la República Dominicana (1983)
Capitalismo, democracia y liberación nacional (1983)
La fortuna de Trujillo (1985)
La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana (1985)
Capitalismo tardío en la República Dominicana (1986)
Máximo Gómez: de Monte Cristi a la gloria (1986)
El Estado, sus orígenes y desarrollo (1987)
Textos culturales y literarios (1988)
Dictaduras dominicanas (1988)
Póker de Espanto en El Caribe. Temas económicos (1990)
Breve historia de los pueblos árabes (1991).
Juan Boach
Profesor: Juan Bosch
LA MUJER....
La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató; el sol de acero, de tan candente al rojo, un rojo que se hizo blanco. Tornose luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el lomo de la carretera.
Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y palas. Cantaban y picaban; algunos había, sin embargo, que ni cantaban ni picaban. Fue muy largo todo aquello. Se veía que venían de lejos: sudaban, hedían. De tarde el acero blanco se volvía rojo; entonces en los ojos de los hombres que desenterraban la carretera se agitaba una hoguera pequeñita, detrás de las pupilas.
La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó en la piel gris.
A los lados hay arbustos espinosos. Muchas veces la vista se enferma de tanta amplitud. Pero las planicies están peladas. Pajonales, a distancia. Tal vez aves rapaces coronen cactos. Y los cactos están allá, más lejos, embutidos en el acero blanco.
También hay bohíos, casi todos bajos y hechos con barro. Algunos están pintados de blanco y no se ven bajo el sol. Sólo se destaca el techo grueso, seco, ansioso de quemarse día a día. Las cañas dieron esas techumbres por las que nunca rueda agua.
La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba allí tirada sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas. Pronto iba la carretera a quemar el cuerpo, las rodillas por lo menos, de aquella criatura desnuda y gritona.
La casa estaba allí cerca, pero no podía verse.
A medida que se avanzaba crecía aquello que parecía una piedra tirada en medio de la gran carretera muerta. Crecía, y Quico se dijo: "Un becerro, sin duda, estropeado por un auto".
Tendió la vista: la planicie, la sabana. Una colina lejana, con pajonales, como si fuera esa colina sólo un montoncito de arena apilada por los vientos. El cauce de un río; las fauces secas de la tierra que tuvo agua mil años antes de hoy. Se resquebrajaba la planicie dorada bajo el pesado acero transparente. Y los cactos, los cactos coronados de aves rapaces.
Más cerca ya, Quico vio que era persona. Oyó distintamente los gritos del niño.
El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándole de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos.
-¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar como a una perra, desvergonsá!
-Pero si nadie pasó, Chepe: nadie pasó -quería ella explicar.
-¿Que no? ¡Ahora verás!
Y volvía a golpearla.
El niño se agarraba a las piernas de su papá, no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando.
Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la verdad es que la bebió el niño. Prefirió no tener unas monedas a que la criatura sufriera hambre tanto tiempo.
Le dijo después que se marchara con su hijo:
-¡Te mataré si vuelves a esta casa!
La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se quedó allí, como muerta, sobre el lomo de la gran momia.
Quico tenía agua para dos días más de camino, pero la gastó en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de sangre. Chepe entró por el patio.
-¡Te dije que no quería verte má aquí, condená!
Parece que no había visto al extraño. Aquel acero blanco, transparente, le había vuelto fiera, de seguro. El pelo era estopa y las córneas estaban rojas.
Quico le llamó la atención; pero él, medio loco, amenazó de nuevo a su víctima. Iba a pegarle ya. Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hombres.
El niño pequeñín comenzó a gritar otra vez; ahora se envolvía en la falda de su mamá.
La lucha era como una canción silenciosa. No decían palabra. Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisadas violentas.
La mujer vio cómo Quico ahogaba a Chepe: tenía los dedos engarfiados en el pescuezo de su marido. Éste comenzó por cerrar los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro.
Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. Quico soltó el pescuezo del otro, luego dobló las rodillas, después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas, sin quejarse, sin hacer un esfuerzo.
La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante. Chepe veía la luz brillar en ella.
La mujer tenía las manos crispadas sobre la cara, todo el pelo suelto y los ojos pugnando por saltar. Corrió. Sentía flojedad en las coyunturas. Quería ver si alguien venía. Pero sobre la gran carretera muerta, totalmente muerta, sólo estaba el sol que la mató. Allá, al final de la planicie, la colina de arenas que amontonaron los vientos. Y cactos embutidos en el acero.
La Nochebuena de Encarnación Mendoza
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viernes, 26 de diciembre de 2014
RESEÑA SOBRE CIEN AÑOS DE SOLEDAD DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ POR CARMEN CUADRADO BRIONES(1º DE BACH A) Y MARTA ZARZA (2º DE BACH. A)
Cien años de soledad es una obra del escritor
colombiano Gabriel García Márquez, se trata de uno de los libros en español más
traducido y leído, en 1999 el diario Le Monde, lo incluyó en el puesto número
33 de su lista “los 100 libros del siglo”.
La historia se centra en la familia Buendía, durante seis generaciones, desde José Arcadio Buendía y su mujer Úrsula, pertenecientes a una de las familias fundadoras del pueblo donde se desarrolla la trama-Macondo- hasta la sexta, Aureliano Babilonia. Se encuentra enmarcada en el principio del S. XX y se puede apreciar la guerra entre liberales y conservadores en la que se ve envuelto el Coronel Aureliano Buendía, perteneciente a la segunda generación, así como la llegada de los americanos a Macondo que instalan una bananera.
Pertenece al género del realismo mágico y por ello aparecen
elementos irreales, como el miedo de Úrsula por tener un hijo con cola de cerdo
ya que ella y su marido son primos o el diluvio en el cual se ve sumido Macondo
durante años. Al principio de la novela tienen gran importancia la presencia de
los gitanos que traen al pueblo nuevo inventos lo que despierta en José Arcadio
Buendía el deseo por la alquimia que lo termina por llevar a la locura. De
entre todos los gitanos destaca Melquíades que termina viviendo con la familia
hasta su muerte y que deja unos manuscritos que solo podrán ser descifrados
cuando pasen cien años. La soledad está muy presente en toda la obra, pues
ninguno de los miembros de la familia parece encontrar el amor verdadero, como
queda reflejado al final de la misma “… porque las estirpes condenadas a cien
años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la
tierra“
Me parece una obra muy buena con una trama bastante
interesante, narrada de una forma sencilla que facilita su lectura pese a no
tener diálogos. Sin embargo en ocasiones puede resultar un poco lioso si
no llevas bien el recuento de los nombres de los personajes, pues
estos se suelen repetir durante todos los miembros de la familia y en ocasiones
unos se mezclan con otros. Se la recomendaría a todo aquel a la que le guste
leer, del mismo modo que recomendaría otras obras de este autor que también he
podido leer como Crónica de una muerte anunciada, un libro más
ligero y que, al igual que este, te acerca a las costumbres y a la forma de ver
la vida de las sociedades hispanoamericanas
RESEÑA DE CARMEN CUADRADO BRIONES (1º BACH A)
Cien Años de Soledad me ha parecido un libro muy
orginal y en general bastante interesante, pero a pesar de esto, me ha costado
bastante leerlo, no ya por el vocabulario o porque la historia fuese complicada
o por la cantidad de nombres que había, sino porque al contar la historia de
una familia,los Buendía, sus desgracias y tristes finales se iban repitiendo de
generación en generación hasta el punto de llegar a ser pesado. Aún así he de
decir que en su conjunto me ha gustado, no podría negarse que es un buen libro,
pero no lo recomendaría.
La mejor parte del libro es el principio, cuando los
Buendía comienzan a cursar su historia creando un pueblo, Macondo, y algunos de
miembros de la familia empiezan a interesarse por la ciencia descubriendo
maravillas y desarrollando oficios como el de la plateria, al que se
aficionaron casi todos los Aurelianos de la familia aunque cada uno en su
generación.
Hay personajes que traspasan generaciones y que son los que les dan
vida y autenticidad el libro porque son personajes que intentan encauzar la
vida de los descendientes manteniendo el espíritu de familia. Un ejemplo
de este hecho sería Úrsula quien vive más de cien años conociendo así a casi todas
las generaciones de su familia.
La idea principal que saqué del libro al terminarlo es que
hagas lo que hagas tu huella no quedará en el mundo para siempre ya que
una familia surge y su estirpe se acaba años después pero la vida sigue y
aunque algunos notan la falta, cuando estos ya no estén nadie recordará. Sin
embargo, tampoco hay que verlo todo en un sentido negativo y el libro
puede interpretarse como una llamada al carpe diem. El final del
libro recoge parte de su encanto y creo que es este final el que lo ha salvado
de que no me guste, ya que en las páginas finales se relacionan todos los
sucesos que han ido surgiendo a lo largo de la historia y te das cuenta de que
el autor aunque a veces te aburra, sabe compensarte al final.
Cien años de soledad
Publicada en 1967, Cien años de soledad relata
el origen, la evolución y la ruina de Macondo, una aldea imaginaria que había
hecho su aparición en las tres novelas cortas que su autor había publicado con
anterioridad. Estructurada como una saga familiar, la historia de la estirpe de
los Buendía se extiende por más de cien años, y cuenta con seis generaciones
para hacerlo.
La crónica de los Buendía, que acumula una gran cantidad de
episodios fantásticos, divertidos y violentos, y la de Macondo, desde su fundación
hasta su fin, representan el ciclo completo de una cultura y un mundo. El clima
de violencia en el que se desarrollan sus personajes es el que marca la soledad
que los caracteriza, provocada más por las condiciones de vida que por las
angustias existenciales del individuo.
El realismo mágico (también llamado lo real maravilloso)
hace posible que la objetividad de la vida material se vea matizada por la
subjetividad de la fantasía. Lo insólito (situaciones parecidas a los cuentos
de hadas, levitaciones, premoniciones, la extrasensorialidad presente) da lugar
a una atmósfera mágica que atenúa la miseria social y humana, de forma que lo
mágico subraya la dureza y desajuste de la realidad, la violencia que domina la
vida cotidiana.
Argumento
Dos familias, la de los Buendía y los Iguarán, han acabado
por dar luz a un muchacho con cola de iguana a fuerza de casarse entre sí.
Úrsula Iguarán, recién casada con José Arcadio Buendía, se niega a que el
matrimonio se consume por temor a que también les nazca un hijo con cola. Ello
da pie a que Prudencio Aguilar eche en cara José Arcadio su poco valor. José
Arcadio acaba matándole por su provocación, pero el muerto se le aparece
constantemente.
Huyendo del fantasma del muerto, y al frente de un grupo de
compañeros, José Arcadio llega a una aldea de apenas "veinte casas de
barro y cañabrava construida a la orilla de un río" y se queda a vivir en
ella. Esta aldea se llama Macondo, mítico escenario de ésta y otras obras del
autor. El único contacto que sus habitantes tienen con el exterior lo
constituyen las periódicas visitas de unos gitanos capitaneados por un tal
Melquíades, que, además de conocer el sánscrito, introducen en Macondo el hielo
y el imán.
El libro se inicia, precisamente cuando Muchos años
después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía,
hijo de José Arcadio, recuerda aquella tarde remota en que su padre lo
llevó a conocer el hielo. Así comienza el libro, pero no la historia, que
abarca, en realidad, cuatrocientos años y nos informa acerca de innumerables
antepasados de José Arcadio y de su esposa Úrsula, revelando en su
construcción, como gran parte de la narrativa hispanoamericana del momento, la
influencia de Faulkner: su acción no avanza de manera cronológica, sino a
brincos, por flashes que nos permiten conocer fragmentos de ella y sólo luego,
al final, proporcionamos una visión global.
Gabriel García Márquez
El suceso más antiguo relatado en la obra ocurre en 1573, en
una casa de Riohacha asaltada por Francis Drake. Después del asalto del inglés,
una antepasada de Úrsula, casada con un aragonés trasplantado a Colombia, se
asusta tanto que comienza a sufrir pesadillas protagonizadas por el pirata
penetrando con sus perros por las ventanas del dormitorio. Para ahuyentar las pesadillas,
el matrimonio se traslade a una ranchería del interior, donde conocen a los
Buendía, unos criollos cultivadores de tabaco.
Un tataranieto del criollo se casa con una tataranieta del
aragonés, y a partir de entonces las familias no dejarán de mezclar su sangre a
lo largo de los tres siglos siguientes, hasta llegar a los ya citados José
Arcadio y Úrsula, que tienen tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta. El
viejo José Arcadio muere loco de tanto estudiar, atado a un árbol del patio, y
tras su muerte cae lluvia de flores. No es éste el único momento mágico de la
novela.
José Arcadio hijo se casa con Rebeca, una prima lejana, por
lo que su madre, encolerizada por que teme que puedan tener hijos con cola de
iguana, la echa de casa. Cuando José Arcadio aparece muerto, Rebeca se encierra
en la casa donde vivirá con Arcadio, un hijo bastardo que José Arcadio ha
tenido con Pilar Ternera, una mujer del pueblo que también le ha dado un hijo
(José Aureliano) a su hermano Aureliano.
Antes de morir fusilado por liberal, este Arcadio tendrá
tres hijos con Santa Sofía de la Piedad: Remedios, José Arcadio Segundo y su
gemelo Aureliano Segundo. A Remedios, que es muy bonita pero no brilla por su
inteligencia, le pasa lo mismo que a su tía abuela Amaranta: los hombres que a
ella le gustan no la quieren, y los que la quieren no le gustan. Cuando muere,
después de habérsele muerto todos los novios, sube al cielo.
Respecto a Aureliano, se casó con una hermosa niña llamada
también Remedios, la cual muere de un mal embarazo antes de cumplir un año.
Aureliano organiza un ejército del que se nombra coronel y se marcha a luchar
contra los conservadores. En el transcurso de veinte años participará en
treinta y dos guerras civiles, que perderá indefectiblemente debido a la
tristeza que le embarga, por lo que al final, cansado, firma la paz y regresa a
Macondo, donde pasa el tiempo confeccionando pescaditos de oro, lo mismo que
hacía antes de casarse, que luego deshace como Penélope hacía con su tela. Ello
no le impide tener diecisiete hijos, uno de los cuales, llamado también
Aureliano, será quien lleve el tren a Macondo.
Aureliano Segundo se enamora de Fernanda, una mujer muy
hermosa, reina de Madagascar, emparentada con los Duques de Alba, que aparece
en Macondo durante el carnaval. A pesar de que ignora donde vive, Aureliano
Segundo sale en su busca, la encuentra, se casan y viven felices en la casa de
Úrsula, a pesar de que el matrimonio corre peligro de naufragar porque
Aureliano mantiene relaciones extraconyugales con Petra Cocer; pero como ésta
les abastece de ganado, Fernanda acepta el hecho sin pestañear. El matrimonio
tiene tres hijos: Meme, José Arcadio Tercero (al que la vieja Ursula manda a
estudiar a Roma para que llegue a ser Papa), y Amaranta Úrsula.
José Arcadio Segundo es nombrado capataz de una compañía
platanera dirigida por extranjeros, e interviene en una huelga con tres mil
compañeros que morirán ametrallados en la plaza de la estación de Macondo.
Único superviviente de la matanza, hasta la muerte de su hermano gemelo vivirá
encerrado en una habitación donde se encuentran varias docenas de bacinillas.
Comienza a llover, una lluvia que ha de durar cuatro años, y
cuando deja de hacerlo el ganado proporcionado por Petra ha muerto y la casa se
ha reblandecido. Lo poco que aún queda de ella lo derriba Aureliano Segundo
buscando la hipotética fortuna de la vieja Úrsula. Los únicos a quienes el
temporal no ha afectado son Aureliano Babilonia, bastardo de Meme, y Amaranta
Úrsula, la hija menor de Fernanda. Al poco tiempo, muere Amaranta, que ha hecho
un pacto con la muerte durante un concierto de Meme; después muere Rebeca y
después Arcadio Segundo. El mismo día, su madre, tal como le había prometido,
degüella a su gemelo, para evitar que le entierren vivo.
En la casa sólo quedan Aureliano Babilonia, el bastardo de
Meme, al que Fernanda, avergonzada, ha ocultado, y Fernanda, que pasa el tiempo
escribiendo a sus hijos todas las fantasías que se le ocurren. Sintiendo
próxima la muerte, se viste de reina y muere con toda dignidad, tras haber
escrito unas memorias que lega al estudiante de papa, que vuelve meses después
a Macondo sin haber aprobado los estudios. Éste encuentra la fortuna de Úrsula
y la gasta con un grupo de chiquillos, pero un día se enfada, los azota y los
echa de la casa. Después de una supuesta reconciliación, los chiquillos lo
ahogan en la bañera durante una de sus fiestas.
Aureliano Babilonia, que lee cuanto cae en sus manos, queda
solo en la casa con Amaranta Úrsula, abandonada por su marido, un belga que
sueña con el correo aéreo y que, aunque va a todos lados atado por un hilo de
seda a la muñeca de su mujer, la deja para ir en busca de un avión perdido. Al
quedar solos, Aureliano Babilonia y Amaranta Úrsula, que ignoran su parentesco,
se enamoran y tienen un hijo, que nace con la consabida cola. Amaranta muere de
una hemorragia y Aureliano se emborracha y es recogido en la calle por una
antigua amante.
Cuando regresa por la mañana a su casa, las hormigas se han
comido al niño. Al final, un ciclón se lleva la casa por los aires, mientras
Aureliano lee en unos pergaminos del gitano Melquíades la historia de la
familia y la profecía de que no durará más que el tiempo de su lectura:
"antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás
de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o espejismos)
sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el
instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que
todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre, porque las estirpes
condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la
tierra".
Macondo quiere ser sin duda un espejo de la realidad de
cuanto ocurre no solamente en Colombia, sino en toda Sudamérica, que ha vivido
en su soledad, aislada del resto del mundo, con el que sólo ha mantenido
esporádicos contactos (los gitanos de Melquíades, que la conquistan a base de
maravillas perfectamente comparables con los abalorios y chucherías de que siempre
se sirvieron misioneros y conquistadores), pero todo esto tendría escaso valor
si no contara con su extraordinaria fabulación, con toda esa magia que se
confunde de continuo con la realidad, dando lugar a un mundo mítico creado
mediante un lenguaje de gran fuerza expresiva.
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