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viernes, 26 de diciembre de 2014

RESEÑA SOBRE CIEN AÑOS DE SOLEDAD DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ POR CARMEN CUADRADO BRIONES(1º DE BACH A) Y MARTA ZARZA (2º DE BACH. A)





Cien años de soledad es una obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez, se trata de uno de los libros en español más traducido y leído, en 1999 el diario Le Monde, lo incluyó en el puesto número 33 de su lista “los 100 libros del siglo”.


La historia se centra en la familia Buendía, durante seis generaciones, desde José Arcadio Buendía y su mujer Úrsula, pertenecientes a una de las familias fundadoras del pueblo donde se desarrolla la trama-Macondo- hasta la sexta, Aureliano Babilonia. Se encuentra enmarcada en el principio del S. XX y se puede apreciar la guerra entre liberales y conservadores en la que se ve envuelto el Coronel Aureliano Buendía, perteneciente a la segunda generación,  así como la llegada de los americanos a Macondo que instalan una bananera.
Pertenece al género del realismo mágico y por ello aparecen elementos irreales, como el miedo de Úrsula por tener un hijo con cola de cerdo ya que ella y su marido son primos o el diluvio en el cual se ve sumido Macondo durante años. Al principio de la novela tienen gran importancia la presencia de los gitanos que traen al pueblo nuevo inventos lo que despierta en José Arcadio Buendía el deseo por la alquimia que lo termina por llevar a la locura. De entre todos los gitanos destaca Melquíades que termina viviendo con la familia hasta su muerte y que deja unos manuscritos que solo podrán ser descifrados cuando pasen cien años. La soledad está muy presente en toda la obra, pues ninguno de los miembros de la familia parece encontrar el amor verdadero, como queda reflejado al final de la misma “… porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra
Me parece una obra muy buena con una trama bastante interesante, narrada de una forma sencilla que facilita su lectura pese a no tener diálogos. Sin embargo  en ocasiones puede resultar un poco lioso si no llevas bien el recuento de  los nombres de los personajes,  pues estos se suelen repetir durante todos los miembros de la familia y en ocasiones unos se mezclan con otros. Se la recomendaría a todo aquel a la que le guste leer, del mismo modo que recomendaría otras obras de este autor que también he podido leer como Crónica de una muerte anunciada, un libro más ligero y que, al igual que este, te acerca a las costumbres y a la forma de ver la vida de las sociedades hispanoamericanas


RESEÑA DE CARMEN CUADRADO BRIONES (1º BACH A)


Cien Años de Soledad me ha parecido un libro muy orginal y en general bastante interesante, pero a pesar de esto, me ha costado bastante leerlo, no ya por el vocabulario o porque la historia fuese complicada o por la cantidad de nombres que había, sino porque al contar la historia de una familia,los Buendía, sus desgracias y tristes finales se iban repitiendo de generación en generación hasta el punto de llegar a ser pesado. Aún así he de decir que en su conjunto me ha gustado, no podría negarse que es un buen libro, pero no lo recomendaría. 

La mejor parte del libro es el principio, cuando los Buendía comienzan a cursar su historia creando un pueblo, Macondo, y algunos de miembros de la familia empiezan a interesarse por la ciencia descubriendo maravillas y desarrollando oficios como el de la plateria, al que se aficionaron casi todos los Aurelianos de la familia aunque cada uno en su generación. 

Hay personajes que traspasan generaciones y que son los que les dan vida y autenticidad el libro porque son personajes que intentan encauzar la vida de los descendientes manteniendo el espíritu de familia.  Un ejemplo de este hecho sería Úrsula quien vive más de cien años conociendo así a casi todas las generaciones de su familia.

La idea principal que saqué del libro al terminarlo es que hagas lo que hagas tu huella no quedará en el mundo para siempre ya que  una familia surge y su estirpe se acaba años después pero la vida sigue y aunque algunos notan la falta, cuando estos ya no estén nadie recordará. Sin embargo, tampoco hay que verlo todo en un sentido negativo y el libro  puede interpretarse como una llamada al carpe diem. El final del libro recoge parte de su encanto y creo que es este final el que lo ha salvado de que no me guste, ya que en las páginas finales se relacionan todos los sucesos que han ido surgiendo a lo largo de la historia y te das cuenta de que el autor aunque a veces te aburra, sabe compensarte al final.







Cien años de soledad
Publicada en 1967, Cien años de soledad relata el origen, la evolución y la ruina de Macondo, una aldea imaginaria que había hecho su aparición en las tres novelas cortas que su autor había publicado con anterioridad. Estructurada como una saga familiar, la historia de la estirpe de los Buendía se extiende por más de cien años, y cuenta con seis generaciones para hacerlo.
La crónica de los Buendía, que acumula una gran cantidad de episodios fantásticos, divertidos y violentos, y la de Macondo, desde su fundación hasta su fin, representan el ciclo completo de una cultura y un mundo. El clima de violencia en el que se desarrollan sus personajes es el que marca la soledad que los caracteriza, provocada más por las condiciones de vida que por las angustias existenciales del individuo.
El realismo mágico (también llamado lo real maravilloso) hace posible que la objetividad de la vida material se vea matizada por la subjetividad de la fantasía. Lo insólito (situaciones parecidas a los cuentos de hadas, levitaciones, premoniciones, la extrasensorialidad presente) da lugar a una atmósfera mágica que atenúa la miseria social y humana, de forma que lo mágico subraya la dureza y desajuste de la realidad, la violencia que domina la vida cotidiana.
Argumento
Dos familias, la de los Buendía y los Iguarán, han acabado por dar luz a un muchacho con cola de iguana a fuerza de casarse entre sí. Úrsula Iguarán, recién casada con José Arcadio Buendía, se niega a que el matrimonio se consume por temor a que también les nazca un hijo con cola. Ello da pie a que Prudencio Aguilar eche en cara José Arcadio su poco valor. José Arcadio acaba matándole por su provocación, pero el muerto se le aparece constantemente.
Huyendo del fantasma del muerto, y al frente de un grupo de compañeros, José Arcadio llega a una aldea de apenas "veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río" y se queda a vivir en ella. Esta aldea se llama Macondo, mítico escenario de ésta y otras obras del autor. El único contacto que sus habitantes tienen con el exterior lo constituyen las periódicas visitas de unos gitanos capitaneados por un tal Melquíades, que, además de conocer el sánscrito, introducen en Macondo el hielo y el imán.
El libro se inicia, precisamente cuando Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, hijo de José Arcadio, recuerda aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Así comienza el libro, pero no la historia, que abarca, en realidad, cuatrocientos años y nos informa acerca de innumerables antepasados de José Arcadio y de su esposa Úrsula, revelando en su construcción, como gran parte de la narrativa hispanoamericana del momento, la influencia de Faulkner: su acción no avanza de manera cronológica, sino a brincos, por flashes que nos permiten conocer fragmentos de ella y sólo luego, al final, proporcionamos una visión global.

Gabriel García Márquez
El suceso más antiguo relatado en la obra ocurre en 1573, en una casa de Riohacha asaltada por Francis Drake. Después del asalto del inglés, una antepasada de Úrsula, casada con un aragonés trasplantado a Colombia, se asusta tanto que comienza a sufrir pesadillas protagonizadas por el pirata penetrando con sus perros por las ventanas del dormitorio. Para ahuyentar las pesadillas, el matrimonio se traslade a una ranchería del interior, donde conocen a los Buendía, unos criollos cultivadores de tabaco.
Un tataranieto del criollo se casa con una tataranieta del aragonés, y a partir de entonces las familias no dejarán de mezclar su sangre a lo largo de los tres siglos siguientes, hasta llegar a los ya citados José Arcadio y Úrsula, que tienen tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta. El viejo José Arcadio muere loco de tanto estudiar, atado a un árbol del patio, y tras su muerte cae lluvia de flores. No es éste el único momento mágico de la novela.
José Arcadio hijo se casa con Rebeca, una prima lejana, por lo que su madre, encolerizada por que teme que puedan tener hijos con cola de iguana, la echa de casa. Cuando José Arcadio aparece muerto, Rebeca se encierra en la casa donde vivirá con Arcadio, un hijo bastardo que José Arcadio ha tenido con Pilar Ternera, una mujer del pueblo que también le ha dado un hijo (José Aureliano) a su hermano Aureliano.
Antes de morir fusilado por liberal, este Arcadio tendrá tres hijos con Santa Sofía de la Piedad: Remedios, José Arcadio Segundo y su gemelo Aureliano Segundo. A Remedios, que es muy bonita pero no brilla por su inteligencia, le pasa lo mismo que a su tía abuela Amaranta: los hombres que a ella le gustan no la quieren, y los que la quieren no le gustan. Cuando muere, después de habérsele muerto todos los novios, sube al cielo.
Respecto a Aureliano, se casó con una hermosa niña llamada también Remedios, la cual muere de un mal embarazo antes de cumplir un año. Aureliano organiza un ejército del que se nombra coronel y se marcha a luchar contra los conservadores. En el transcurso de veinte años participará en treinta y dos guerras civiles, que perderá indefectiblemente debido a la tristeza que le embarga, por lo que al final, cansado, firma la paz y regresa a Macondo, donde pasa el tiempo confeccionando pescaditos de oro, lo mismo que hacía antes de casarse, que luego deshace como Penélope hacía con su tela. Ello no le impide tener diecisiete hijos, uno de los cuales, llamado también Aureliano, será quien lleve el tren a Macondo.
Aureliano Segundo se enamora de Fernanda, una mujer muy hermosa, reina de Madagascar, emparentada con los Duques de Alba, que aparece en Macondo durante el carnaval. A pesar de que ignora donde vive, Aureliano Segundo sale en su busca, la encuentra, se casan y viven felices en la casa de Úrsula, a pesar de que el matrimonio corre peligro de naufragar porque Aureliano mantiene relaciones extraconyugales con Petra Cocer; pero como ésta les abastece de ganado, Fernanda acepta el hecho sin pestañear. El matrimonio tiene tres hijos: Meme, José Arcadio Tercero (al que la vieja Ursula manda a estudiar a Roma para que llegue a ser Papa), y Amaranta Úrsula.
José Arcadio Segundo es nombrado capataz de una compañía platanera dirigida por extranjeros, e interviene en una huelga con tres mil compañeros que morirán ametrallados en la plaza de la estación de Macondo. Único superviviente de la matanza, hasta la muerte de su hermano gemelo vivirá encerrado en una habitación donde se encuentran varias docenas de bacinillas.
Comienza a llover, una lluvia que ha de durar cuatro años, y cuando deja de hacerlo el ganado proporcionado por Petra ha muerto y la casa se ha reblandecido. Lo poco que aún queda de ella lo derriba Aureliano Segundo buscando la hipotética fortuna de la vieja Úrsula. Los únicos a quienes el temporal no ha afectado son Aureliano Babilonia, bastardo de Meme, y Amaranta Úrsula, la hija menor de Fernanda. Al poco tiempo, muere Amaranta, que ha hecho un pacto con la muerte durante un concierto de Meme; después muere Rebeca y después Arcadio Segundo. El mismo día, su madre, tal como le había prometido, degüella a su gemelo, para evitar que le entierren vivo.
En la casa sólo quedan Aureliano Babilonia, el bastardo de Meme, al que Fernanda, avergonzada, ha ocultado, y Fernanda, que pasa el tiempo escribiendo a sus hijos todas las fantasías que se le ocurren. Sintiendo próxima la muerte, se viste de reina y muere con toda dignidad, tras haber escrito unas memorias que lega al estudiante de papa, que vuelve meses después a Macondo sin haber aprobado los estudios. Éste encuentra la fortuna de Úrsula y la gasta con un grupo de chiquillos, pero un día se enfada, los azota y los echa de la casa. Después de una supuesta reconciliación, los chiquillos lo ahogan en la bañera durante una de sus fiestas.
Aureliano Babilonia, que lee cuanto cae en sus manos, queda solo en la casa con Amaranta Úrsula, abandonada por su marido, un belga que sueña con el correo aéreo y que, aunque va a todos lados atado por un hilo de seda a la muñeca de su mujer, la deja para ir en busca de un avión perdido. Al quedar solos, Aureliano Babilonia y Amaranta Úrsula, que ignoran su parentesco, se enamoran y tienen un hijo, que nace con la consabida cola. Amaranta muere de una hemorragia y Aureliano se emborracha y es recogido en la calle por una antigua amante.
Cuando regresa por la mañana a su casa, las hormigas se han comido al niño. Al final, un ciclón se lleva la casa por los aires, mientras Aureliano lee en unos pergaminos del gitano Melquíades la historia de la familia y la profecía de que no durará más que el tiempo de su lectura: "antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra".
Macondo quiere ser sin duda un espejo de la realidad de cuanto ocurre no solamente en Colombia, sino en toda Sudamérica, que ha vivido en su soledad, aislada del resto del mundo, con el que sólo ha mantenido esporádicos contactos (los gitanos de Melquíades, que la conquistan a base de maravillas perfectamente comparables con los abalorios y chucherías de que siempre se sirvieron misioneros y conquistadores), pero todo esto tendría escaso valor si no contara con su extraordinaria fabulación, con toda esa magia que se confunde de continuo con la realidad, dando lugar a un mundo mítico creado mediante un lenguaje de gran fuerza expresiva.



martes, 23 de diciembre de 2014

A 51 años de luchas contra la violencia ideologica

                                       51 aniversario del dolor, en las montañas de las manaclas

A 51 AÑOS DEL CRIMEN DE LOS COMPAÑEROS DE LAS MANACLAS, SU EJEMPLO COMO BANDERA TODAVIA ONDEA ALTO !!!!

lunes, 22 de diciembre de 2014

La diputada Minou Tavares, amenaza con recurrir a tribunales internacionales

FUENTE:ALMOMENTO.NET

Minou Tavares amenaza con recurrir tribunales internacionales


Por: Rafael Santos
               
 Minou Habla en un acto a su padre.


Tavares Mirabal, hija de Manolo Tavares y Minerva Mirabal,  hizo un llamado al Procurador General de la República (PGR), doctor Francisco Domínguez Brito, para que tome el caso del asesinato de su padre con más ahínco o de lo contrario tanto ella como las organizaciones que exigen justicia  se verán precisados a llevar sus denuncias a tribunales internacionales.
La legisladora habló en un emotivo acto que se llevó a cabo en el Museo de las Hermanas Mirabal con la asistencia de miembros de organizaciones y movimientos patrióticos de diversas partes del país.
Precisó que los crímenes  contra su padre y otros 15 dirigentes del Movimiento 14 de Junio no quedarán impune, ya que desde hace varios años se trabaja en el proceso para que el país conozca con exactitud quienes fueron los que el 21 de diciembre del 1963 los asesinaron luego, que según versiones  tanto Tavares Justo y sus compañeros fueron arrestados en el momento que iban a entregarse desarmados acogiéndose a una promesa del Gobierno de facto del Triunvirato que había prometido respetarles las vidas si abandonaban las armas. Sin embargo, sus captores los fusilaron en el lugar de la detención.
“Estamos en el día de hoy, conmemorando un aniversario más del vil asesinato contra Manolo, mi padre, en donde es propicia la ocasión, para llamar una vez más la atención del señor PGR, el doctor Francisco Domínguez Brito, para que se haga justicia con estos horrendos crímenes, no solo el de Manolo, sino de sus demás compañeros que justo hace 51 años qué fueron cobardemente asesinados; ya que de no acogerse al llamado hecho no solo por las diferentes organizaciones patrióticas que claman por justicia, de las fundaciones, partidos políticos y de nosotros sus familiares, nos veremos precisados a ir ante los organismos internacionales a exigir justicia”, dijo Minou en un emotivo discurso que fue interrumpido varias veces por los aplausos de los concurrentes.
jpm

Himno 1J4 - Catorce de Junio

El pueblo sintió las heridas de Manaclas










Diariodominicano.com


SANTO DOMINGO, el 22 de diciembre de 1963, en República Dominicana había indignación por la noticia del fusilamiento del doctor Manuel Aurelio -Manolo- Tavárez Justo, y un grupo de compañeros tras entregarse a miembros del Ejército Nacional.

Una versión da cuenta de que Manolo Tavarez Justo y sus compañeros fueron arrestados en el momento que iban a entregarse desarmados acogiéndose a una promesa del Gobierno del Triunvirato que les había prometido respetarles las vidas si abandonaban las armas.

Sin embargo, sus captores los fusilaron en el lugar de la detención.

El 19 de diciembre de 1963, el triunviro ingeniero Manuel Enrique Tavares Espaillat, había informado que la guerrilla ha sufrido 16 bajas y el Ejército Regular dos.

Atribuyó al movimiento guerrillero de tratar de establecer en la República Dominicana "una dictadura comunista, análoga a la que oprime al pueblo fraterno de Cuba".

El 22 de diciembre circuló la versión de que el presidente del Triunvirato, licenciado Emilio de los Santos presentó renuncia en desagrado por el fusilamiento de los guerrilleros.

Al dejar el cargo, los triunviros escogieron como nuevo presidente al doctor Donald Reid Cabral.


El triunviro Enrique Tavares Espaillat había dado seguridades a los guerrilleros de que si abandonan su lucha y se entregan a las autoridades, sus derechos serían respetados.

En opinión de Tavares Espaillat "es innecesario reiterarles que sus vidas y derechos serán religiosamente respetados".

En el momento que hizo el anuncio ya se conocían las noticias sobre las muertes de los guerrilleros Francisco Bueno Zapata, Pipe Faxas, Luis Ibarra Ríos y el guía guerrillero del Frente de Las Manaclas, Comandante Enrique Jiménez Moya, Domingo Sánchez Bisonó (El Guajiro)

El 19 de diciembre de 1963, el triunviro dijo que los focos de insurrección habían sido dominados, "a excepción del que opera en El Rubio".

Aseguró que las autoridades militares habían tomado 87 prisioneros, 58 armas largas, ametralladoras, fusiles máuser, pistolas, y revólveres.

De su lado, familiares de los guerrilleros solicitaron al Gobierno de facto del Triunvirato que declarara una tregua para los insurrectos, a fin de que puedan entregarse sin poner sus vidas en riesgo.

La petición también fue apoyada por el Partido Revolucionario Social Cristiano.

El Gobierno de facto del Triunvirato también anunció el día 19 de diciembre de 1963, que suspendió las garantías individuales a los detenidos inculpados de delitos de subversión, por lo que no podrán obtener libertad provisional, con o sin fianza.

El doctor Manolo Tavarez Justo, Comandante del Frente, Enrique Jiménez Moya, y sus compañeros, fueron detenidos por miembros del Ejército Nacional, a cinco kilómetros del caserío de Las Manaclas, en el municipio de San José de Ocoa.

Del grupo que se acogió a la promesa que había hecho el Triunvirato de garantizarle la vida si se entregaban desarmados, sólo sobrevivió Emilio Cordero Michel, quien formaba con otros guerrilleros la Comisión de Avanzada que negociaría la rendición de los guerrilleros con los militares.

Al salir a la carretera, la comisión gritó que iba a entregarse y a pesar de mostrar prendas blancas, fueron ametrallados por militares que viajaban en un jip.

Los integrantes del otro grupo de guerrilleros que permanecían ocultos con el doctor Tavarez Justo, fueron apresados y fusilados en el acto.

Los guerrilleros que fueron fusilados junto al doctor Manolo Tavarez Justo fueron Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, Rubén Díaz Moreno, Jesús Antonio (Tony) Barreiro Rijo, Juan Ramón (Monchi) Martínez, Manuel de los Reyes (Reyito) Díaz Herrera y el doctor Federico José Cabrera, quien era el médico del frente guerrillero Enrique Jiménez Moya.

También fueron fusilados Jaime Ricardo Socías, Fernando Arturo (Papito) Ramírez Torres, Carlos Manuel Fondeur, Rubén Alfonso (Fonsito) Marte Aguayo, Caonabo Abel, Antonio (Manchao) Filión y José Daniel Fernández Santos.



Fueron fusilados


El historiador Tulio H Arvelo, publicó la versión que da cuenta del acto de fusilamiento y echó por el suelo la versión del Gobierno de facto de que el grupo de guerrilleros que acompañaba a Manolo Tavarez Justo, murió en combate.

Arvelo, explica los hechos en una historia que publicó en la Revista Ahora, número 737 del 26 de diciembre del 1977, en las páginas 65, 66, 67 y 68. En contenido es el siguiente:
El 21 de diciembre de 1963, el Dr Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), y catorce compañero más perecieron en Las Manaclas. Inmediaciones de San José de las Matas a manos de efectivos del Ejército Nacional. Según el parte oficial el grupo murió en combate. Pero sus compañeros sobrevivientes aseguran que fueron asesinados después de rendirse atendiendo un llamado que hizo por la Radio el ingeniero Manuel Tavares Espaillat, miembro del Triunvirato en el poder prometiendo que se le respetaría la vida. Tavarez Justo y sus compañeros habían iniciado un foco guerrillero el 26 de noviembre de 1963, conjuntamente con otros cinco grupos que operarían en La Horma. Berrenda. Bahoruco. El Limón y Los Quemados, diseminados en el Norte, en el Este y en el Sur del territorio nacional.

El motivo de la acción estuvo claramente expuesto en la Proclama al Pueblo, al decir ´la hora llama a la restitución y mejoramiento del régimen constitucional derogado por el golpe de Estado.

Se refiere a la asonada que derrocó el gobierno constitucional del Presidente Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963.

La proclama no limita el alcance del movimiento a esos objetivos. Considera que esas metas enriquecen las perspectivas de la revolución que nosotros auspiciamos. Más adelante aclara este concepto cuando dice ´y transformado este combate constitucional y antigolpista en una resistencia por la revolución reivindicadora que es nuestra misión fundamental.

El foco guerrillero de Las Manaclas, estaba compuesto por 29 combatientes de lo que solamente ocho salvaron la vida. A través de relatos de los sobrevivientes se conocen los últimos momentos en la vida de los mártires del 21 de diciembre del 1963. Aunque hay divergencia en sus versiones, todos coinciden en que a última hora decidieron acogerse a las garantías del ingeniero Tavárez Espaillat.

Un informe de Luís Peláez, sobreviviente de Las Manaclas rendido a la dirección del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), publicado en la edición del 26 de febrero de 1973 de la revista ¡AHORA!, dice que el día 19 el estado de la tropa era de agotamiento progresivo. Los comestibles se habían terminado y los esfuerzos para abastecerse eran inútiles porque habían fallado las medidas tomadas antes de subir a las montañas.

Los almacenamientos de provisiones habían desaparecidos y las bodegas y carnicerías instaladas en lugares estratégicos habían sido incautadas por el Gobierno. El día 20, sigue el informe, castigados por el hambre y el frió se planteó por primera vez considerar las garantías dadas por el Ingeniero Tavarez Espaillat. En una reunión celebrada en la noche, la mayoría opinó que debían acogerse a ellas.
Cinco se opusieron aduciendo el temor de que las intenciones de los militares golpitas fueran contrarias a las aparentemente expresadas por el miembro del Triunvirato. Tampoco Tavarez Justo, era partidario de la entrega. La reunión se disolvió sin que se llegara a un acuerdo. La decisión final se tomaría al día siguiente. El 21 a las cinco de la mañana ya estaban en pie.

Aunque no se hizo una nueva reunión formal, las conversaciones entre grupos habían convencido a Tavarez Justo a decidirse por la entrega. Con esa adhesión comenzaron los preparativos para rendirse a las autoridades.

A las 10.30 a.m., a José Daniel Ariza, Luís Peláez, Josesíto Crespo Polón y Pitifia, los cinco opuestos a la rendición, se les permitió marcharse.
En una entrevista hecha al doctor Emilio Cordero Michel, sobreviviente del grupo, en el número seis de la Revista ¿Qué?, en 1971, hay más detalles de las últimas horas de los héroes y mártires de Las Manaclas.

Se acordó que la rendición se haría de día y ante un oficial del Ejército. Se comisionó a un grupo comandado por Cordero Michel e integrado además por Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, y Juan Ramón Martínez (Monchi) para que fueran a arreglar la entrega. A las cinco horas de camino se encontraron con un jeep del que se apearon dos soldados armados de ametralladoras. Uno abrió fuego matando en el acto a Schott Michel, a Peralta Michel y a Martínez. Cuando el soldado homicida recarga su arma para disparar sobre Cordero Michel, que había resultado ileso de sus primeras ráfagas, el otro soldado se la quitó increpándolo de asesino y evitando que lo matara.

En esa misma entrevista está el siguiente detalle: Fidelio Despradel, Marcelo Bermúdez, Juan García Arias (Chanchan), y Domingo Bisonó (El guajiro), habían abandonado el grupo de Manolo del 15 al 16 a cumplir una misión. Eso salvó la vida a los tres primeros. El guajiro murió al ser reconocido en una bodega por el segundo alcalde del lugar. Allí fue herido de una puñalada. Despradel, Bermúdez y García fueron capturados más tarde. Los caídos en Las Manaclas fueron Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo. Ing. Jaime Rafael Ricardo Socias. Dr. José Cabrera González. Juan Ramón Martínez (Monchi). Jesús Antonio Barreiro Rijo (Tony). José Daniel Fernández Matos. Ing. Rubén Días Moreno (Rudy). Agr. Domingo Sánchez Bisonó. Manuel de Jesús Founder, Leonte Antonio Schott Michel, Fernando Arturo Martínez Torres, Antonio Filión (Manchao), Caonabo Abel Manuel de los Santos Reyes Díaz (Rayito) Alfredo Peralta Michel (Alfredito) Francisco del Carmen Bueno Zapàta, Rubén Alfonso Marte Aguayo (Fonsito)

En la Horma, entre San José de Ocoa y Valle Nuevo, murieron. Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo). Jefe del grupo de los Quemados, Adolfo González y Negro Rodríguez de Jesús. En esa misma zona fueron capturados Arsénico Ortiz Fernández (cubano), Francisco Peralta Trinidad, Arturo Romero, José Rafael Pérez Modesto, Gonzalo Pérez Cuevas, José Altagracia Suazo, y la Dra. Carmen Lora Iglesias (Piky)

En Loma Colorada, jurisdicción de San Francisco de Macorís, fueron capturados. José Chaljub Mejía, Luís Adolfo Domínguez, Dr. Abel Rodríguez del Orbe, José Anibal Guzmán, Cruz Peralta y Homero Hernández, (este último sería muerto años después por una patrulla de la Policía Nacional, en una calle de Santo Domingo)

En el Calvario de Nagua, fueron capturados Manuel de Jesús Checo, Dr. Nathanael Díaz González, Emil Elías Esmurdoc Ariza, Juan Lantigua Javier, Aquiles Reynoso Paulino, Oscar Edgard Cabral Rodríguez, Ramón Euclídez Morillo Martínez y Reyes Saldaña.

En Villa Nizao, Enriquillo, capturaron a José Antonio Moquete Capell. Juan José Javier Reyes. Gil Alberto Pérez Rijo (Belisario). Lilo Coss Batista, Dr. José Dionisio Bautista Fabián, Ángel Luís Pertnella Ceballo (de nacionalidad española) y Federico Cuello Dávila. Enn El Fondo, Polo, Barahona, fueron capturados el Ing. Jaime Capell Bello. Dr. Enrique Batista Gómez. José Hungría Sánchez. Raymundo Cuevas Sena y Nelio Hernández Bautista.

En la Región Este murieron: Rafael Faxas Canto (Pipe). Herniquillo Almánzar, Caqui Meléndez y Minaya Fernández. En Pedro Sánchez, fueron capturados El Dr. José Antonio Contando y Cristóbal Romás (Cristobita) En la Región Septentrional, murió Félix Jerónimo Escaño Peña y fueron capturados. Edmundo Díaz. Ing. Daniel Matías. Francisco Tello. Dr. Sostenes Peña Jáquez (más tarde muerto en el asalto a San Francisco de Macorís durante la Guerra de Abril de 1965) y el Dr. Juan Miguel Román (muerto heroicamente en el asalto al Palacio Nacional durante la Guerra de Abril de 1965)

En Los Quemados, Bonao. fueron capturados el Dr. Juan José Matos Rivera. Marcelino Grullón Jiménez. Teódulo Radhames Guerrero, Dr. Bienvenido Aquino Pimentel, Benito Alejo Germán Vargas, Arquímedes Pagan Feliz, Eduardo Rosa Aristy, Ing. Manuel Lulo, Antonio Mirabal Jiménez, Julio Lora Genao, Freddy Reyes, Marcelino Antonio Rosado, José Romero Bello Suriñach, Julio Enríquez Montandón, Marcelino Antonio Vargas Jaquez, Zoilo Batista, Hugo Alberto García Muñoz, Ángel Rafael Abud y Manuel de Regla Medrano.

El motivo del fracaso es uno de los puntos más tratados en artículos entrevistas, y otros medios de publicidad por los sobreviviente del movimiento guerrillero. Señalan muchos de los sobrevivientes ´ que el aislamiento de las masas fue un factor principal que impidió el triunfo. Así como la falta de una línea política, es decir la estrategia y la táctica para desarrollar la lucha guerrillera, estas consideraciones fueron expresadas por Emilio Codero Michel, y corroborada por Josesito Crespo, del frente de la Las Manaclas, que comandaba Manolo Tavarez Justo.

José Daniel Ariza, otro combatiente del Frente de Las Manaclas, acorde con la falta que significó la ausencia del apoyo popular dijo que la línea política que se siguió fue incorrecta y que el pueblo es el único sabio y si le indicamos un camino errado no nos sigue, demostrándonos que estamos equivocados.

Los cadáveres de los mártires de Las Manaclas fueron enterrados en una fosa común, la mayoría de ellos fueron sacados y trasladados a sus respectivas localidades de donde eran oriundos. Manuel Aurelio Tavarez Justo, fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (IJ4), y Comandante Supremo de los Frentes Guerrilleros de noviembre del 1963, reposa en el cementerio de la ciudad de Salcedo, de la Provincia Hermanas Mirabal, junto a su esposa Minerva Mirabal.

NOTA. Hemos querido refrescar la memoria a los dominicanos que vivieron esos momentos y a los jóvenes que solo le ha llegado con muchas distorsiones esta heroicas jornadas de hombres y mujeres que sintieron que la libertad de esta nación había sido mancillada por el gorilismo imperante en esa época, sintiendo el llamado de la Patria, no el llamado que se le quiere atribuir a tránsfugas. El valor de estos que ayer siguieron a unos de los hombres con mayor sentimiento y quien fuera cobardemente asesinado por las hordas sangrientas del gorilismo de ese entonces. El valor de aquellos al igual que los inmortales de las jornadas de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Recordemos siempre a nuestros héroes. (Tulio H Arvelo)



Autor,  Héctor Tineo




Himno al 14 de Junio


Llegaron llenos de patriotismo,
enamorados de un puro ideal
Y con su sangre noble encendieron
la llama augusta de la libertad.
Su sacrificio que Dios bendijo
la Patria entera, glorificará
Como homenaje, a los valientes
que allí cayeron por la libertad.

14 de Junio, gloriosa gesta nacional.
Tus mártires están en el alma popular
Hermanas Mirabal, heroínas sin igual
Tu grito vibrante, es el alma de la Patria inmortal.

Llegaron llenos de patriotismo,
enamorados de un puro ideal
Y con su sangre noble encendieron
la llama augusta de la libertad
Su sacrificio que Dios bendijo
la Patria entera, glorificará
Como homenaje, a los valientes
que allí cayeron por la libertad.

Música: Héctor Jiménez
Letra: Vinicio Echavarría, Leandro Guzmán, Ángel Concepción

Un aniversario mas en la piel de la Patria

Manuel Aurelio Tavares Justo
Escrito por Angela Peña.









            Es representación de dignidad, decoro, firmeza,  pureza, lucha. Se comprometió con la libertad del pueblo dominicano siendo apenas un estudiante de secundaria guiado por las orientaciones antitrujillistas del reconocido soldado contra la dictadura, Cocuyo Mieses. La entrega y el sacrificio caracterizaron los escasos treinta y tres años de vida que dedicó sin condiciones a  combatir  por la justicia, la  igualdad social, los derechos comunes,  hasta caer asesinado por tropas del Ejército en la histórica guerrilla que encabezó en las montañas de la Patria.

            Manuel Aurelio Tavárez Justo casi no tuvo tiempo para otra actividad que no fueran estudio, trabajo y acción política, a pesar de los entusiastas paseos a Parolí, en su natal Montecristi, donde hacía enormes montañas de sal junto a sus amigos Lisandro Macarrulla, Antonio Rodríguez, Ignacio Rodríguez Chappini, Jaime Ricardo Socías o Euclides Gutiérrez quienes también le acompañaban en el club Ramfis o en el del Comercio.
 Amó con pasión y ternura a su amada Minerva, la heroína que asesinó Trujillo. Esperó con vanidad de padre el nacimiento de sus hijos Minerva Josefina (Minú) y Manuel Aurelio, compartiendo caricias y amor con el discurso vibrante, la proclama encendida, la dureza de la cárcel.

           Nacido el dos de enero de 1931, fue sacado del pueblo después de hacer la primaria en la escuela Rosa Smester y enviado a La Normal de Varones de Santo Domingo, donde continuó manifestando inquietudes antitrujillistas junto a Leo Nanita, Juan B. Mejía, Luis Espínola, que había despertado en su conciencia rebelde Domingo Peña Castillo (La Cuca), amigo de deportes, natación, poesía y voleibol en la Legión Azul, pero también de sentimientos de independencia.

           El padre del mártir, Manuel Francisco Tavárez Ramos, había sido antiyanqui en 1916 y antitrujillista desde siempre. Los abuelos por parte de su madre, Josefa Auristela Justo, pelearon con Desiderio contra Trujillo: Rafael Justo estuvo en las luchas de Montecristi y su mellizo, Manuel, murió en combate contra el incipiente sátrapa.

           “Nosotros crecimos con el conocimiento de que Trujillo era un monstruo. Mi papá nunca permitió que se colocara la placa que decía ‘En esta casa Trujillo es el Jefe”, confiesa doña Ángela Antonia, la hermana predilecta de Manolo, la que le siguió en edad y en su estancia en la capital, ella estudiante del colegio Santo Domingo que compartía con él la casa de la tía Isabelita, en el Malecón veintisiete, e iban al cine Olimpia, a los Helados Imperiales o a la Zona Colonial desde cuyos balcones las familias los suponían mellizos.

           La dama, novia, esposa, viuda de Jaime Ricardo Socías, el amigo de infancia de su aguerrido hermano, caído también en el alzamiento, acompaña a Elsa Justo, la prima querida de los dos, en el relato familiar y público de la vida del fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. El doctor Arnulfo Reyes, sobreviviente de la guerrilla, exalta el valor y el liderazgo del inmortal Manolo. El otro hermano vivo de Tavárez Justo es Eduardo José, ausente del país para la entrevista. Los demás eran Emma Celeste María, Edda Auristela Tavárez Justo, Carmen Tavárez Mayer y Sofía Tavárez.
Gesto de sensibilidad

            Un derrame cerebral de don Manuel obligó al hijo mayor a retirarse a Montecristi y ocuparse de los negocios familiares. Ya se había graduado de abogado, en 1954, cuando tuvo su primera manifestación de sensibilidad humana: aumentó el sueldo de todos los trabajadores de la finca de arroz, “al extremo de discutir con mi padre por las condiciones en que vivían los campesinos”, cuenta doña Ángela.

            En unas vacaciones del trabajo se trasladó a Jarabacoa y durante una fogata conoció a Minerva Mirabal “que estaba prácticamente aislada en casa de unos tíos, ya políticamente señalada. Comienzan a hablar de política, él se interesa por la situación de ella y ahí nace el romance”, refiere la hermana. Doña Elsa acota: “El encuentro con Minerva refuerza sus sentimientos antitrujillistas, creo que desde que la conoció la idealizó inmediatamente, fue una atracción mutua, Minerva vio en él al hombre que había diseñado en su mente”. Contrajeron matrimonio en 1955.

           El trece de enero, el líder fue apresado en Montecristi y ya no volvió a ser libre hasta meses después de ajusticiado Trujillo. Fue traído al Servicio de Inteligencia Militar, llevado a La 40, a la prisión de Salcedo, a La Victoria, siempre junto a Leandro Guzmán y Pedro González,  esposos de las hermanas María Teresa y Patria. Luego de meses de torturas inenarrables que lo dejaron inconsciente durante tres días, permitieron que la familia lo visitara una vez a la semana.

           En la cárcel vivió el tremendo dolor del crimen contra su esposa y las dos hermanas que los esbirros trujillistas le recordaban a diario cuando le pasaban junto a un trozo de yuca seca el periódico con la noticia disfrazada del espeluznante homicidio. La cárcel fortaleció su temperamento y solidificó su liderazgo. “El trabajo que había hecho en la clandestinidad lo llevó a una posición de mando, mantuvo una posición  vertical en sus principios, en ningún momento se dejó avasallar, le dieron golpes, punzonzazos, choques eléctricos y no denunció a nadie”, manifiesta doña Elsa.

           La familia, empero, le había dado por muerto y llorado: nunca más supieron de él, después del asesinato de la esposa.  Fue en 1961, cuando la OEA lo sacó de La 40, que se enteraron de la sobrevivencia y celebraron su libertad.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Poemas de Nicolas Guillen






                                                                       Nicolas Guillen

BIOGRAFÍA

A partir de 1925 Nicolas Guillén se instaló en la capital donde participó activamente en la vida cultural y política de protesta, lo que le supuso breves arrestos y períodos de exilio en varias ocasiones. En 1937, cuando había publicado ya sus primeros tres libros, ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado por su amigo y también poeta R. Martínez Villena, y participó en el célebre Congreso por la Defensa de la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció a P. Neruda, R. Alberti, F. García Lorca y O. Paz, y su obra alcanzó difusión europea.
A su regreso a Cuba, Nicolas Guillén dirigió la revista Mediodía y participó de los movimientos de vanguardia en las tribunas de Gaceta del Caribe y Revista Avance. Pasó luego años de exilio, viajando por Sudamérica, y en 1956 recibió el Premio Lenin de la Unión Soviética, hasta que el triunfo de la Revolución castrista, en 1959, le permitió regresar a la isla, donde desempeñó distintos cargos, como la presidencia de la Unión de Escritores, desde 1961, y misiones diplomáticas de relieve.
La obra poética de Nicolas Guillén
En cuanto a su actividad literaria, Guillén se inició en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada poesía negra o antillana.
Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una fonética afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral folclórica.
A esta primera época pertenecen Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo(1931). Poco después, con West Indies Limited (1934) se alejó del mero ejercicio rítmico para incorporar la protesta política y antiimperialista, orientándose hacia una cólera militante y comprometida con el hombre.
El poema más conocido del libro, Balada de los dos abuelos, indicó la madura aceptación de lo africano y de lo español en una misma sangre: el abuelo blanco y el abuelo negro, que evocan además la crueldad del tráfico de esclavos. En poemas como Sensemayá y La muerte del Ñeque se inspiró en ritos y creencias africanos, sin que ello supusiera un rechazo de la cultura blanca.
Nicolas Guillén siguió evolucionando en la dirección de las preocupaciones políticas y sociales con Cantos para soldados y sones para turistas (1937), donde todavía conservó formas propias del canto y de la danza afrocubana al mismo tiempo que se hicieron ya evidentes algunos de los rasgos estilísticos que predominaron en su lírica posterior, como el uso frecuente que hizo de onomatopeyas "jitanjáforas" que aparecieron abundantemente en la obra del fundador del futurismo, el italiano F. Marinetti, y la creada por el vanguardista cubano M. Brull, así como la rima aguda, las reiteraciones o la enumeración.
En el mismo año de 1937 lanzó una acusación hacia el impacto y la injusticia de la Guerra Civil española y del asesinato de F. García Lorca, en Poemas en cuatro angustias y una esperanza. Después, aunque conservó siempre una particular claridad expresiva popular, el elemento rítmico fue decreciendo en beneficio de un tono más elevado y ambicioso desde El son entero (1947) hasta La paloma de vuelo popular (1958) y sus poesías en sazón revolucionaria de Antología mayor(1964), donde mostró su compromiso con la Revolución cubana y los desheredados del mundo.
Además, su poesía se hizo eco también de las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra. Otras obras en esta dirección fueron:Tengo (1964), donde manifestó su júbilo ante la Cuba revolucionaria y Poemas de Amor, que apareció el mismo año. Más tarde publicó títulos como El gran zoo(1967), La rueda dentada (1972), El diario de a diario (1972) y Por el mar de las Antillas anda un barco de papel (1977). Además, en Prosa de prisa (1975-1976) recogió una selección de sus trabajos periodísticos. Y aún dentro de su poesía cabe destacar el singular Poemas para niños y mayores de edad (1977), donde siguió demostrando su gran capacidad para conjugar preocupaciones diversas y encontrar formas de expresión constantemente renovadas.





LA MURALLA

A Cristina Ruth Agosti
Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, su manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—Una rosa y un clavel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El sable del coronel...
—¡Cierra la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—La paloma y el laurel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El alacrán y el ciempiés...
—¡Cierra la muralla!
Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...
Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...
   

 NEGRO BEMBÓN

¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te disen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembón?
Bembón así como ere
tiene de to;
Caridá te mantiene,
te lo da to.
Te queja todabía,
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de dri blanco,
negro bembón;
sapato de do tono,
negro bembón...
Bembón así como ere,
tiene de to;
Caridá te mantiene,
te lo dá to.


NO SÉ POR QUÉ PIENSAS TÚ

No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú...
¡no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!


Canto para matar a una culebra.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Tú le das con el hacha y se muere:
¡dale ya
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!
Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.
La culebra muerta no puede comer,
la culebra muerta no puede silbar,
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar,
la culebra muerta no puede beber,
no puede respirar
no puede morder.
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, se murió.
Tomado de West Indies Ltd., en Obra poética 1920-1972,
La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.
Nicolás Guillén


Canción de cuna para despertar a un negrito

Dórmiti, mi nengre,
mi nengre bonito…
E. Ballagas
Una paloma
cantando pasa:
—¡Upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa;
ni el cocodrilo,
ni la yaguaza,
ni la culebra,
ni la torcaza…
Coco, cacao,
cacho, cachaza,
¡upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Negrazo, venga
con su negraza.
¡Aire con aire,
que el sol abrasa!
Mire la gente,
llamando pasa;
gente en la calle,
gente en la plaza;
ya nadie queda
que esté en su casa…
Coco, cacao,
cacho, cachaza,
¡upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Negrón, negrito,
ciruela y pasa,
salga y despierte,
que el sol abrasa,
diga despierto
lo que le pasa…
¡Que muera el amo,
muera en la brasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa:
¡coco, cacao,
cacho, cachaza,
upa, mi negro,
que el sol abrasa!

Tomado de La paloma de vuelo popular, en Obra poética 
1920-1972, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.


Tengo

Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero, como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.

ZTomado de Tengo, en Ob Canción de cuna




No sé por qué piensas tú

No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
adónde vamos yo y tú...
¡No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!

Tomado de Cantos para soldados y sones para turistas,
 en Obra poética 1920-1972, La Habana,
Instituto Cubano del Libro, 1972.

Un lagarto verde

Por el Mar de las Antillas
(que también Caribe llaman)
batida por olas duras
y ornada de espumas blandas,
bajo el sol que la persigue
y el viento que la rechaza,
cantando a lágrima viva
navega Cuba en su mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.
Alta corona de azúcar
le tejen agudas cañas;
no por coronada libre,
sí de su corona esclava:
reina del manto hacia fuera,
del manto adentro, vasalla,
triste como la más triste
navega Cuba en su mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.
Junto a la orilla del mar,
tú que estás en fija guardia,
fíjate, guardián marino,
en la punta de las lanzas
y en el trueno de las olas
y en el grito de las llamas
y en el lagarto despierto
sacar las uñas del mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.


CANTO NEGRO

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó,
                                      aé
                              yambó,
                                      aé.
Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!


MI PATRIA ES DULCE POR FUERA...


Mi patria es dulce por fuera,
y muy amarga por dentro;
mi patria es dulce por fuera,
con su verde primavera,
con su verde primavera,
y un sol de hiel en el centro.
¡Qué cielo de azul callado
mira impasible tu duelo!
¡Qué cielo de azul callado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
con ser tan azul tu cielo!
Un pájaro de madera
me trajo en su pico el canto;
un pájaro de madera.
¡Ay, Cuba, si te dijera,
yo que te conozco tanto,
ay, Cuba, si te dijera,
que es de sangre tu palmera,
que es de sangre tu palmera,
y que tu mar es de llanto!
Bajo tu risa ligera,
yo, que te conozco tanto,
miro la sangre y el llanto,
bajo tu risa ligera.
Sangre  y llanto
bajo tu risa ligera;
sangre y llanto
bajo tu risa ligera.
Sangre y llanto.
El hombre de tierra adentro
está en un hoyo metido,
muerto sin haber nacido,
el hombre de tierra adentro.
Y el hombre de la ciudad,
ay, Cuba, es un pordiosero:
Anda hambriento y sin dinero,
pidiendo por caridad,
aunque se ponga sombrero
y baile en la sociedad.
(Lo digo en mi son entero,
porque es la pura verdad.)
Hoy yanqui, ayer española,
sí, señor,
la tierra que nos tocó
siempre el pobre la encontró
si hoy yanqui, ayer española,
¡cómo no!
¡Qué sola la tierra sola,
la tierra que nos tocó!
La mano que no se afloja
hay que estrecharla en seguida;
la mano que no se afloja,
china, negra, blanca o roja,
china, negra, blanca o roja,
con nuestra mano tendida.
Un marino americano,
bien,
en el restaurant del puerto,
bien,
un marino americano
me quiso dar con la mano,
me quiso dar con la mano,
pero allí se quedó muerto,
bien,
pero allí se quedó muerto
el marino americano
que en el restaurant del puerto
me quiso dar con la mano,
¡bien!






 LA CANCIÓN DEL BONGÓ

Esta es la canción del bongó: 
—Aquí el que más fino sea,
responde, si llamo yo.
Unos dicen: Ahora mismo,
otros dicen: Allá voy.
Pero mi repique bronco,
pero mi profunda voz,
convoca al negro y al blanco,
que bailan el mismo son,
cueripardos y almiprietos
más de sangre que de sol,
pues quien por fuera no es de noche,
por dentro ya oscureció.
Aquí el que más fino sea,
responde, si llamo yo.
En esta tierra, mulata
de africano y español
(Santa Bárbara de un lado,
del otro lado, Changó),
siempre falta algún abuelo,
cuando no sobra algún Don
y hay títulos de Castilla
con parientes en Bondó:
Vale más callarse, amigos,
y no menear la cuestión,
porque venimos de lejos,
y andamos de dos en dos.
Aquí el que más fino sea,
responde si llamo yo.
Habrá quién llegue a insultarme,
pero no de corazón;
habrá quién me escupa en público,
cuando a solas me besó...
A ése, le digo:
                            —Compadre,
ya me pedirás perdón,
ya comerás de mi ajiaco,
ya me darás la razón,
ya me golpearás el cuero,
ya bailarás a mi voz,
ya pasearemos del brazo,
ya estarás donde yo estoy:
ya vendrás de abajo arriba,
¡que aquí el más alto soy yo!

MI PATRIA ES DULCE POR FUERA...

Mi patria es dulce por fuera,
y muy amarga por dentro;
mi patria es dulce por fuera,
con su verde primavera,
con su verde primavera,
y un sol de hiel en el centro.
¡Qué cielo de azul callado
mira impasible tu duelo!
¡Qué cielo de azul callado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
con ser tan azul tu cielo!
Un pájaro de madera
me trajo en su pico el canto;
un pájaro de madera.
¡Ay, Cuba, si te dijera,
yo que te conozco tanto,
ay, Cuba, si te dijera,
que es de sangre tu palmera,
que es de sangre tu palmera,
y que tu mar es de llanto!
Bajo tu risa ligera,
yo, que te conozco tanto,
miro la sangre y el llanto,
bajo tu risa ligera.
Sangre  y llanto
bajo tu risa ligera;
sangre y llanto
bajo tu risa ligera.
Sangre y llanto.
El hombre de tierra adentro
está en un hoyo metido,
muerto sin haber nacido,
el hombre de tierra adentro.
Y el hombre de la ciudad,
ay, Cuba, es un pordiosero:
Anda hambriento y sin dinero,
pidiendo por caridad,
aunque se ponga sombrero
y baile en la sociedad.
(Lo digo en mi son entero,
porque es la pura verdad.)
Hoy yanqui, ayer española,
sí, señor,
la tierra que nos tocó
siempre el pobre la encontró
si hoy yanqui, ayer española,
¡cómo no!
¡Qué sola la tierra sola,
la tierra que nos tocó!
La mano que no se afloja
hay que estrecharla en seguida;
la mano que no se afloja,
china, negra, blanca o roja,
china, negra, blanca o roja,
con nuestra mano tendida.
Un marino americano,
bien,
en el restaurant del puerto,
bien,
un marino americano
me quiso dar con la mano,
me quiso dar con la mano,
pero allí se quedó muerto,
bien,
pero allí se quedó muerto
el marino americano
que en el restaurant del puerto
me quiso dar con la mano,
¡bien!


Poematica del tiempo