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lunes, 20 de abril de 2015

San Carlos recordó los Comandos de Abril del 65

             FUENTE: http://vigilanteinformativo.com


San Carlos recordó los Comandos de Abril del 65


Por Genris García

GALERIA DE FOTOS. SANTO DOMINGO.- Este domingo, en la barriada de San Carlos se escuchaba el tableteo de las ametralladoras y los fusiles ligeros de soldados improvisados, que defendían la Patria del invasor y de los criollos que se fueron de aquel lado del puente Duarte.

Los noveles combatientes del 65, ahora con su cabezas canas, remembraron los combates de cada noche en los 7 comandos que estaban más próximo a la casa presidencial, dónde dos años antes malograron la constitucionalidad, con el derrocamiento del profesor Juan Bosch, primer presidente electo democráticamente, tras la caída de la dictadura.

Allí estaban los del comando San Carlos, de La Avanzada A, 30 de marzo, Brasil, Francisco del Rosario Sánchez (Los Rolitas), Los Ases Negros y Libertador.

Desde que empezó a despuntar el sol en el horizonte comenzaron a llegar, como soldados a las trincheras, los primeros combatientes de la Patria quienes llegaban con sus pechos erguidos, sus frentes en alto y con el orgullo rebosante de aquellas batallas, que ahora recrearían entre sus camaradas de ayer y generaciones de hoy.

Las palomas revoloteaban  el parque San Carlos, el mismo que los disparos de abril levantaron aleros de sus viviendas y espantaron los perros.

Los actos de los San carleños, organizados por el Comité Patriótico “Francisco Alberto Caamaño Deñó” junto a la Comisión Coordinadora de esta barriada, cuyos habitantes tuvieron una destacada participación en este gesta histórica, iniciaron con el Himno Nacional.  La bandera dominicana, que nunca bajan de su asta en el centro del parque y que guarda mil historias, la sentían tan alta, que parecía el mismo Dios podía tocarla con sus manos piadosas.

No podían quedarse las estrofas que llaman a “a luchar … a los soldados valientes… porque empezó la Revolución” momento que provocó los pelos se erizaran en las pieles arrugadas de los muchachos de antes… y de ahora.

En el templo, repleto de parroquianos llegados para la ocasión, todos respondían al llamado de la Patria, para recordar el mayor acontecimiento histórico del siglo pasado y que marcó el inicio del proceso de democratización de la República Dominicana. Rafael Porro, del comando San Carlos, agradeció a los comandantes presentes, a los estudiantes y visitantes.  

Pidió, que así como se importantiza el 27 de Febrero también se haga con el 24 de Abril y exhortó a los jóvenes presentes a ser el relevo de quienes hoy están dando el testimonio, para que en el futuro “sean ustedes los propios protagonistas”. En su invocación pidió a Dios que recibiera a los muertos de Abril en su seno… que extendiera su manto sobre los hombres de bien que mantiene la patria dominicana.

Muy próximo a su puerta principal colocaron la trinchera de Abril, con una 50 apuntando al Palacio Nacional, al igual que en el año 65, cuando todos buscaban tomar el espacio de donde fue desalojado el Presidente Juan Bosch, por las botas conspiradoras de los golpistas del 63 y por las tropas invasoras norteamericanas del 65.

Jesús de la Rosa, uno de los comandantes del barrio San Carlos habló a nombre de sus compañeros y destacó el arrojo de cada hombre y mujer que tomaron lo primero que encontraban a su paso, para defender la constitucionalidad malograda.

Marino Santana tuvo a cargo la lectura de la proclama de San Carlos escrita por el poeta nacional y del barrio, Tony Raful y que recoge el sentimiento de los combatientes de todo el barrio.
“En el 50 aniversario de la gloriosa gesta del 24 de abril de 1965, evocamos en el recuerdo histórico, la jornada de lucha democrática del pueblo dominicano por sus libertades y sus derechos sociales consignados en la Constitución del 29 de abril de 1963, garantía de sus reivindicaciones económicas y políticas, la más avanzada reforma constitucional de nuestra vida republicada”, subrayó Santana.

Luego hizo hincapiés “ante la agresión del poder imperial se organizó en comandos, unidades de combate integradas por militares y civiles, unidos en la tarea de defender las conquistas democráticas y resistir al invasor extranjero…”.

Destacó que los barrios en armas constituyeron una barrera infranqueable de defensa de los principios de la Constitución del 63 y de la dignidad y la soberanía nacional.

“!Un pueblo sin memoria histórica no merece existir! San Carlos se cubrió de gloria en la lucha por el retorno a la constitucionalidad, por la defensa de la soberanía nacional, dijo presente para siempre, para la historia y las luchas del porvenir”, subrayó Marino.

Luego habló Miguelina Crespo, en representación del Comité Organizador de los actos, quien destacó la importancia de estas iniciativas para educar las nuevas generaciones, rendir tributo y no olvidar a quienes sacrificaron sus vidas en la guerra patria.
Igualmente, dio a conocer el programa de actividades previstas para la conmemoración del 50 aniversario de Abril de 1965 y llamó a la Caminata de este 24 de abril que partirá desde la Plaza de la Constitución –Fortaleza Ozama- hasta el cementerio de la avenida Independencia.

Tras los discursos ingresaron varios comandos, los de los artistas, que con sus buenas artes remembraron los combates y el impacto de esta epopeya popular. Jornada pictórica con temas alusivos a la guerra de Abril, cuyos autores dejaron ver con sus pinceles los colores de la primavera hecha patria.
Francisco Muñiz (combatiente en Villa Francisca) y María del Carmen Ramírez, estuvieron a cargo de la jornada artístico-cultural.
Interpretaciones de los cantautores Virna García y Dioni Díaz, el monólogo “Amor en tiempo de Guerra” de Dinorah Coronado, la actuación de Nieves García y la dirección de María del Carmen Ramírez elevaron el espíritu patrio.
Por igual, la lectura dramática de uno de los discursos del Coronel Francisco Alberto Caamaño, a cargo de Margaret Sosa, directora del teatro Otoño, de Santo Domingo Este, muestra de la integración lograda en este acto unitario.

Jorge Puello (Jorgito), tuvo a cargo de una actuación dramática que golpeó el pecho de la concurrencia, con el teatro Infantil del Club Enriquillo, mientras el declamador de poesía negroide, Tirso Medrano, sacudió con un poema de su autoría, sobre los Héroes Anónimos, de aquellos que yacen en una tumba sin nombres en el cementerio de la avenida Independencia.
Pedro Veras, de la UASD, fue el responsable de la participación artística.

Los disparos de Abril de 1965 se cambiaron por canciones que en cada rincón se dejaban escuchar y trasladaban a los parroquianos a las Trincheras del Honor.
Allí estaban el coronel Caamaño y Monte Arache y algunos muchachos con fusiles ligeros agachándose de las balas enemigas. Quienes les acompañaron se detenían en sus imágenes a recordar esos momentos, y los que no, parecían querer estar allí.

Luego, cuando la tarde se hizo adulta se reunieron bajo una carpa blanca, combatientes y algunos comandantes a testimoniar sus acciones y vivencias.

Como el primer soldado, que los años y los achaques de la edad acorralan, allí estaba Jorge Puello Soriano (El Men), de quien algunos recordaron como instructor militar en la escuela Argentina, quien copó la atención especial de los y las presentes.

Ana Marina Hernández Paulino, quien ya pasa los 80 años, revivió cuando le tocó recoger un cadáver sin cabeza en las cercanías del puente Duarte, mientras Montes Arache, el líder de los Hombres Rana, al verla congelada, le indicó “aquí está la cabeza”… Para agregar en seguida “Revisen los bolsillos para identificar cada muerto y tomen sus armas para que otros combatan”

Félix “La Navaja”, llegó desde la Sultana del Este, para testimoniar que la leyenda de que a los gringos no le entraban balas, se le acabó cuando les metieron tiros en la calle Salcedo y perforaron sus chalecos, que les parecían hacerles inmunes a las balas dominicanas.

Marino Santana contó sobre la clave o “santo y seña” que permitía movilizarse en la zona constitucionalista al caer la noche, cuando las luces se apagaban y solo los combatientes se deslizaban en sus callejuelas con olor a pólvora. Despertó interés cuando a un transeúnte le pidieron “el santo y la seña” y guardó silencio. “No tiren! Yo soy Domingo El Loco”, reaccionó el espantado caminante.

Recordó que un francotirador norteamericano, desde el Palacio Nacional se especializaba en asesinar a niños y mujeres que osaban caminar por la calle Julio Verne y otras calles aledañas.

Destacó la diferencia en el sector Constitucionalista, donde cuando era apresado cualquier persona extraña o soldado interventor, era entregado al Comando Central Constitucionalista. Por el contrario, cuando ellos entraban del otro lado, controlado por el CEFA, eran fusilados sin contemplación.

Luego de los debates, historias contadas, anécdotas y algunas falsos testimonios, César Carrasco, quien militó en la Línea Roja y fundador del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), pidió la palabra a Miguelina Crespo para preguntar:
“Esas fueron las experiencias del pasado y del presenté qué? 

Provocando el debate esperado con los momentos actuales.
Carrasco no fue un combatiente de abril, pero lo ha hecho en otras trincheras. Confiesa que fue el único testigo de la muerte del comandante Pichirilo. Otro héroe anónimo de la pos guerra, como tantos otros participantes de Abril.

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