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lunes, 25 de mayo de 2015

Isla Famosa




Aquí estoy, solo estoy, despedazado. 
Ruge el cielo: las nubes se aglomeran, 
Y aprietan, y ennegrecen, y desgajan: 



Los vapores del mar la roca ciñen: 
Sacra angustia y horror mis ojos comen: 



A qué, Naturaleza embravecida, 
A qué la estéril soledad en torno 
¿De quién de ansia de amor rebosa y muere? 
¿Dónde, Cristo sin cruz, los ojos pones? 
¿Dónde, oh sombra enemiga, dónde el ara 
Digna por fin de recibir mi frente? 
¿En pro de quién derramaré mi vida? 


?Rasgóse el velo; por un tajo ameno 
De claro azul, como en sus lienzos abre 
Entre mazos de sombra Díaz famoso, 
El hombre triste de la roca mira 



En lindo campo tropical, galanes 
Blancos, y Venus negras, de unas flores 
Fétidas y fangosas coronados: 
¡Danzando van: a cada giro nuevo 
Bajo los muelles pies la tierra cede! 



Y cuando en ancho beso los gastados 

Labios sin lustre ya, trémulos juntan, 
Sáltanles de los labios agoreras 
Aves tintas en hiel, aves de muerte.






Cuba nos unes

                                       


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Cuba nos une en extranjero suelo, 
Auras de Cuba nuestro amor desea: 
Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo, 
Cuba en tu libro mi palabra sea.


José Martí

La niña de Guatemala





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Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.


Eran de lirios los ramos;
y las orlas de seda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...


Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.


Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...


Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.


Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!...


Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.


Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.


Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.













jueves, 23 de abril de 2015

Caretas de la Patria: LA PATRIA AYER Y HOY.QUE TANTO HIEDE AHORA....

Caretas de la Patria: LA PATRIA AYER Y HOY.QUE TANTO HIEDE AHORA....:                                                              Danilo Correa                                 ...

miércoles, 22 de abril de 2015

Jacques Viaux:un poeta y combatiente entre dos Patria





Toda la isla para ti compañero.
Toda la tierra agridulce de los 
pueblos
Para ti compañero.

Todos los hombres,
Todas las mujeres,
Todos los niños de las patrias
Para ti compañero.

Derribado sobre el mundo
Entre la pólvora y los gritos,
Entre el llanto y los cantos
libérrimos.

Compañero,
La yerba y los terrones,
Los redondos álamos 
y los bosques,
La garganta de los ríos,
El clamor de los hombres, 
para cantarte.
Los brazos potentes del pueblo,
Para alzarte.
Las banderas de las islas
Para ondear tu sonrisa
Donde el amor derrota el tiempo.
Compañero,
La libertad desde ti,
Hacia nosotros,
En tus cantos y en tus huesos,
en tu corazón tranquilo
integrado al renacimiento,
a los hijos que vendrán
de las entrañas del pueblo.
Por siempre,
Compañero.



lunes, 20 de abril de 2015

San Carlos recordó los Comandos de Abril del 65

             FUENTE: http://vigilanteinformativo.com


San Carlos recordó los Comandos de Abril del 65


Por Genris García

GALERIA DE FOTOS. SANTO DOMINGO.- Este domingo, en la barriada de San Carlos se escuchaba el tableteo de las ametralladoras y los fusiles ligeros de soldados improvisados, que defendían la Patria del invasor y de los criollos que se fueron de aquel lado del puente Duarte.

Los noveles combatientes del 65, ahora con su cabezas canas, remembraron los combates de cada noche en los 7 comandos que estaban más próximo a la casa presidencial, dónde dos años antes malograron la constitucionalidad, con el derrocamiento del profesor Juan Bosch, primer presidente electo democráticamente, tras la caída de la dictadura.

Allí estaban los del comando San Carlos, de La Avanzada A, 30 de marzo, Brasil, Francisco del Rosario Sánchez (Los Rolitas), Los Ases Negros y Libertador.

Desde que empezó a despuntar el sol en el horizonte comenzaron a llegar, como soldados a las trincheras, los primeros combatientes de la Patria quienes llegaban con sus pechos erguidos, sus frentes en alto y con el orgullo rebosante de aquellas batallas, que ahora recrearían entre sus camaradas de ayer y generaciones de hoy.

Las palomas revoloteaban  el parque San Carlos, el mismo que los disparos de abril levantaron aleros de sus viviendas y espantaron los perros.

Los actos de los San carleños, organizados por el Comité Patriótico “Francisco Alberto Caamaño Deñó” junto a la Comisión Coordinadora de esta barriada, cuyos habitantes tuvieron una destacada participación en este gesta histórica, iniciaron con el Himno Nacional.  La bandera dominicana, que nunca bajan de su asta en el centro del parque y que guarda mil historias, la sentían tan alta, que parecía el mismo Dios podía tocarla con sus manos piadosas.

No podían quedarse las estrofas que llaman a “a luchar … a los soldados valientes… porque empezó la Revolución” momento que provocó los pelos se erizaran en las pieles arrugadas de los muchachos de antes… y de ahora.

En el templo, repleto de parroquianos llegados para la ocasión, todos respondían al llamado de la Patria, para recordar el mayor acontecimiento histórico del siglo pasado y que marcó el inicio del proceso de democratización de la República Dominicana. Rafael Porro, del comando San Carlos, agradeció a los comandantes presentes, a los estudiantes y visitantes.  

Pidió, que así como se importantiza el 27 de Febrero también se haga con el 24 de Abril y exhortó a los jóvenes presentes a ser el relevo de quienes hoy están dando el testimonio, para que en el futuro “sean ustedes los propios protagonistas”. En su invocación pidió a Dios que recibiera a los muertos de Abril en su seno… que extendiera su manto sobre los hombres de bien que mantiene la patria dominicana.

Muy próximo a su puerta principal colocaron la trinchera de Abril, con una 50 apuntando al Palacio Nacional, al igual que en el año 65, cuando todos buscaban tomar el espacio de donde fue desalojado el Presidente Juan Bosch, por las botas conspiradoras de los golpistas del 63 y por las tropas invasoras norteamericanas del 65.

Jesús de la Rosa, uno de los comandantes del barrio San Carlos habló a nombre de sus compañeros y destacó el arrojo de cada hombre y mujer que tomaron lo primero que encontraban a su paso, para defender la constitucionalidad malograda.

Marino Santana tuvo a cargo la lectura de la proclama de San Carlos escrita por el poeta nacional y del barrio, Tony Raful y que recoge el sentimiento de los combatientes de todo el barrio.
“En el 50 aniversario de la gloriosa gesta del 24 de abril de 1965, evocamos en el recuerdo histórico, la jornada de lucha democrática del pueblo dominicano por sus libertades y sus derechos sociales consignados en la Constitución del 29 de abril de 1963, garantía de sus reivindicaciones económicas y políticas, la más avanzada reforma constitucional de nuestra vida republicada”, subrayó Santana.

Luego hizo hincapiés “ante la agresión del poder imperial se organizó en comandos, unidades de combate integradas por militares y civiles, unidos en la tarea de defender las conquistas democráticas y resistir al invasor extranjero…”.

Destacó que los barrios en armas constituyeron una barrera infranqueable de defensa de los principios de la Constitución del 63 y de la dignidad y la soberanía nacional.

“!Un pueblo sin memoria histórica no merece existir! San Carlos se cubrió de gloria en la lucha por el retorno a la constitucionalidad, por la defensa de la soberanía nacional, dijo presente para siempre, para la historia y las luchas del porvenir”, subrayó Marino.

Luego habló Miguelina Crespo, en representación del Comité Organizador de los actos, quien destacó la importancia de estas iniciativas para educar las nuevas generaciones, rendir tributo y no olvidar a quienes sacrificaron sus vidas en la guerra patria.
Igualmente, dio a conocer el programa de actividades previstas para la conmemoración del 50 aniversario de Abril de 1965 y llamó a la Caminata de este 24 de abril que partirá desde la Plaza de la Constitución –Fortaleza Ozama- hasta el cementerio de la avenida Independencia.

Tras los discursos ingresaron varios comandos, los de los artistas, que con sus buenas artes remembraron los combates y el impacto de esta epopeya popular. Jornada pictórica con temas alusivos a la guerra de Abril, cuyos autores dejaron ver con sus pinceles los colores de la primavera hecha patria.
Francisco Muñiz (combatiente en Villa Francisca) y María del Carmen Ramírez, estuvieron a cargo de la jornada artístico-cultural.
Interpretaciones de los cantautores Virna García y Dioni Díaz, el monólogo “Amor en tiempo de Guerra” de Dinorah Coronado, la actuación de Nieves García y la dirección de María del Carmen Ramírez elevaron el espíritu patrio.
Por igual, la lectura dramática de uno de los discursos del Coronel Francisco Alberto Caamaño, a cargo de Margaret Sosa, directora del teatro Otoño, de Santo Domingo Este, muestra de la integración lograda en este acto unitario.

Jorge Puello (Jorgito), tuvo a cargo de una actuación dramática que golpeó el pecho de la concurrencia, con el teatro Infantil del Club Enriquillo, mientras el declamador de poesía negroide, Tirso Medrano, sacudió con un poema de su autoría, sobre los Héroes Anónimos, de aquellos que yacen en una tumba sin nombres en el cementerio de la avenida Independencia.
Pedro Veras, de la UASD, fue el responsable de la participación artística.

Los disparos de Abril de 1965 se cambiaron por canciones que en cada rincón se dejaban escuchar y trasladaban a los parroquianos a las Trincheras del Honor.
Allí estaban el coronel Caamaño y Monte Arache y algunos muchachos con fusiles ligeros agachándose de las balas enemigas. Quienes les acompañaron se detenían en sus imágenes a recordar esos momentos, y los que no, parecían querer estar allí.

Luego, cuando la tarde se hizo adulta se reunieron bajo una carpa blanca, combatientes y algunos comandantes a testimoniar sus acciones y vivencias.

Como el primer soldado, que los años y los achaques de la edad acorralan, allí estaba Jorge Puello Soriano (El Men), de quien algunos recordaron como instructor militar en la escuela Argentina, quien copó la atención especial de los y las presentes.

Ana Marina Hernández Paulino, quien ya pasa los 80 años, revivió cuando le tocó recoger un cadáver sin cabeza en las cercanías del puente Duarte, mientras Montes Arache, el líder de los Hombres Rana, al verla congelada, le indicó “aquí está la cabeza”… Para agregar en seguida “Revisen los bolsillos para identificar cada muerto y tomen sus armas para que otros combatan”

Félix “La Navaja”, llegó desde la Sultana del Este, para testimoniar que la leyenda de que a los gringos no le entraban balas, se le acabó cuando les metieron tiros en la calle Salcedo y perforaron sus chalecos, que les parecían hacerles inmunes a las balas dominicanas.

Marino Santana contó sobre la clave o “santo y seña” que permitía movilizarse en la zona constitucionalista al caer la noche, cuando las luces se apagaban y solo los combatientes se deslizaban en sus callejuelas con olor a pólvora. Despertó interés cuando a un transeúnte le pidieron “el santo y la seña” y guardó silencio. “No tiren! Yo soy Domingo El Loco”, reaccionó el espantado caminante.

Recordó que un francotirador norteamericano, desde el Palacio Nacional se especializaba en asesinar a niños y mujeres que osaban caminar por la calle Julio Verne y otras calles aledañas.

Destacó la diferencia en el sector Constitucionalista, donde cuando era apresado cualquier persona extraña o soldado interventor, era entregado al Comando Central Constitucionalista. Por el contrario, cuando ellos entraban del otro lado, controlado por el CEFA, eran fusilados sin contemplación.

Luego de los debates, historias contadas, anécdotas y algunas falsos testimonios, César Carrasco, quien militó en la Línea Roja y fundador del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), pidió la palabra a Miguelina Crespo para preguntar:
“Esas fueron las experiencias del pasado y del presenté qué? 

Provocando el debate esperado con los momentos actuales.
Carrasco no fue un combatiente de abril, pero lo ha hecho en otras trincheras. Confiesa que fue el único testigo de la muerte del comandante Pichirilo. Otro héroe anónimo de la pos guerra, como tantos otros participantes de Abril.

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martes, 14 de abril de 2015

El rostro noble de la Patria

Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño
Héroe de la Patria immortal

AIRE DURANDO



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¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?

Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...

Este sudor ... ¿Por quién muere?
¿Por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!

Hay muertos que van subiendo
Cuanto más su ataúd baja...

¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?
Hay muertos como raíces
que hundidas... dan fruto al ala.

¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?

Hay muertos que van subiendo

cuanto más su ataúd baja...


Autor:
Manuel del Cabral

ODA PARA OTRO IDIOMA




Hombre que hablas inglés,
tu sonrisa
viene cuando hace ratos que han llegado
tus pies.

Hombre que estás callado no callando,
dímelo, tú, no hablando:
¿Con qué metal acuñas
este brillo que hoy juega en tu sonrisa:
la que nos llega tarde, más tarde que tus uñas?

Pero aún en la espuma de tu sonrisa hay olas,
hay un pez educado que a su hora es cuchilla.
La geografía misma no quiere ser sencilla,
y parece que a ratos hasta piensa tu roca:
¡no ves que ante el Caribe, como si nos buscara,
la Florida es un diente que le crece a tu boca!

Pero no, que no es
el cocotero simple que gotea su coco
lo más duro que ves:
si la isla que tiembla en este poco
de sudor de pupila, se le rueda a los negros,
con esa gota lavan algo más que la piel...

Esto el aire lo sabe, mientras tanto
el ron escribe equis con tus pies de turista,
y la isla, la isla, me la pisa tu vista.

Se ve que por aquí,
tú vienes blanco, pero tus negocios...
como la piel de Haití.

Mas ya pisando el blanco silencio del mulato,
con sus ruidos redondos ... tu barato
volumen anatómico pasa fragante a pipa,
y así, sobando perlas para cuidar tus tripas,
llegas oliendo a superficie cuando,
el hombre es por aquí
duro por fuera, mas por dentro, blando:
es como el coco que lo parten y...
para aquel que lo pica,
le da blancas entrañas, como cuando sufriendo
se parte en dos la cara, riendo la Martinica.

Sí, esto también lo sé, sí,
cubriendo el horizonte sólo veo
tu corpulento instinto de civil jabalí.
Y también todavía mi casa es grande, pero...
siento ahora que pesan, más que ayer, tus zapatos.
A fuerza de tu sombra, se hace el sol más mulato,
Del tamaño del mapa se te ponen los pies.
Es que de pronto suelta tu sonoro amarillo
un huracán que viene del bolsillo,
huracán que a la vez
juega con las Antillas,
y como la sotana cuando pasa,
pone de rodillas
los de casa...

Ya ves,
hombre que hablas inglés.

Tu sonrisa
viene cuando hace ratos que han llegado tus manos
y tus pies...


Autor:
Manuel del Cabral

NI UN PASO ATRÁS


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                                           Resultado de imagen para poesia ni un paso atras



Árbol de luna que obedece al clima
un sistema de nocturnidad,
no permitas que el murciélago te oprima.
Ni un paso atrás.

No permitas que el largo regimiento
de los años de crimen pertinaz,
te toque el hombro con el pensamiento.
Ni un paso atrás.

Que la alta flor que de tus ramas brota
en este chapuzón de libertad,
no pierda en miel ni la más breve gota.
Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás, soldados y civiles
hermanados de pronto en la verdad.
La vida es una sobre los fusiles,
que no hay trincheras para los reptiles,
de malos nuestros a extranjeros viles.
Ni un paso atrás.

La libertad como un antiguo espejo
roto en la luz, se multiplica más,
y cada vez que un trozo da un reflejo
el tiempo nuevo le repite al viejo:
Ni un paso atrás.

Ni un paso atrás, ni un paso atrás,
ni un paso de retorno al ayer, ni la mitad
de un paso en el sentido del ocaso,
ni un paso atrás.

Que en la lucha del pueblo se confirme,
-sangre y sudor- la nacionalidad.
Y pecho al plomo y la conciencia en firme.
Y en cada corazón… ni un paso atrás.


    
Autor:
Don Pedro Mir

Breve memoria del intelectual dominicano, Manuel Rueda


Manuel Rueda nació el 27 de agosto de 1921en Montecristi, República Dominicana. Pianista, poeta, autor de obras de teatro. Un escritor de gran capacidad intelectual en un país donde predominaba la mediocridad, la envidia y la pobreza cultural.

Estudió música de música en el conservatorio de Santiago de Chile. Vivió en Chile por catorce años. En Chile, en 1945, obtuvo el premio “Orrego Carballo” otorgado por el conservatorio de Chile, y en Chile, también, se publicaron sus primeros poemas, en el 1949, en la revista Atenea, revista de la Universidad de Concepción.

Fue un integrante tardío de La poesía sorprendida, y creador del Pluralismo.

Era miembro de la Academia Dominicana de la Lengua, y director del suplemento cultural «Isla abierta» del periódico Hoy, y director del Conservatorio Nacional de Música.

En seis ocasiones ganó el Premio Anual de Literatura, tres en poesía, dos en teatro y una narrativa. También obtuvo, en 1994, el Premio Nacional de Literatura.

Entre sus obras literarias están La noches (1949 y 1953), Tríptico(1949), La criatura terrestre (1963) y Vacaciones en el cielo. Entre sus obras teatrales, La trinitaria blanca (1957), El Rey Clinejas (1979) yRelato de la Pasión y muerte de Juana Loca (Premio Teatral «Tirso de Molina», 1995). Como compositor, su obra más importante es, quizás, El cancionero litúrgico dominicano, la cual compuso en colaboración con el Obispado de Santiago de los Caballeros, en la República Dominicana.

Obras:
POESÍA:
Las noches (1949 y 1953)
Tríptico (1949)
La criatura terrestre (1963)
Por los mares de la dama (1976)
Las edades del viento (1979)
Congregación del cuerpo único (1989)
Las metamorfosis de Makandal (1998)

TEATRO:
La trinitaria blanca (1957)
Teatro (1968)
El Rey Clinejas (1979)
Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca (1996)

CUENTOS:
Papeles de Sara y otros relatos (1985)

RECOPILACION:
Adivinanzas dominicanas (1968)
Antología panorámica de la poesía dominicana contemporánea 1912-1962 (en colaboración con Lupo Hernández Rueda, Tomo I, 1972)
Dos siglos de literatura dominicana (s. XIX y XX). Poesía y prosa (En colaboración con José Alcántara Almánzar) (1996)

ENSAYOS:
Conocimiento y poesía en el folklore (1971)
De tierra morena vengo (en colaboración con el escritor Ramón Francisco, el fotógrafo Wilfredo García y el pintor Ramón Oviedo, 1987).





Canto a Santo Domingo vertical








Ciudad que ha sido armada para ganar la gloria,
Santo Domingo, digna fortaleza del alba,
Hoy moran en mi alma todas las alegrías
Al presenciar tus calles con movidas y claras,
El rostro erguido y bronca la voz de tu trinchera:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!

Sé ara que engullirte como sardina rondan
Treinta y seis tiburones en tu ardiente ensenada,
Celosos de los hombres que construyen la vida
Y nunca se arrodillan en sus grandes batallas.
Y tú estarás de pie, diciendo al enemigo:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!

El cinturón de fuego que tu vientre comprime
Puede volver cenizas la vastedad del mapa.
Pero quiere decirte, guardiana de mis sueños,
Que todos los infiernos y sus hombres se apagan
En el océano inmenso de los pueblos que gritan:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!

Quiero que sepas hoy que temo más que nunca,
Corazón de la vida que prefiere la Patria.
Que a todos los amores sembrados en el mundo
Quito una flor y es poco para cantar tu hazaña.
¡Yanqui, vuelve a tu casa!

Tú estarás para siempre dibujada en mi pecho
De marinero en ruta tras la estrella del alba.
Tu voz será la música de mis noches de fiesta.
Y cuando en algún sitio la luna este apagada,
Desplegando mis velas repetiré contigo:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!

¡Vuelve a tu casa yanqui! Santo Domingo tiene
más ganas de morirse que de verse a tus plantas.
Y si violas sus calles combatientes y puras
La tendrás en cenizas, pero nunca entregada.
En medio del silencio de la ciudad Hundida
Gritaran los escombros. Yanqui vuelve a tu casa!

Abelardo Vicioso

Versainograma a Santo Domingo




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Perdonen si les digo unas locuras
En esta dulce tarde de febrero
Y si se va mi corazón cantando
Hacia Santo Domingo, compañeros.
Vamos a recordar lo que ha pasado allí
Desde que Don Cristóbal, el marinero
Puso los pies y descubrió la isla
Que mejor no la hubiese descubierto
Porque ha sufrido tanto desde entonces
Que parece que el diablo y no Jesús
Se entendió con Colón en ese aspecto

Esos conquistadores españoles
Que llegaron desde España, por supuesto
Buscando oro y lo buscaron tanto
Como si les sirviese de alimento

Enarbolando a Cristo con su cruz
Los garrotazos fueron argumentos tan poderosos
Que los indios vivos se convirtieron pronto
En dominicanos muertos

Aunque hace siglos de esta historia amarga
Por amarga y por vieja se las cuento
Porque las cosas no se aclaran nunca
Con el olvido ni con el silencio.

Y hay tanta inquietud sin comentario
En la América hirsuta que me dieron
Que si hasta los poetas nos callamos
No hablan los otros porque tienen miedo.

Ya se sabe en un día declaramos
La independencia azul de nuestros pueblos.
Una por una, América Latina
Se desgranó como un racimo negro
De nacionalidades diminutas
Con mucha flecha y con poco dinero.

Andamos con orgullo y sin zapatos
Y nos creemos todos caballeros.
Cuando tuvimos pantalones largos
Co escogimos pésimos gobiernos:
(rivalizamos mucho en este asunto,
Santo Domingo se sacó los premios).

En esta variedad un tanto triste
Tuvieron a Trujillo sempiterno
Que gracias a un balazo se enfermó
Después de cuarenta años de gobierno.

Podríamos decir de este Trujillo
(a juzgar por las cosas que sabemos)
Que fue el hombre más malo de este mundo
Si no existiera Jhonson, por supuesto.
Sabremos quien ha sido más malvado
Cuando los dos estén en el infierno.
Cuando murió Trujillo respiró
Aquella patria de tormentos
Y en una escalofrío de esperanzas
Subió la luna sobre el sufrimiento.
Corre por los caminos la noticia:
Santo Domingo sale del infierno
Por fin elige un presidente puro:
Juan Bosch que regresa del destierro
Pero no les conviene un hombre honrado
Ni a los gorilas ni a los usureros.

Decretaron un golpe en Nueva York:
Le echan abajo con cualquier pretexto.
Lo destierran con su constitución,
Instalan a cualquier sepulturero
En el tronco del mando y del castigo.

Y los verdugos vuelven a sus puestos
"La democracia representativa ha sido
restaurada en este pueblo"
Dijo El Mercurio en su "editorial"
Escrito en la Embajada que sabemos.

Pero esta vez las cosas no marcharon,
Y de modo interesado aunque severo
A norteamericanos y gorilas
Le salieron los tornillos en el queso,
Y con voz de fusibles en la calle
Salió a cantar el corazón del pueblo.
Santo Domingo con su pueblo armado
Sonó la inspiración de los violentos:
Tomó ciudades, campos y en el puente,
Con el pecho desnudo y descubierto,
Aplastó tanques, desafió cañones.

Y corría impetuoso como el viento
Hacia la libertad y la victoria
Cuando el texano Jhonson, el funesto
Con la sangre de muchos en las manos,
Hizo desembarcar los marineros.

Cuarenta y cinco mil hijos de perra,
Bajaron con sus armas y sus cuentos,
Con ametralladoras y cuchillos
Con objetivos claros y concretos:
"Poner en libertad a los ladrones,
Y a los demás hay que meterlos presos".

Y allí están disparando cada día
Contra dominicanos indefensos
Como en Vietnam el asesino es fuerte,
Pero a la larga vencerán los pueblos.

La moraleja de este cuento amargo
Se las voy a decir en un momento
(no se lo vayan a contar a nadie:
Soy pacifista por fuera y por dentro)

Ahí va:
Me gusta en Nueva York el yanqui vivo
Y sus lindas muchachas, por supuesto,
Pero en Santo Domingo y en Vietnam
Prefiero norteamericanos muertos.

Pablo Neruda

lunes, 13 de abril de 2015

Gigantes de la cordillera





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Me dicen que sienten sus pasos,
llevan verde la esperanza y el
corazon desbordado,
dicen que un soplo de luz
alumbro la cordillera,
pasaron cual rayo raudo que
cae en la tierra.

Se sembraron en el monte
las rocas tienen su nombre,
se ven rios con su sangre,
dicen que en el camino
se oia la patria ,
y que de hecho los pinos
coloreaban cual bandera
pues de tres colores era la
senda que caminaron y en
ella habia un escudo ,
que rezaba cual soldado;
la muerte no importa
cuando se cumple con la vida.

Dicen que en las noches mas negras
resurge del monte un claro,
las figuras de hombres tan
grandes como titanes,
que recorren los caminos
sembrando resplandores
heroes que no conocen
el rostro de la derrota
y sonriendo victoriosos en
su gloriosa sepultura,
saben que esta , su Quisqueya,
                                  otras tantas ser libre sabrás 
                                
                                              Autora: 
                                 Silvia Caamaño Velez





Poematica del tiempo