Pagina visitada hoy

lunes, 22 de diciembre de 2014

Himno al 14 de Junio


Llegaron llenos de patriotismo,
enamorados de un puro ideal
Y con su sangre noble encendieron
la llama augusta de la libertad.
Su sacrificio que Dios bendijo
la Patria entera, glorificará
Como homenaje, a los valientes
que allí cayeron por la libertad.

14 de Junio, gloriosa gesta nacional.
Tus mártires están en el alma popular
Hermanas Mirabal, heroínas sin igual
Tu grito vibrante, es el alma de la Patria inmortal.

Llegaron llenos de patriotismo,
enamorados de un puro ideal
Y con su sangre noble encendieron
la llama augusta de la libertad
Su sacrificio que Dios bendijo
la Patria entera, glorificará
Como homenaje, a los valientes
que allí cayeron por la libertad.

Música: Héctor Jiménez
Letra: Vinicio Echavarría, Leandro Guzmán, Ángel Concepción

Un aniversario mas en la piel de la Patria

Manuel Aurelio Tavares Justo
Escrito por Angela Peña.









            Es representación de dignidad, decoro, firmeza,  pureza, lucha. Se comprometió con la libertad del pueblo dominicano siendo apenas un estudiante de secundaria guiado por las orientaciones antitrujillistas del reconocido soldado contra la dictadura, Cocuyo Mieses. La entrega y el sacrificio caracterizaron los escasos treinta y tres años de vida que dedicó sin condiciones a  combatir  por la justicia, la  igualdad social, los derechos comunes,  hasta caer asesinado por tropas del Ejército en la histórica guerrilla que encabezó en las montañas de la Patria.

            Manuel Aurelio Tavárez Justo casi no tuvo tiempo para otra actividad que no fueran estudio, trabajo y acción política, a pesar de los entusiastas paseos a Parolí, en su natal Montecristi, donde hacía enormes montañas de sal junto a sus amigos Lisandro Macarrulla, Antonio Rodríguez, Ignacio Rodríguez Chappini, Jaime Ricardo Socías o Euclides Gutiérrez quienes también le acompañaban en el club Ramfis o en el del Comercio.
 Amó con pasión y ternura a su amada Minerva, la heroína que asesinó Trujillo. Esperó con vanidad de padre el nacimiento de sus hijos Minerva Josefina (Minú) y Manuel Aurelio, compartiendo caricias y amor con el discurso vibrante, la proclama encendida, la dureza de la cárcel.

           Nacido el dos de enero de 1931, fue sacado del pueblo después de hacer la primaria en la escuela Rosa Smester y enviado a La Normal de Varones de Santo Domingo, donde continuó manifestando inquietudes antitrujillistas junto a Leo Nanita, Juan B. Mejía, Luis Espínola, que había despertado en su conciencia rebelde Domingo Peña Castillo (La Cuca), amigo de deportes, natación, poesía y voleibol en la Legión Azul, pero también de sentimientos de independencia.

           El padre del mártir, Manuel Francisco Tavárez Ramos, había sido antiyanqui en 1916 y antitrujillista desde siempre. Los abuelos por parte de su madre, Josefa Auristela Justo, pelearon con Desiderio contra Trujillo: Rafael Justo estuvo en las luchas de Montecristi y su mellizo, Manuel, murió en combate contra el incipiente sátrapa.

           “Nosotros crecimos con el conocimiento de que Trujillo era un monstruo. Mi papá nunca permitió que se colocara la placa que decía ‘En esta casa Trujillo es el Jefe”, confiesa doña Ángela Antonia, la hermana predilecta de Manolo, la que le siguió en edad y en su estancia en la capital, ella estudiante del colegio Santo Domingo que compartía con él la casa de la tía Isabelita, en el Malecón veintisiete, e iban al cine Olimpia, a los Helados Imperiales o a la Zona Colonial desde cuyos balcones las familias los suponían mellizos.

           La dama, novia, esposa, viuda de Jaime Ricardo Socías, el amigo de infancia de su aguerrido hermano, caído también en el alzamiento, acompaña a Elsa Justo, la prima querida de los dos, en el relato familiar y público de la vida del fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. El doctor Arnulfo Reyes, sobreviviente de la guerrilla, exalta el valor y el liderazgo del inmortal Manolo. El otro hermano vivo de Tavárez Justo es Eduardo José, ausente del país para la entrevista. Los demás eran Emma Celeste María, Edda Auristela Tavárez Justo, Carmen Tavárez Mayer y Sofía Tavárez.
Gesto de sensibilidad

            Un derrame cerebral de don Manuel obligó al hijo mayor a retirarse a Montecristi y ocuparse de los negocios familiares. Ya se había graduado de abogado, en 1954, cuando tuvo su primera manifestación de sensibilidad humana: aumentó el sueldo de todos los trabajadores de la finca de arroz, “al extremo de discutir con mi padre por las condiciones en que vivían los campesinos”, cuenta doña Ángela.

            En unas vacaciones del trabajo se trasladó a Jarabacoa y durante una fogata conoció a Minerva Mirabal “que estaba prácticamente aislada en casa de unos tíos, ya políticamente señalada. Comienzan a hablar de política, él se interesa por la situación de ella y ahí nace el romance”, refiere la hermana. Doña Elsa acota: “El encuentro con Minerva refuerza sus sentimientos antitrujillistas, creo que desde que la conoció la idealizó inmediatamente, fue una atracción mutua, Minerva vio en él al hombre que había diseñado en su mente”. Contrajeron matrimonio en 1955.

           El trece de enero, el líder fue apresado en Montecristi y ya no volvió a ser libre hasta meses después de ajusticiado Trujillo. Fue traído al Servicio de Inteligencia Militar, llevado a La 40, a la prisión de Salcedo, a La Victoria, siempre junto a Leandro Guzmán y Pedro González,  esposos de las hermanas María Teresa y Patria. Luego de meses de torturas inenarrables que lo dejaron inconsciente durante tres días, permitieron que la familia lo visitara una vez a la semana.

           En la cárcel vivió el tremendo dolor del crimen contra su esposa y las dos hermanas que los esbirros trujillistas le recordaban a diario cuando le pasaban junto a un trozo de yuca seca el periódico con la noticia disfrazada del espeluznante homicidio. La cárcel fortaleció su temperamento y solidificó su liderazgo. “El trabajo que había hecho en la clandestinidad lo llevó a una posición de mando, mantuvo una posición  vertical en sus principios, en ningún momento se dejó avasallar, le dieron golpes, punzonzazos, choques eléctricos y no denunció a nadie”, manifiesta doña Elsa.

           La familia, empero, le había dado por muerto y llorado: nunca más supieron de él, después del asesinato de la esposa.  Fue en 1961, cuando la OEA lo sacó de La 40, que se enteraron de la sobrevivencia y celebraron su libertad.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Poemas de Nicolas Guillen






                                                                       Nicolas Guillen

BIOGRAFÍA

A partir de 1925 Nicolas Guillén se instaló en la capital donde participó activamente en la vida cultural y política de protesta, lo que le supuso breves arrestos y períodos de exilio en varias ocasiones. En 1937, cuando había publicado ya sus primeros tres libros, ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado por su amigo y también poeta R. Martínez Villena, y participó en el célebre Congreso por la Defensa de la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció a P. Neruda, R. Alberti, F. García Lorca y O. Paz, y su obra alcanzó difusión europea.
A su regreso a Cuba, Nicolas Guillén dirigió la revista Mediodía y participó de los movimientos de vanguardia en las tribunas de Gaceta del Caribe y Revista Avance. Pasó luego años de exilio, viajando por Sudamérica, y en 1956 recibió el Premio Lenin de la Unión Soviética, hasta que el triunfo de la Revolución castrista, en 1959, le permitió regresar a la isla, donde desempeñó distintos cargos, como la presidencia de la Unión de Escritores, desde 1961, y misiones diplomáticas de relieve.
La obra poética de Nicolas Guillén
En cuanto a su actividad literaria, Guillén se inició en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada poesía negra o antillana.
Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una fonética afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral folclórica.
A esta primera época pertenecen Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo(1931). Poco después, con West Indies Limited (1934) se alejó del mero ejercicio rítmico para incorporar la protesta política y antiimperialista, orientándose hacia una cólera militante y comprometida con el hombre.
El poema más conocido del libro, Balada de los dos abuelos, indicó la madura aceptación de lo africano y de lo español en una misma sangre: el abuelo blanco y el abuelo negro, que evocan además la crueldad del tráfico de esclavos. En poemas como Sensemayá y La muerte del Ñeque se inspiró en ritos y creencias africanos, sin que ello supusiera un rechazo de la cultura blanca.
Nicolas Guillén siguió evolucionando en la dirección de las preocupaciones políticas y sociales con Cantos para soldados y sones para turistas (1937), donde todavía conservó formas propias del canto y de la danza afrocubana al mismo tiempo que se hicieron ya evidentes algunos de los rasgos estilísticos que predominaron en su lírica posterior, como el uso frecuente que hizo de onomatopeyas "jitanjáforas" que aparecieron abundantemente en la obra del fundador del futurismo, el italiano F. Marinetti, y la creada por el vanguardista cubano M. Brull, así como la rima aguda, las reiteraciones o la enumeración.
En el mismo año de 1937 lanzó una acusación hacia el impacto y la injusticia de la Guerra Civil española y del asesinato de F. García Lorca, en Poemas en cuatro angustias y una esperanza. Después, aunque conservó siempre una particular claridad expresiva popular, el elemento rítmico fue decreciendo en beneficio de un tono más elevado y ambicioso desde El son entero (1947) hasta La paloma de vuelo popular (1958) y sus poesías en sazón revolucionaria de Antología mayor(1964), donde mostró su compromiso con la Revolución cubana y los desheredados del mundo.
Además, su poesía se hizo eco también de las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra. Otras obras en esta dirección fueron:Tengo (1964), donde manifestó su júbilo ante la Cuba revolucionaria y Poemas de Amor, que apareció el mismo año. Más tarde publicó títulos como El gran zoo(1967), La rueda dentada (1972), El diario de a diario (1972) y Por el mar de las Antillas anda un barco de papel (1977). Además, en Prosa de prisa (1975-1976) recogió una selección de sus trabajos periodísticos. Y aún dentro de su poesía cabe destacar el singular Poemas para niños y mayores de edad (1977), donde siguió demostrando su gran capacidad para conjugar preocupaciones diversas y encontrar formas de expresión constantemente renovadas.





LA MURALLA

A Cristina Ruth Agosti
Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, su manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—Una rosa y un clavel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El sable del coronel...
—¡Cierra la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—La paloma y el laurel...
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El alacrán y el ciempiés...
—¡Cierra la muralla!
Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...
Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte...
   

 NEGRO BEMBÓN

¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te disen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembón?
Bembón así como ere
tiene de to;
Caridá te mantiene,
te lo da to.
Te queja todabía,
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de dri blanco,
negro bembón;
sapato de do tono,
negro bembón...
Bembón así como ere,
tiene de to;
Caridá te mantiene,
te lo dá to.


NO SÉ POR QUÉ PIENSAS TÚ

No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú...
¡no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!


Canto para matar a una culebra.

¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Tú le das con el hacha y se muere:
¡dale ya
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!
Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.
La culebra muerta no puede comer,
la culebra muerta no puede silbar,
no puede caminar,
no puede correr.
La culebra muerta no puede mirar,
la culebra muerta no puede beber,
no puede respirar
no puede morder.
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe—bombe—mayombé!
Sensemayá, se murió.
Tomado de West Indies Ltd., en Obra poética 1920-1972,
La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.
Nicolás Guillén


Canción de cuna para despertar a un negrito

Dórmiti, mi nengre,
mi nengre bonito…
E. Ballagas
Una paloma
cantando pasa:
—¡Upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa;
ni el cocodrilo,
ni la yaguaza,
ni la culebra,
ni la torcaza…
Coco, cacao,
cacho, cachaza,
¡upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Negrazo, venga
con su negraza.
¡Aire con aire,
que el sol abrasa!
Mire la gente,
llamando pasa;
gente en la calle,
gente en la plaza;
ya nadie queda
que esté en su casa…
Coco, cacao,
cacho, cachaza,
¡upa, mi negro,
que el sol abrasa!
Negrón, negrito,
ciruela y pasa,
salga y despierte,
que el sol abrasa,
diga despierto
lo que le pasa…
¡Que muera el amo,
muera en la brasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa:
¡coco, cacao,
cacho, cachaza,
upa, mi negro,
que el sol abrasa!

Tomado de La paloma de vuelo popular, en Obra poética 
1920-1972, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972.


Tengo

Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero, como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.

ZTomado de Tengo, en Ob Canción de cuna




No sé por qué piensas tú

No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
adónde vamos yo y tú...
¡No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!

Tomado de Cantos para soldados y sones para turistas,
 en Obra poética 1920-1972, La Habana,
Instituto Cubano del Libro, 1972.

Un lagarto verde

Por el Mar de las Antillas
(que también Caribe llaman)
batida por olas duras
y ornada de espumas blandas,
bajo el sol que la persigue
y el viento que la rechaza,
cantando a lágrima viva
navega Cuba en su mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.
Alta corona de azúcar
le tejen agudas cañas;
no por coronada libre,
sí de su corona esclava:
reina del manto hacia fuera,
del manto adentro, vasalla,
triste como la más triste
navega Cuba en su mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.
Junto a la orilla del mar,
tú que estás en fija guardia,
fíjate, guardián marino,
en la punta de las lanzas
y en el trueno de las olas
y en el grito de las llamas
y en el lagarto despierto
sacar las uñas del mapa:
un largo lagarto verde,
con ojos de piedra y agua.


CANTO NEGRO

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó,
                                      aé
                              yambó,
                                      aé.
Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!


MI PATRIA ES DULCE POR FUERA...


Mi patria es dulce por fuera,
y muy amarga por dentro;
mi patria es dulce por fuera,
con su verde primavera,
con su verde primavera,
y un sol de hiel en el centro.
¡Qué cielo de azul callado
mira impasible tu duelo!
¡Qué cielo de azul callado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
con ser tan azul tu cielo!
Un pájaro de madera
me trajo en su pico el canto;
un pájaro de madera.
¡Ay, Cuba, si te dijera,
yo que te conozco tanto,
ay, Cuba, si te dijera,
que es de sangre tu palmera,
que es de sangre tu palmera,
y que tu mar es de llanto!
Bajo tu risa ligera,
yo, que te conozco tanto,
miro la sangre y el llanto,
bajo tu risa ligera.
Sangre  y llanto
bajo tu risa ligera;
sangre y llanto
bajo tu risa ligera.
Sangre y llanto.
El hombre de tierra adentro
está en un hoyo metido,
muerto sin haber nacido,
el hombre de tierra adentro.
Y el hombre de la ciudad,
ay, Cuba, es un pordiosero:
Anda hambriento y sin dinero,
pidiendo por caridad,
aunque se ponga sombrero
y baile en la sociedad.
(Lo digo en mi son entero,
porque es la pura verdad.)
Hoy yanqui, ayer española,
sí, señor,
la tierra que nos tocó
siempre el pobre la encontró
si hoy yanqui, ayer española,
¡cómo no!
¡Qué sola la tierra sola,
la tierra que nos tocó!
La mano que no se afloja
hay que estrecharla en seguida;
la mano que no se afloja,
china, negra, blanca o roja,
china, negra, blanca o roja,
con nuestra mano tendida.
Un marino americano,
bien,
en el restaurant del puerto,
bien,
un marino americano
me quiso dar con la mano,
me quiso dar con la mano,
pero allí se quedó muerto,
bien,
pero allí se quedó muerto
el marino americano
que en el restaurant del puerto
me quiso dar con la mano,
¡bien!






 LA CANCIÓN DEL BONGÓ

Esta es la canción del bongó: 
—Aquí el que más fino sea,
responde, si llamo yo.
Unos dicen: Ahora mismo,
otros dicen: Allá voy.
Pero mi repique bronco,
pero mi profunda voz,
convoca al negro y al blanco,
que bailan el mismo son,
cueripardos y almiprietos
más de sangre que de sol,
pues quien por fuera no es de noche,
por dentro ya oscureció.
Aquí el que más fino sea,
responde, si llamo yo.
En esta tierra, mulata
de africano y español
(Santa Bárbara de un lado,
del otro lado, Changó),
siempre falta algún abuelo,
cuando no sobra algún Don
y hay títulos de Castilla
con parientes en Bondó:
Vale más callarse, amigos,
y no menear la cuestión,
porque venimos de lejos,
y andamos de dos en dos.
Aquí el que más fino sea,
responde si llamo yo.
Habrá quién llegue a insultarme,
pero no de corazón;
habrá quién me escupa en público,
cuando a solas me besó...
A ése, le digo:
                            —Compadre,
ya me pedirás perdón,
ya comerás de mi ajiaco,
ya me darás la razón,
ya me golpearás el cuero,
ya bailarás a mi voz,
ya pasearemos del brazo,
ya estarás donde yo estoy:
ya vendrás de abajo arriba,
¡que aquí el más alto soy yo!

MI PATRIA ES DULCE POR FUERA...

Mi patria es dulce por fuera,
y muy amarga por dentro;
mi patria es dulce por fuera,
con su verde primavera,
con su verde primavera,
y un sol de hiel en el centro.
¡Qué cielo de azul callado
mira impasible tu duelo!
¡Qué cielo de azul callado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
con ser tan azul tu cielo!
Un pájaro de madera
me trajo en su pico el canto;
un pájaro de madera.
¡Ay, Cuba, si te dijera,
yo que te conozco tanto,
ay, Cuba, si te dijera,
que es de sangre tu palmera,
que es de sangre tu palmera,
y que tu mar es de llanto!
Bajo tu risa ligera,
yo, que te conozco tanto,
miro la sangre y el llanto,
bajo tu risa ligera.
Sangre  y llanto
bajo tu risa ligera;
sangre y llanto
bajo tu risa ligera.
Sangre y llanto.
El hombre de tierra adentro
está en un hoyo metido,
muerto sin haber nacido,
el hombre de tierra adentro.
Y el hombre de la ciudad,
ay, Cuba, es un pordiosero:
Anda hambriento y sin dinero,
pidiendo por caridad,
aunque se ponga sombrero
y baile en la sociedad.
(Lo digo en mi son entero,
porque es la pura verdad.)
Hoy yanqui, ayer española,
sí, señor,
la tierra que nos tocó
siempre el pobre la encontró
si hoy yanqui, ayer española,
¡cómo no!
¡Qué sola la tierra sola,
la tierra que nos tocó!
La mano que no se afloja
hay que estrecharla en seguida;
la mano que no se afloja,
china, negra, blanca o roja,
china, negra, blanca o roja,
con nuestra mano tendida.
Un marino americano,
bien,
en el restaurant del puerto,
bien,
un marino americano
me quiso dar con la mano,
me quiso dar con la mano,
pero allí se quedó muerto,
bien,
pero allí se quedó muerto
el marino americano
que en el restaurant del puerto
me quiso dar con la mano,
¡bien!


Gracias a tu ayer



Déjame pensar en los corales encrespados de soledad, quiero
verter mi triste océano en sudoroso estigmas, en la aurora del reloj tampoco
 deseo que pienses en aquellos segundos cuando  nos mecíamos en la trenza
del deseo que nos esclavizó sin darnos cuentas.

Que cobarde fui al dejar volar esa incendiada tarde, sin un después, con tus rabias sin filos cortaste la sed de este  amor, oriundo del bosque y la esperanza de volver ati, sin almanaque de llegadas    hasta tus alamedas

Linda, déjame silenciar esas lágrimas que surcaron tu ayer
Tu tan lejos, mi vida, donde viven las golondrinas, pero no importa, falta poco tiempo para llegar el ayer, sabes, espero abrir mi quimera y llenarla de tu lejanía, no me hagas caso, es que estoy pensando en nuestro barrio lluviosos en tu boca y en mi cristo sin puerto. Siento vergüenza por la MORENA ,una elegante y noble dama de la miel y el susurro….

Linda, ahora que no esta, ahora que la culpa es solo mía, ahora que las palmeras crecieron entre tu y yo, como para amurallar la alegría del ruiseñor y su plumaje de  mentira. Como tu acaricias en las madrugadas  esta alma  vulcanizada, quiero que  seas feliz aunque sea en los extranjeros brazos de un a dios sin regresos

Hoy es día sin ti, y salgo al patio del olvido y entro de repente por las lloviznas del Sol, que respiran en la piel de un sueño alegre que yo he vivido, junto ati, linda mujer, dama de la honestidad, gracias por dejar que la utopia me dejara besar las huellas de tu amor, y de esa manera acaricié la geografía de tu vanidad de mujer.


Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miércoles, 03 Otoño, 2010

Este trabajo poético, esta protegido de manera integra, por las
leyes dominicanas, en la oficina del derecho de autor.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Manaclas,candelabro en el olvido







                                                         Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo
                                                                           (Manolo)


Ahí están, golondrinas
adornando el pincel
eterno de tu bondad
republicana,epicentro de Manaclas
  Un enjambre navideño,aquel 21 de invierno de 1963,izo
montañas sobre sus hombros de banderas

Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justos (Manolo)
sin fronteras en  alas del espíritu
ni criptas en  silbidos de tus ideas
libertarias de amapolas,en Manaclas

Rafael  Miguel Enrique Antonio Faxa Canto ( Pipe),
Luis Eduardo Ibarra Rios, Agrimensor,Domingo Sanchez Bisono (Guajiro)
Florencio Enrique Almanzar Frometa, Jesús Antonio Barreiro Rijo (Tony),
!!Oh!!
Centuriones
genesis, violinistas del ocampo citadino
tintaron a ráfagas de palmeras,  la victoria del 21 de Diciembre 1963,con sus aromas sangrientas
de paz. Sembraron sus vidas en el vientre humedecido del futuro, en la geografía
nacional 
Manuel de Jesús Fondeur (Piculin)
Juan Ramón Martinez (Monchi)
Caonabo Abel
Leonte Antonio Schott Michel
Ing.Ruben Diaz Moreno
Hipolito Rodriguez Sanchez (Polo)
Juan Maria Candelario Mercedes (Naño). Son ustedes luciérnagas
follajes, imagines y condominios de montañas aposentadas en el asta
del crisol nacional


 Manaclas
colmenera
laberinto
siluetas
de banderas
sendero
pabellón
glorieta
donde las pisadas
del
 tiempo,comandante
Manuel Aurelio Tavarez Justo _Manolo_
con tu piara de jóvenes.Lamparas
incandescentes de cristales
odiseas subterráneas de raíces
sus inoxidables ideas son  mares poblados
de estrellas que incineran la corrupción
 de hoy como ayer, por la que se inmolo el Cáliz

Como también
Profesor,Julio Adolfo Perez Sanchez
Antonio Filion Gonzalez (Manchao)
Gustavo Adolfo Gonzalez (La Yerba)
Alfredo Peralta Michel
Francisco del Carmen Zapata
Fernando Arturo Ramírez Torrez (Papito)
quienes firmaron en el ruedo de la historiografia
nacional, el compromiso de enarbolar consagre y gloria, el corazón
de la vida,a salvo en el cohoyo de la bandera, inquebrantable
  Manaclas,uniformadas de fusiles


Pléyade de relámpagos
oscilante en el caracol
del plomo,orificio de luz
donde la medusa perdió
su canto

Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo)
Centinela,
conductor  y emancipador de acantilados

Ahí están ustedes
hombres inmortales,siluetas férreas de amor
donde el invierno
con su antorcha
trinitaria
incinero el ocaso
putrefacto.Guarida
torturadora del alba

Ing.Jaime Rafael Ricardo Socias
Dr.Federico Jose Cabrera Gonzalez
Felix Geronimo  Escaño Peña
Jose Padua Falet (Peña)
               Y
Jose Daniel Fernandez Santos (Danielito)

Son ustedes,
junto a otros discípulos,clorofila del tiempo
cadillos que aun viven. 
Labradores,agoreros
pisadas estrelladas
al desangrar con sus corajes,
putrefactos cadáveres uniformados
de miserias.

Hoy
la República Dominicana
Conmemora el 49 aniversario
glorioso,donde jóvenes
se revelaron contra el golpe de Estado
fascistas contra el profesor Juan Bosch
quien conducía la aurora Patria.


Dr. Rafael Minaya Fernandez
 Ruben Alfonso Marte Aguayo (Fonsito)
Roberto Fernandez
Pedro Emerson Mota Galarza (Chacón)
                           Y
 Manuel de los Santos Reyes Día Herrera (Reyito)
Son luces, alumbradoras en tinajas
emanadoras de libertades

Guerrilleros
contra el ocaso septembrino
donde nacieron espigas
en campiñas.Trenzas de Manaclas
y otras lomas de cristal




Lic. Ramón Danilo Correa Cuevas
Miembro del Colegio Dominicano
de Periodistas (CDP)
C3-155
21 de Diciembre 2012


Inmemorian al valor y sacrificio del
 Dr.Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo),y otros compañeros que se
 opusieron al pisoteo de la constitucionalidad dominicana,
frente al golpe de Estado del  25 de Septiembre,1963,y fueron
 hecho presos y fusilados por el ejercito fascista de la República 
Dominicana,el 21 de Diciembre,1963


NOTA:
Registrado conforme a leyes dominicanas, 
todos los derechos
 reservados,en todas sus partes





















Enrique Jimenez Moya,Crespuculario de la Patria



                                                               Enrique Jimenez Moya




Donde están tus cauces
mañanera 
desde tu pecho
en horizontes
acopio la Republica
el coraje  al viento
embarcado desde
Cuba
en muchedumbre
de semillas libertarias

sembradas
en torturadas lágrimas  
Ahí, en Constanza
Maimón
y
 Estero Hondo
Comunidades campesinas
al norte
del  duelo y dolor

Comandante
Enríque Jiménez Moya

Conductor  de
Madrugadas y
esperanzas
libertarias
jóvenes
muchachos
con mochilas
cargadas de ideas
fusiles,
es el Crisol.
La
Raza inmortal,
llegaron
el 14 de junio de 1959
a combatir la pus
en el vientre de la Patria
Dominicana.
Esa semilla
germino
reventó
el ocaso
sangriento de
Rafael Leonidas Trujillo
Molina. 
Dictador de
primaveras
 Cordilleras
Valles 
sombrillas
citadinas.
Ustedes
comandante,
los primeros en morir
combatiendo
frente al encendido plomo,
ladridos  cobardes
del sátrapa

Ustedes
volcaron
la ira
el honor patrio
contra la tiranía
corrupta
cripta carcelaria
de libertades.

Comandante
Enrique Jiménez Moya
ejemplo de tormentas
Piloto del tiempo
con tus compañeros de aquí
otras banderas
lavaron el perfil
de hojarascas, y

la sombra del ciclope,
araron en montañas y
Bahía.
Sembraron en el miedo
del campo
la semilla de una alborada
La libertad floreció en
la Republica Dominicana
en el eternizado amor de
estos uniformados
patriotas
y
 horizontes,
escudos de banderas
en Constanza
Maimón
y
Estero Hondo
silueta
de la raza inmortal

Comandante
Enrique Jiménez Moya
esas imágenes 
impecables, 
regresaron desde 
su pecho,
 colores
de banderas

latinoamericanas
piloteando
golondrinas marinas
entre montañas

Pero la dictadura
no pudo
vencer la hermosa utopia
ni asesinar el vuelo
de su propia putrefacta
muerte.



Ese 14 de junio de 1959
se levanto el mañana
para cristalizar la Patria
en la silueta del comandante

Enrique Jiménez Moya
y sus muchachos 
atrincherados

con sus huellas
latidos y fusiles
en la cintura
del Mar


Pero desde esas  sangres
vertidas en  orificios de
aquella primavera
alzaron vuelos
tres mariposas
y
luceros de praderas
Hoy
La Republica Dominicana
recuerda la lucha y sacrificio
del dirigente expedicionario
Comandante
Enrique Jiménez Moya
y
 demás mártires
caídos en los pétalos
de Constanza
Maimón
y

Estero Hondo
donde el tirano  (Chapita)
dejo sentir la herida profunda
de su camposanto
¡¡ Viva la raza inmortal
del 14 de Junio 1959 !!





Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
De Periodistas  (CDP) C3-155
12 de primavera, 2011

Como homenaje al conmemorarse
el 50 aniversario
 del resplandor de la Raza Inmortal
Expedicionarios del 14 de Junio del 1959
Constanza, Maimón y Estero Hondo
¡¡VIVA LA PATRIA CARIBEÑA!!

Nota:
Este canto poético, tiene 
Todos los derechos protegidos por
la oficina de derecho de autor
según leyes de Republica Dominicana

viernes, 12 de diciembre de 2014

Manuel Aurelio Tavarez, en mi voz










Hoy

a 50 lámparas
de tu historia,
comandante,
me inclino a tus montañas

Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo
en este soliloquio escandalizado
entre mordazas  liberadas de cadillos.
                Tu oratoria

Hoy

muero de nuevo, entre los brazos
del peculado y la flor

No se,
 Manolo, si los corruptos ladridos
de ajenos fusiles, lograron
perforar la virginidad
democrática de la historia

Recuerdas, esta es una conversación
sin uniforme,  ni en campamentos
de ruiseñores, ni enfrentando jauría centenaria

Estamos en las montañas, de tu dignidad y decoro
nacional

Tampoco, con oscuros  lentes, humedecidos
de odios y relámpagos

Te cuento,
comandante,
 Manolo,
que otra sangre hiede
a manglares de infiernos

 Pregunto,
líder perenne, malecón  del tiempo
en cual lugar de Las Manaclas, encuentro
 tu pañuelo de banderas,  para limpiar la frente
 sudorosa, del Himno Nacional

Yo sé, ¨
Manolo,
que te inquietas, saber cómo estos
Coprocefalicos, devoran y se beben
 las madrugadas
asaltadas en la primavera de su alma
matinal, uniformadas de  miserias, maquilladas
       de
sarcófagos,
tranquilo
comandante
de
 palmeras y girasoles


Tús
huellas
en las pupilas,
cima del asfalto
nacional, se revelaran de nuevo
junto a constelaciones libertarias, como:

Juan Pablo Duarte,

 Francisco del Rosario Sánchez,
Ramón Matías Mella
Gregorio Luperón, Juan Bosch

José Francisco  Peña Gómez,
Francisco Alberto Caamaño

Rafael Tomas Fernández Domínguez

Juan Winston Arnaut Guzmán,
Maximiliano Gómez (El Moreno)
 Juana Saltitopa,
mujer, golondrina de Abril (1965),
                   y
Amaury German Aristy

Entre otras  fronteras
de la lira patriótica,  encarcelaran
 podredumbres,

en el lodo del Ozama,
donde en el ayer,
 amapolas  abrileñas,  doblegaron

plomos de fuegos,  y  lloraron,
vencidos entre ataúdes,
 lilas y espinas  de peces,

verdecidos por el horno
del “pan nuestro de cada día”
Manuel Arelio Taverez Justo,

Hoy

te encuentro más firme
enraizados en  tus  ideas fortalecidas
 entre caracoles y
 montañas,
desde donde bajara la nueva
democracia impecable,
para latir  indomable,
en las urnas incorruptibles de  los manglares
desangrados de paz



Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
De Periodistas (CDP)
Código: C 3-155

Lunes 16 de Diciembre, hora:11, 06
de la noche,2013


Nota:
Registrado en la oficina de derecho
de autor de la Republica Dominicana

Este monologo
es
patrimonio de la Patria



Una muestra de reconocimiento al sacrificio del
 comandante,
Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo(Manolo)

y sus compañeros de combates,
al conmemorarse 50 años de luchas por la
democracia dominicana, 21 de Diciembre, 1963.
Revelándose en las montaña de ‘’Manaclas’’
y otras cinturas de la Patria

Contra el golpe fascista ,el 25 de Septiembre, 1963
al presidente electo, profesor Juan Bosch y Gaviño
ejecutado por gorilas militares, infecciones de
 la dictadura del sátrapa

Rafael Leónidas Trujillo Molina, y aun hoy, están en
la estructura del poder político y “democrático”
de la República Dominicana…Estos mártires
caídos  en combates y  además,
fusilados en los brazos, y espalda de la
historiografía nacional.
GLORIA ETERNA

domingo, 7 de diciembre de 2014

Poemario,Gabriela Mistral


BÍO-BÍO

-Paremos que hay novedad.
¡Mira, mira el Bío-Bío!
-¡Ah! mama, párate, loca,
para, que nunca lo he visto.
¿Y para dónde es que va?
No para y habla bajito,
y no me asusta como el mar
y tiene nombre bonito.
-¡No te acerques tanto, no!
Échate aquí, loco mío,
y óyelo no más.
Podemos quedar con él
una semana si quieres,
si no me asustas así.
-¿Cómo dices que se llama?
Repite el nombre bonito.
-Bío-Bío, Bío-Bío,
qué dulce que lo llamaron
por quererle nuestros indios.
-Mama, ¿por qué no me dejas
aquí, por si habla conmigo?
El casi habla. Si tú paras
y si me dejas contigo,
yo sabré lo que nos dice,
por si se me vuelve amigo.
¡Qué de malo va a pasarme,
Mama! Corre tan tranquilo.
-No, no chiquito, él ahoga,
a veces gente y ganados.
Óyelo, sí, todo el día,
loquito mío, antojero.
Yo no quiero que me atajen
sin que vea el río lento
que cuchichea dos sílabas
como quien fía secreto.
Dice Bío-Bío, y dícelo
en dos estremecimientos.
Me he de tender a beberlo
hasta que corra en mis tuétanos.
Poco lo tuve de viva;
ahora lo recupero
la eterna canción de cuna
abajada a balbuceo.
Agua mayor de nosotros,
red en que nos envolvemos,
nos bautizas como Juan,
y nos llevas sobre el pecho.
Lava y lava piedrecillas,
cabra herida, puma enfermo.
Así Dios "dice" y responde,
a puro estremecimiento,
con suspiro susurrado
que no le levanta el pecho.
Y así los tres le miramos,
quedados como sin tiempo,
hijos amantes que beben
el tu pasar sempiterno.
Y así te oímos los tres,
tirados en pastos crespos
y en arenillas que sumen
pies de niño y pies de ciervo.
No sabemos irnos, ¡no!
cogidos de tu silencio
de Ángel Rafael que pasa
y resta y dura asistiendo,
grave y dulce, dulce y grave,
porque es que bebe un sediento...
Dale de beber tu sorbo
al indio y le vas diciendo
el secreto de durar
así, quedándose y yéndose,
y en tu siseo prométele
desagravio, amor y huertos.
Ya el Tolomí te vadea,
a braceadas de foquero;
los ojos del niño buscan
el puente que mata el miedo,
y yo pasaré sin pies
y sin barcaza de remos,
porque más me vale, ¡sí!
el alma que valió el cuerpo.
Bío-Bío, espaldas anchas,
con hablas de Abel pequeño:
corres tierno, gris y blando
por tierra que es duro reino.
Tal vez, estás, según Cristo,
en la tierra y en los cielos,
y volvemos a encontrarte
para beberte de nuevo...
-Dime tú que has visto cosas
¿hay otro más grande y lindo?
-No lo hay en tierra chilena,
pero hay unos que no he dicho,
hay más lejos unos lagos
que acompañan sin decirlo
y hacia ellos vamos llegando
y ya pronto llegaremos.


A VECES, MAMÁ, TE DIGO...

-A veces, mama, te digo,
que me das un miedo loco.
¿Qué es eso, di, que caminas
de otra laya que nosotros
y, de pronto, ni me oyes
y hablas lo mismo que el loco
mirando y sin responder
o respondiendo a los otros?
¿Con quién hablas, dime, cuando
yo me hago el que duerme... y oigo?
Será con los animales,
la hierba o el viento loco.
-Porque todos están vivos
y a lo vivo les respondo.
También contesto a lo mudo,
por ser mis parientes todos.
-Ja, ja, ja, mama, la mama,
calla o me lo cuentas todo.
-Me llamaban "cuatro añitos"
y ya tenía doce años.
Así me mentaban, pues
no hacía lo de mis años:
no cosía, no zurcía,
tenía los ojos vagos,
cuentos pedía, romances,
y no lavaba los platos...
¡Ay! y, sobre todo, a causa
de un hablar así, rimado.
-¿Y qué más, qué más hacías?
¡Ve contando, ve contando!
-Me tenía una familia
de árboles, otra de matas,
hablaba largo y tendido
con animales hallados.
Todavía hablo con ellos
cuando te vas escapado.
Pero ellos contestan sólo
cuando no les hacen daño.
No lo hostigó mi Santo
Francisco y les dijo hermanos.



VIENTO NORTE
El viento Norte viene
levantándose, ladino,
y aunque es más viejo que Abraham,
así comienza de fino,
y si no se apura el paso,
ya nos coge el torbellino
y somos, dentro del Loco,
un frenético, un zarcillo,
un volantín con que juega
hasta que cae vencido
y se devuelve a sus antros,
también él roto y vencido.

-Mamá, pero te has trepado
a donde el viento es indino.

-Porque yo me envicié en él
como quien se envicia en vino,
trepando por los faldeos,
siguiéndolo por el grito.
Yo no era más, era sólo
su antojo y su manojillo
y a mí me gustaba ser
su jugarreta sin tino
y en donde estoy, todavía
le llamo, a veces, "mi niño"...

¿Sabe a qué baja el Loco?
Baja a cumplir su destino.

-Él no sabe nada, mama,
y hace, no más, desatinos.
Zamarreaba nuestra casa
como si fuese un bandido.
Ninguno entonces dormía
y era como el Anti-Cristo.

-Te tiras al suelo como
si pasase el Diablo mismo,
¡ay, mi zonzo novelero!
Tapa tus orejas hasta
que cruce mi Loco suelto,
pero déjalo que a mí
me cante en Loco divino.
Porque, sábelo, nosotros,
poetas de él aprendimos
el grito rasgado, el llanto.




CANCIÓN DE CUNA DEL CIERVO

Duérmete con tus dos sangres,
en cervato del Desierto,
bien si acaso te despiertas,
bien si quedas en ef sueño:
bueno es vivir y morir,
ser creado y ser disuelto.
Duerme tú, duerme hasta que
en cristiano despertemos.
Jugarreta con lomillo
y pezuñitas y vellos,
duerme a mitad de la sal,
la pelambre y el desuello,
el belfo blanco y salobre,
los lagrimales sangrientos.
No te oiga de dormido
el alma del hormiguero,
ni la araña te repase
las ancas de terciopelo,
ni el alacrán te conozca,
ni te revuele el murciélago,
ni te halle la bestia hirsuta
que en la noche hirió a mi Ciervo.
Pedrisco ni piedra hondeada
del Caín color de infierno,
ni la flecha envenenada
te den muerte que le dieron.
No duermas como él dormía,
fiados alma y alientos.
Blanda y morosa es la hierba,
viva como Ángel atento.
Duerma la gracia tacneña,
duerma con sus dos alientos,
el color de la piñeta,
la blandura del mansueto,
con yerba buena en las astas,
sin sangre sobre los belfos,
cribado de las estrellas,
ebrio de olores disueltos,
soñando herbazal tumbado
y pastal que va subiendo:
¡Duerme, chiquito,
pace tu sueño!
(Y el velludito se va
como rama desprendiendo,
cargado del sueño suyo,
del pedregal y del médano.
Ya está parado en su bien,
rico de tiniebla y sueño.)



Gabriel Mistral poetisa y sus poemas






                                                                       




Gabriela Mistral
(1889/04/07 - 1957/01/10)

Gabriela Mistral 
Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga 

Poetisa y diplomática chilena 



La experiencia es un billete de lotería comprado después del sorteo 
Gabriela Mistral 


Nació el 7 de abril de 1889, en la ciudad de Vicuña, cuarta región, Chile. Hija de Juan Jerónimo Godoy y Petronila Alcayaga, quienes la bautizaron con el nombre de Lucila. A los tres años su padre abandona la familia. 

Hija de un profesor rural y con una hermanastra de la misma profesión que le enseñó las primeras letras, ingresó en la escuela de La Unión, finalizando su enseñanza básica en Vicuña, donde la directora creía que padecía "retraso mental". Casi obligada a ser autodidacta a causa de la difícil situación económica de su familia y al aislamiento de la región.

En 1904 colabora en el periódico "Coquimbo", de La Serena, utilizando los seudónimos de "Alguien", "Soledad" y "Alma". A los quince años empieza a trabajar, en la Escuela de La Compañía, aldea vecina a Vicuña. A los 17 años conoce a Romelio Ureta, empleado de Ferrocarriles, "el amor de su vida". Durante este período, da clases en la escuela de La Cantera. En 1907 escribe para los periódicos "La Voz de Elqui" y "La Reforma". Un año después figura en la antología "Literatura Coquimbana" de L. Carlos Soto Ayala, en la cual éste le dedica un breve estudio y selecciona tres prosas poéticas de la autora: "Ensoñación", "Junto al mar" y "Carta íntima". El 25 de noviembre de 1909, a los 26 años de edad, se suicida en Coquimbo, Romelio Ureta. Se dice que sustrajo dinero de la caja del ferrocarril para socorrer a un amigo y al no poder restituirlo acabó con su vida. En sus bolsillos se encontró una tarjeta con el nombre de Lucila Godoy. 

Con temprana vocación por el magisterio, llegó a ser directora de varios liceos fiscales. Su fama como poetisa llegó en 1914, tras haber sido premiada en unos Juegos Florales por sus Sonetos de la muerte, inspirados en el suicidio de su gran amor, el joven Romelio Ureta. A este concurso se presentó con el seudónimo que desde entonces la acompañaría toda su vida y que fue concebido por la escritora como homenaje a dos poetas a los que admiraba, Gabrielle D'Annunzio y Frédéric Mistral. A su primer libro de poemas, Desolación (1922), le siguieron Ternura (1924), Tala (1938), Lagar (1954) y otros

Inspectora en el Liceo de Señoritas de La Serena y destacada educadora, visitó México, Estados Unidos y Europa estudiando las escuelas y métodos educativos de estos países. Fue profesora invitada en las universidades de Barnard, Middlebury y Puerto Rico. A partir de 1933, y durante un periodo de veinte años, trabajó como cónsul de su país en ciudades como Madrid, Lisboa y Los Ángeles, entre otras. 

Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco siendo muy influyente en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz. Sus diversos poemas escritos para los niños se recitan y cantan en muy diversos países. En 1945 fue el primer escritor latinoamericano que consiguió el Premio Nobel de Literatura. En 1951, le otorgaron el Premio Nacional de Literatura de su país. 

En 1928, y junto con su íntima amiga Palma Guillén adoptó a Juan Miguel Godoy Mendoza, nacido en Barcelona en 1925, hijo de su medio hermano Carlos Miguel Godoy y de la catalana Marta Mendoza. El niño acompañó a Mistral en sus viajes y cuando residían en Petrópolis (Brasil), se enamoró de una joven alemana con la que deseó contraer matrimonio. Gabriela se opuso a la boda y el joven se suicidó ingiriendo arsénico el 14 de agosto de 1943.

Gabriela Mistral se relacionó íntimamente con Doris Dana, a la que conoció en Nueva York en 1946. Dana era lesbiana y 31 años más joven que ella. Tenía 27 años cuando se conocieron y a Gabriela le recordaba físicamente a la actriz Katherine Hepburn. Su amiga trabajó ocasionalmente en el Departamento de Estado y a pesar de no compartir lenguaje su relación íntima duró hasta la muerte de la poetisa. Doris Dana se convirtió en albacea de su obra y también su principal heredera.

Tras una larga enfermedad, Gabriela Mistral fallece el 10 de enero de 1957, a las 4,10 horas, en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York. No murió sola, en todo momento fue asistida por Doris Dana. Sus restos reciben el homenaje del pueblo chileno, declarándose tres días de duelo oficial. Los restos de Gabriela Mistral llegaron a Chile el 19 de enero de 1957 y se velaron en la Universidad de Chile, donde 400 niñas del Liceo Nº 6, del que Gabriela fue su primera directora, hicieron guardia de honor. Recibió sepultura en Montegrande y se le rindió homenaje en todo el Continente y en la mayoría de los países del mundo. 


Obras

Sonetos de la Muerte (1914)
Desolación (1922)
Lecturas para mujeres (1923)
Ternura (1924)
Nubes blancas y breve descripción de Chile (1934)
Tala (1938)
Todas íbamos a ser reinas (1938)
Antología (1941)
Lagar (1954)
Recados, contando a Chile (1957)
Poema de Chile (1967)
Almácigo (2008)
Niña errante (2009, epistolario)
Hijita querida (2011)
Epistolario americano (2012, correspondencia)


Desolación, 1922 

La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde.

El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir intensos ocasos dolorosos.

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
crecer entre sus brazos y los brazos queridos!

Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto
vienen de tierras donde no están los que son míos;
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos,
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos.

Y la interrogación que sube a mi garganta
al mirarlos pasar, me desciende, vencida:
hablan extrañas lenguas y no la conmovida
lengua que en tierras de oro mi vieja madre canta.

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;
miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la "noche larga" ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo,
que vine para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales;
¡siempre será su altura bajando de los cielos!

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa;
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.




domingo, 30 de noviembre de 2014

Hoy cumple, Salome Ureña de Henriquez,115 años de su muerte







Salomé Ureña de Henríquez fue una poetisa, educadora y patriota dominicana. Nació el 21 de octubre de 1850 y falleció el 6 de marzo de 1897 en Santo Domingo.
Para 1850 el pueblo dominicano proclamado como Estado independiente desde febrero de 1844 y organizado como república, apenas daba sus primeros pasos. La sociedad dominicana era una verdadera expresión rural, precapitalista, autárquica, marginada del progreso y los avances técnicos que recibían otros pueblos del continente, particularmente Argentina, Chile y México y en la región del Caribe, Cuba, la más importante provincia de la monarquía española y, en esos momentos, la más grande productora de azúcar del mundo. Fue en ese año de 1850, el 21 de octubre, en la ciudad deSanto Domingo, que vino al mundo Salomé Ureña Díaz, quien sería la más fina y sensible expresión de percepción poética, maternal y pedagógica, de las mujeres dominicanas.
Fueron los padres de Salomé, Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de UreñaNicolás Ureña ejerció la profesión de abogado y se destacó en la vida pública. Además de juez en diferentes jurisdicciones en la ciudad capital, fue senador y maestro destacándose también como periodista y músico. “El nacimiento de Salomé Ureña ocurrió poco después de la fundación de la República, durante el primer gobierno de Báez; creció en un ambiente de discordias, entre mil luchas intestinas. Por lo mismo que vivió en una época de tanta agitación, de tan incesantes perturbaciones en el pueblo dominicano, su alma se agrandé con el dolor y se hizo fuerte.
Salomé tuvo una niñez muy precoz. Su madre la enseñó a leer: a los cuatro años leía de corrido. Su infancia discurrió en las aulas de dos pequeñas escuelas de primeras letras, únicas permitidas entonces a las mujeres. En esa época las escuelas eran muy pobres, a tal extremo que no pasaban del catecismo. Decía doña Manuela Rodríguez ‘que las madres no querían que sus hijas aprendieran para que no les mandaran papeles a los mozos’; pero el padre de Salomé, como hombre de letras, avivó en ella la llama de su espíritu y le dio la mejor educación literaria que se podía alcanzar en aquellos años”.
Dentro de los límites de una sociedad atrasada creció y vivió Salomé. La ciudad de su nacimiento era pequeña y tenía acentuado aspecto colonial; estaba rodeada de murallas con foso hacia el campo, y las puertas se cerraban como en el siglo XVI; por lo menos la Puerta del Conde de Peñalba. “Muchos edificios estaban en ruinas…”. Como los edificios, las familias estaban también arruinadas. Largos años de emigración continúa habían empobrecido la ciudad. Largos años de guerra frente a Haití habían impedido también la organización de la familia dominicana y el aprovechamiento de sus escasas fuerzas productivas. Quizás a 150 mil habitantes llegaba el país en esos momentos.
Desde niña se distinguió Salomé por su vocación a la lectura y el estudio. Guiada por su padre adquirió apreciable formación basada, fundamentalmente, en la literatura y los clásicos. El la llevó por el camino de la poesía y siendo apenas una niña recitaba largos versos de famosos poetas americanos y españoles, haciendo gala de la prodigiosa memoria de que estaba dotada. Perseverante, inquieta, emprendedora, en los primeros años de su adolescencia llamaba la atención y atraía por su carácter enérgico y firme y por su temperamento abierto, sin dobleces. Aprendió francés, idioma que dominó a la perfección y estudió literatura francesa que le proyectó un horizonte singular y único como mujer, en su medio social. A esa edad, ya, era dueña de un humor fino e irónico que profundizó cuando se interesó por la literatura inglesa. Dominaba ampliamente también el idioma inglés.
Comenzó a escribir versos a los quince años y a los dieciséis hizo sus primeras publicaciones en periódicos de la ciudad, firmados con el seudónimo de Herminia. Pero a los veinticuatro años sus versos comenzaron a aparecer con su nombre. Como el padre de Salomé, don Nicolás Ureña de Mendoza, gozaba de fama como poeta, esto dio origen a que muchos negasen a la joven poetisa el derecho de autora de sus primeros versos. Pero a la muerte de éste, quedaron convencidos de que la hija era mejor poeta que el padre. A esa edad Salomé realizaba una activa vida social. Pertenecía a diferentes organizaciones literarias entre las cuales se distinguía “Amigos del País” y en la medida que su fama traspasó los límites de su patria, fue distinguida como miembro de honor de otras organizaciones literarias y artísticas de la república y de otros pueblos de la región del Caribe. Recibió reconocimientos y emotivos homenajes y como poetisa su nombre distinguió la República.
En 1880 contrajo matrimonio con Francisco Henríquez y Carvajal a quien llevaba nueve años de edad. Se habían conocido hacía dos años en una de las tertulias literarias de la sociedad “Amigos del País”. Cuatro hijos procrearon Salomé Ureña y Francisco Henríquez, conocido por el apodo de Pancho y quien transcurrido el tiempo se haría médico, escritor y por último presidente de la república en 1916. Esos hijos fueron Francisco Noel, Pedro Nicolás, Maximiliano Adolfo y Salomé Camila. Los tres más pequeños serían en sus vidas notables maestros, escritores, ensayistas de reconocida categoría dentro y fuera del país. Pero el de más brillo intelectual y pedagógico, de proyección internacional, lo sería Pedro Nicolás. Francisco Noel, conocido por el diminutivo de Franc, fue hombre de vida tempestuosa diferente a sus hermanos.
El 3 de noviembre de 1881 bajo la orientación y guía de Eugenio María de Hostos fundó Salomé Ureña de Henríquez el “Instituto de Señoritas”. Catorce jóvenes fueron las primeras alumnas. De ellas solamente seis terminaron los estudios graduándose de maestras normales: Leonor María Feltz, Mercedes Laura Aguilar, Luisa Ozema Pellerano, Ana Josefa Puello, Altagracia Henríquez Perdomo y Catalina Pou. La investidura se celebró el 17 de abril de 1887. Otras seis se graduaron el 16 de diciembre de 1888 y las dos últimas en diciembre de 1893. El surco quedaría abierto, la semilla sembrada y el terreno abonado para que por espacio de largo tiempo, desde 1881 hasta 1954, creciera, se extendiera y multiplicara por todo el territorio dominicano, la escuela racional fundada por Eugenio María de Hostos, secundado por Salomé Ureña. Nunca fue tan notable, bienhechora y provechosa la función del magisterio para un pueblo de América, como lo fue para el dominicano la obra y la dedicación de estas dos notables figuras.
Pancho Henríquez el esposo de Salomé se trasladó a París a completar un postgrado de su carrera de médico. A su regreso, en 1891, encontró a su esposa abatida por una enfermedad mortal: tuberculosis. Don Pancho, como era llamado familiarmente por todos, quien había sido compañero solidario de su mujer, le persuadió que debía abandonar las exigentes tareas que cumplía como directora y maestra del instituto. En diciembre de 1893 cerró sus puertas la noble institución. Volvería a ser abierta en enero de 1896 por iniciativas y gestiones de las hermanas Luisa Ozema y Eva Pellerano Castro, ambas discípulas de la fundadora y del Instituto. Vivía aún la extraordinaria poetisa y maestra convertida en una leyenda de la vida cultural americana.
Rendida por mandato del destino, en las palabras pronunciadas en la tercera y última investidura del “Instituto de Señoritas”, que sería también el de su clausura, dijo Salomé, entre otras cosas: . . . “rendida por la fatiga de la lucha, sin recursos, sin medios de ninguna especie para continuar de pie sobre el palenque, solicitada por el santo deber de la educación de mis hijos, que reclamaban por entero todas las energías de mi espíritu, sello, con esta última prueba de mi trabajosa labor, la obra iniciada hace doce años…”. En ese discurso como en los anteriores no dejó de rendir honor y reconocimiento a Hostos de quien dijo que “enamorado de su belleza” (refiriéndose al país, egf) y presintiendo altos destinos para su porvenir, “quisiste lanzarla en la corriente civilizadora de las ideas. ¡Sé bendito! Yo no olvidaré el noble empeño con que te consagraste a dignificarla en su puesto de nación libre”.
Murió físicamente Salomé Ureña de Henríquez, poetisa, madre, educadora y patriota, el 6 de marzo de 1897. Su obra romántica, pedagógica y patriótica, como el recuerdo de su figura única en la historia dominicana, estará siempre presente en la memoria del pueblo.

Biografia

Forma parte del llamado círculo de Dioses Mayores de la poa. sía nacional, que se completa con Gastón F. Deligne y José Joaquín Pérez, y algunos llevan su admiración hasta proclamarla el primer poeta dominicano. Considerando su poesía a la luz de la época en la cual se produjo, no cabe duda que es preciso reconocer en ella excelencias bastantes para merecer la fama. Sin embargo, un severo juicio crítico posterior, ha podido encontrarla falta de esa virtud poética, necesaria para la supervivencia por el sólo mérito de la propia poesía. Los temas por ella tratados, —el hogar, la patria, la escuela—, circunscriben demasiado su poesía a los límites nacionales, aunque su tradicionalismo hispánico la sitúa entre los poetas peninsulares del ochocientos, sin ningún intento de dominicanización, como realizaba José Joaquín Pérez, por ejemplo. Así pudo decir, con justicia, Menéndez Pelayo, que sostenía en sus débiles manos “la robusta ¡ira de Quintana”.
(1850-1897) Obras poéticas:
  • La llegada del invierno
  • Ruinas
  • Mi ofrenda a la Patria

Poesía

En su poesía predominan tres temas :
a) El Patriótico, donde aflora su de-seo por el bienestar de la sociedad dominicana “La fe en el porvenir”, “Mi ofrenda a la patria”, “Ruinas” y “Gloria del progreso”
b) El Sentimental, caracterizado por su apego a la naturaleza y a la familia, “En horas de angustia”, “Mi Pedro”, “La llegada del invierno”, “El ave y el nido”
c) El Indianista, corriente literaria a la cual recurre al momento de exaltar a la raza indígena quisqueyana exterminada por los conquistadores españoles desde los primero años de la colonización (Anacaona). Por su espíritu patriótico y por la sencillez, la pureza y la corrección de sus versos, Salomé Ureña ocupa un lugar de primacía en la historia de la poesía dominicana. Murio en santo domingo el 6 de abril de 1897.

Fuente

  • Contin, Pedro (1943). Antologia de la Poesia Dominicana.

Poematica del tiempo