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sábado, 30 de agosto de 2014

Oda, a Loma Miranda




Ahora
tu eres
nodriza
donde
nace
la quietud
y el alba

Loma Miranda, ya es Parque Nacional

Ayer
en los colmillos
del lobo y el tiempo,
sentenciada y
acribillada
por el toxico
discurso
de la empresa
Xstrata Nikel de
Falcondo

Loma Miranda, ya es Parque Nacional

Proyecto
minero,
cielo abierto
de miseria
y guillotina
de esperanza

Ahora,
los demás,
la muchedumbre
canta en la calle, con la voz
sin fusiles,ni dolares, tampoco euro
en el latir de sus huellas
en el lodo, inclinado en el dolor
de su cadera vegetal

Loma Miranda, ya es Parque Nacional

La bandera
se limpia el sudor
entre raíces
y cantares de
barrancolies
y cubre sus
heridas
bajo el plumaje
de ciguas palmeras
abrazadas por el resplandor
flamboyan

Loma Miranda, ya es Parque Nacional

Por fin regresa
con tus labios
enamorados
de consignas
Dice el poeta
con sus armas de versos
combativos
incorruptibles de libertad,
frente al tirano
(Empresa Xstrata Nickel de Falcondo):

Loma Miranda
no puede ser violada
en los acantilados
de su piel
ni en el aroma de su
paz

Loma Miranda, ya es Parque Nacional

Ahora,
la República Dominicana
arropa su cintura
con
canosas trenzas del
Parque Loma Miranda


Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
de Periodistas (CDP)
C3-155
Miércoles,27 de Agosto,2014


Nota:
Este trabajo cultural, es patrimonio del pueblo humilde
de la República Dominicana...
sectores que con sus reclamos y sacrificios hicieron posible
la hoy realidad, por Ley.

LOMA MIRANDA PARQUE NACIONAL

jueves, 28 de agosto de 2014

Caretas de la Patria: VIVA EL VERSO NOBLE DE LA PATRIA: MANOLO TAVARES ...

Caretas de la Patria: VIVA EL VERSO NOBLE DE LA PATRIA: MANOLO TAVARES ...

VIVA EL VERSO NOBLE DE LA PATRIA: MANOLO TAVARES JUSTO Y FRANCISCO ALBERTO CAAMAÑO ENTRE OTROS MÁRTIRES DEL AMOR PATRIO

Hoy es día del padre de la Patria, por el parque nacional Loma Miranda

                                               Hoy es día de Juan Pablo Duarte y los demás
                                                            patriotas de todos los tiempos...
                                                             
                                                                                   

Al final de las jornadas, por Loma Miranda y la protección al medio ambiente,se demostró, el espíritu de la consigna popular, de que solo el pueblo,salva al pueblo, en síntesis, los policias y militares vienen de los sectores mas humildes de la sociedad...


Loma Miranda Documental

Caretas de la Patria: SALVEMOS LA LOMA MIRANDA

Caretas de la Patria: SALVEMOS LA LOMA MIRANDA

domingo, 17 de agosto de 2014

viernes, 15 de agosto de 2014

Ahí, donde las ideas envueltas en fuegos y miel, cremaron el Otoño


                                                   

       Felices días, comandante Fidel
Eres, campanas y alientos, entre  dedos
  criminales

oxidados, pétalos luminosos, acariciados de corolas
donde los cobardes dejaron sus huellas
en iracundas

 sombrillas, perforadas de párrafos
escritos, por el fusil poético

del prócer José Martí.
Enfrentaste
al Cíclopes
y sus  lenguas
de cadáveres,

lánguidas, en pañales atardeceres, y tu empuñaste
el álamo,

el sudor de las palabras, enmudeciendo la cultura
 del crimen ,
 con tu empalizada de  paz


Eres, gigantes entre ramas putrefactas,
en ti, renace la vida y la muerte se extingue
entre el cáliz de tus  ideas...

  El uniforme de la Vida se honra,
al vestir a Fidel Castro

Hoy como Ayer,
defendiste las heridas del tiempo
con la piel de tu alma, comandante

        Y
 
tus ecos
y ráfagas de versos

 renacieron
en la pulcritud histórica
         de
estrelladas raíces...

VIVA CUBA
VIVA FIDEL...




Autor:

Lic. Ramón Danilo Correa

Miembro del Colegio Dominicano
de Periodistas (CDP)
          C3-155

13 de Verano,2014


NOTA:
Este trabajo, es patrimonio
de la humanidad

domingo, 10 de agosto de 2014

Elegía Nacional






Loma Miranda
secuestrada y moribunda,
en la pradera del silencio
Congresional  y la pezuña  del  fuego
 intruso de ultramar
¡¡¡ y  ustedes !!!, ácaro,

enfrentado  contra
nosotros, músculos,
ramas y olivos
 de voces  y consignas
en proclama  nacional

NI UN PASO ATRÁS…

Loma Miranda
Parque Nacional, en tu efigie retozan
 madrugadas, donde   las aves  se lavan las caras
con aguas lluvias,  y el monte se levanta en pijama
de cristalizada  paz.
NI UN PASO ATRÁS…

Respiremos también,  por el dolor
de las heridas  de  Loma  Miranda , levantemos  el sueño contra
 el viento gubernamental,  donde se cobija
el odio toxico ,holocausto corrupto ,donde vuela
 la  justicia sin braciere.

NI UN PASO ATRÁS…

Desde  la trenza de la  Cordillera Central
emana el eco,  Loma Miranda,
pulmón  de la Patria

NI UN PASO ATRÁS…

El señor presidente de  los ricos y el temor
amordaza  los latidos del alma de Loma Miranda,
¿Por qué?,  no organizamos marchas y salimos del lodo
y
 los callejones de las raíces donde vivimos olvidados,
para exigirle a los diputado, y senadores   que se respete
La vida del medio ambiente  en el vientre de Loma Miranda

NI UN PASO ATRÁS…

Loma Miranda
ahora  es el Escudo Nacional
por donde brota  la República Dominicana

NI UN PASO ATRÁS….

Loma Miranda Parque Nacional


Autor:   
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas
                      (CDP). C3 -155
                 09 de verano, 2014







NOTA:

 todo los derechos reservados, en la oficina de derecho 
de autor de la República Dominicana




sábado, 9 de agosto de 2014

Madre sin vacaciones de amor y ternura




Mi madre es de entrega
 como el Mar
 y de fuego en su ternura
 cuando defiende las huellas
 de mi edad

 Como te amo
 al  renacer tu en la verde pradera del Sol
 arrodillada en oración, en la cuna del alma

 Doña Aida Cuevas
 eres amplia y solidaria
   madre de Bélgica, Leonardo,Rolando,Lourdes
 y de Ramón Danilo,  nos arropas en el costado del flamboyán

Hemos nacidos,
en siglos de angustias, hambre
sin estomago de paz
miserias de pasiones
por el dolor de la tierra
parturientas y ciguapas
del calvario de ti, madre florida

 Aida, farola de madre
 ejemplo en una tierra salpicada de pecado
y de orquídeas
 mama, te llevamos en la circulación
de la sangre del manantial de la vid
 que nos alojate en el templo del amor y la vida

 Madre, tus hijos e hijas
   recordaremos no un día, sino
un tsunami calendario de alegrías
 donde tu brilles como  luz, en ojos trasnochados,
nodrizas en sala naciente de amor

 Madre (Aida  Rita  Cedano)
 símbolo
 emblema
 sendero
 antorcha
 caminante descalza, entre  aromas
 de café ,te de cordilleras palmeras

Hoy
también es el mes de la Patria de la Republica Dominicana
madre del barrio encendido en versos y párrafos filial
 bajo el parturiento plomo de libertad en su vientre amoroso

 Mama
 la vida te nombra, universo ,
 naturaleza, dama,
 pitonisa, alcaldesa  de la vida,
   higuera
 donde lágrimas y alegrías han  colado el bien para
 el aterrizaje de mariposas y  vuelo de ruiseñores

 Mama
 te amamos, besamos con labios
de  marinas  estrellas , partos lumínicos de estelas
 que caminan en rayos de Jehová.....


 Autor:
 Lic. Ramón Danilo Correa
19 de Mayo de 2011
Nota:
En honor a mi madre, y con ella a todas las mujeres parturientas de historias..., del mundo

La tumba del Comandante, es la Patria






Recordemos, hoy
la República, bañada
 en el polen
 ensangrentado,
vertido  en el trinar
de la
Cordillera Central
falda de
caracoles
Panteón Nacional,
donde descansan
los colores de la Patria

Tu coraje
comandante
convirtieron el funeral
de serpientes
en
orificios
de tumbas
horizontales


  Coronel del tiempo
Francisco Alberto Caamaño
 Deño
eres  la imagen
y huellas
donde descansan
las campanas activas
donde la hoguera
libertaria incinero
la muerte
Francisco Alberto
hace 41 inviernos/en primavera,
de tu regreso a la vid

Ese 16 de Febrero, 1973
tu cobarde asesinato, no cupo
en el histórico informe
mitológico
militar fascista

tembló del fuego
la historia
en la tierra herida
y las gloriosas banderas
arroparon  el trigo
donde
la República Dominicana
creció
con su pijama
madrugadora

En ti se levanto
el eco
las olas
el silencio
el crucifijo
con sus manos
atadas al fusil
emanando
consignas
lluviosa
entre
humos
y
caracoles
se levantaron
también
los faroles
citadinos
el pincel
los muertos
amordazados
de paz
y

sobre tus hombros
 infantiles
 silvestres gallos
agujereando la interminable
noche

Coronel  Francisco Alberto
 Caamaño
empalizada de Abril
 y
Playa Caracoles
ni tu  quepis
ni tu fusil
ni tu ejemplo
ni tu moral
ni tu ternura romántica
tampoco el sudor
de tu geografía
ni tu cuerpo
 ni memorias
 caben
en el paragua de sombras, Panteón
Nacional
(Museo de lámparas, confusas de luz)



Autor:

Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
De Periodistas. CDP
           C3-155

15 de Febrero, 2014

Como homenaje, al Coronel Francisco Alberto Caamaño, héroe y mártir de
 la República Dominicana. Asesinado luego de ser capturado por el
ejército fascista del gobierno encabezado por el presidente de entonces,
 Joaquín Balaguer.
Caamaño, entro al país, con un grupo de jóvenes patriotas,
 que sintieron el deber de frenar  la violencia y el quebrantamiento
 de los derechos humanos ejecutados por varios años, con el manto
democrático de un régimen, producto de fraudes electorales,1966-1978…


Nota:
Todos los derechos de este poema están protegidos por la Oficina

de autoría, de la República Dominicana

Se han robado el Pais







Ellos
los dioses de siempre,
se tragaron los colores de
la bandera
Se robaron
el hambre
del incendio
y
sembraron
la tierra
de sed
La República Dominicana
Luce desnuda,
Violada
en su amapola de progreso
Empobrecieron
la Patria
con su apetito
corrupto
Han atrincherado la Patria

se llevaron en los bolsillos
las minas
y los campos
sembrados
de nosotros
Se han robado
el País
contaminaron de miseria
las palmeras,
 no tenemos voz,
nos robaron
 el idioma
amordazaron
el merengue
y quemaron
el Mar Caribe
con sus drogas
de “mieles”

Asaltaron
la dentadura
del pan
para que el trigo
no se levante en las calles,
 y provincias de lloviznas,
ni su grito descanse
en brazos de piedras, atando
consignas,
escudos de banderas
 Han secuestrado la ciudadanía
en el santuario democrático,
y los feligreses, del
 voto, se mueren
de miseria en el
camposanto electoral
Estos gobiernos, se han llevado
para su casa
las playas
el sol
la alegría
y
se limpian
en el sanitario,
la desembocadura
de la espalda
con las  torturadas letras
de la  Constitución
Nacional…
Violaron la virginidad
de la Patria
con serenatas
 democráticas
¿¿¿ En cual cuenta bancaria
Internacional, esta la República
Dominicana depositada, ???


Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
de Periodistas (CDP)
C3-155

21 de Septiembre, 2012
Una forma de fortalecer el día internacional de la Paz, la muchedumbre
 nunca ha saboreado el aroma de la Paz, en la República Dominicana,
con una Patria en lo bolsillos de los políticos tradicionales

Nota:

Este poema esta protegido en la oficina de derecho de autor, según leyes dominicanas.

Che Guevara,un guerrillero sin odio en la sangre








Che Guevara
Un guerrillero sin odio
en la sangre

En el tropel de sirena
se encasquillan las ideas
y corren  voces, refugios de su miel negada
por idolatras paganos, así en el tiempo un sendero
Guerrillero se refugia en el pecho
Americano, donde

los modernos indignados, que exigen pan en la falda ibérica
y el refajo de la verde estatua de la libertad
oriundos de encinas,  antorcha
encendida. Crepúsculo del Che.

Es la imagen del Che Guevara
Por donde el comandante Fidel Castro,
el sacerdote, Camilo Torres,

el doctor Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo)f
el coronel Francisco Alberto Caamaño,

y otras luces de tambores americanos,
madrugaron el verso en  flores del pantanos

El Che, renace y crece sobre el cadáver
de la muerte
pisando con su sueño  el ciclope
de la maldad y la corrupción de metal

Ernesto Che Guevara
danza entre versos cantarines
en las venas de Manuel del Cabral ,en su poética, compadre Mon,

Isla Negra,de Pablo Neruda,donde su Canto general, folclorisa el fuego torrenciales epopeyas de fuego y vegetal

Como si plasmara en los labios del Che, la fotografía
tradicional del amor por la humanidad bajo la piel de su crisol guerrillero

 En la moral y coraje  de Salvador Allende
y en las lagrimas de su fusil

Como en la voz de José Francisco Peña Gómez
de regreso la esperanza en banderas acribilladas
se levantaran  en el pan de cada día.

El Che
dignifica la manera de morir
en  néctar de campesinos
donde su vida florece en paraguas
Sin lluvias de dolor

Eres el comandante
Libertario por donde  montañas y ciudades
Latinoamericanas evocaron su canción de paz
 Ahí no quedo el dolor que expandió el polen de tu  flor
                 Gloria eterna al Che




Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas
                        (CDP).C3-155


Como homenaje al 44 aniversario del cobarde asesinato de Ernesto Che Guevara
y sus compañeros, en Valle Grande, comunidad campestre  de Bolivia…

                         Sábado 08 de Otoño, 2011

Elegia al partido blanco, del lider negro












El PRD unido jamás será vencido

Entre nosotros
las palabras unitarias del líder
piel  del pueblo (José Francisco Peña Gómez)
nos acusa hasta unificar los latidos del alma
 democrática, ahora en bandolera

En el instante en que el mar
 polvoriento, acaricia la envejecida
historia, con sus garras de papel
hiere lágrimas lastimeras.

Por la memoria del líder
Unitario, que florezca el aroma
entre nosotros

Solo con el cuerpo integro
entre nosotros, podremos
vencer un siglo misero de paz.

Entre nosotros
no puede existir
mentiras de miel

Entre nosotros
la tea de la libertad
no debe sucumbir
en manipulados votos...

Por el histórico jacho encendido
en el sendero democrático de los desamparados
del sueño. viva la unidad del PRD

Entre nosotros, el Partido Revolucionario
Dominicano (PRD), no puede morir
de hambre,ni sudor de sed
por la consecución democrática.

Entre nosotros
 el doctor José Francisco Peña Gómez
se levantara, entre nosotros
como único líder del fuego y la paz

Entre nosotros
el PRD, nos llama con su lengua de paloma
Y sus gemidos de unidad
Y sus lagrimas entre ocaso
Nos reclama  la victoria, entre nosotros

Para luego entre nosotros, sepultar el monstruo centenario
cazador de madrugadas, que pretende hoy,
sin el doctor José Francisco Peña Gómez
enmudecer la verdad y castrar el rostro del tiempo

Entre nosotros
Por el manto  sudoroso del
doctor José Francisco Peña Gómez
empuñemos el alba de la unidad

Entre nosotros, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), gladiador  entre energía de  dolores y pólvoras
puerta de libertades y amor

Pendón democrático, cauce libertario en el polen del Sol
Jamás puede dividirse en momentos caudalosos para la historia Patria, donde la corrupción
es sombrilla del poder,

Entre nosotros  los pobres claman
Unidad, unidad…

Que viva el PRD para enfrentar el acero
el fuego, el oxido de tu ronca voz
 envejecida en la alameda
enclaustrada hoy por mezquino del mañana…

Entre nosotros, los viejos robles, recortan sus canas
en las lagrimas del líder, cuando contempla la deforestación
de sus ideas unitarias

Viva la unida del PRD en la garganta del Sol


Autor:

Lic. Ramón Danilo Correa
Periodista
Colegio Dominicano de Periodistas
CDP. C3_155
Domingo,06 de Marzo,2011

Este llanto, es en honor a la unidad del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)
Esta elegía (poema), persigue ablandar la codicia de quienes controlan
la polea del triunfo democrático del PRD. Y esta registrado en la oficina del derecho de autor, de la Republica Dominicana, de manera integra.

Otras sangres,abrigan al grito de banderas





Otras sangres
abrigan al grito de
banderas

Otras sangres
abrigan al grito de
banderas

Donde hoy canta
el silencio
se cobijan
los tiranos democráticos
de esta nación caribeña

Este morado gobierno
Agita su discurso pisoteando
el esperma de albañiles
constructores de paz

Quien disparo
hoy
Contra
 peregrinos minutos
de tiempos.
 Míseros que despiden
el saqueo del Altar de la Patria

Este tirano (PLD),
gobernante (2004.2016)
dominicanos,
de hoy
desea ahogarnos
en sus garras democráticas

Pero, los vientos
de raíces
se desesperan
caminante
Sobre el lomo de su hambre
Trajinando la isla, hasta sedientos 
de nuevas albas
llenar las urnas
el 20 de Primavera,
de Blancas
Banderas. Hojarascas espantadas
 entre podridas pisadas
de corrupción
lagrimas de Whisky
en moradas corbatas
reflejo de frontera

La muchedumbre
hambrienta
de mañana
alumbrara
con blancas
velas
las
amordazadas
urnas,
 dominicanas

 Mi país
Se quedo dormido en  la ruta
de los ingenios azucareros,
 de don Pedro Mir,
escribidor, donde los campesinos
no tienen tierras, ni derechos a cambiar el
 diluvio en 
 Parques
sembrados de calor,
lluvias sin peinar, arrodilladas
al calabozo de un solo discurso
sin sabor a todo (a)

Nosotros, los dominicanos
seguiremos podando el pensamiento
de alborada
con   poemas
de
Manuel del Cabral,  alimentando así,
el famélico humo sin comida…
de la Patria

Pero este 20 de Mayo,
el pueblo se levantara
debajo de burlas e iras
y el alma vestida de blanca,
  con cristalinas  lámparas
democráticas con miras
de  sacar del poder
a duendes y serpientes
eternizados en el cántaro del odio
¡ ¡ ¡Viva la Republica Dominicana!!!


Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
De Periodistas (CDP) C3-155
Nota:

Este poema, es patrimonio de la humanidad
Alguien del presente gobierno, se  negó a proteger mi derecho de autor

martes, 8 de julio de 2014

Caretas de la Patria: ¿Se convertirá Loma Miranda el final de una era?

Caretas de la Patria: ¿Se convertirá Loma Miranda el final de una era?:           Lic. Olga Capellán. - Para nadie es un secreto que el tema Loma Mir...

Canto a Loma Miranda







Loma Miranda
en tu vientre renace  la vida,
y en  tu piel, forestada en
la garganta de aves cantoras
 y
labradoras de arroyuelos,
se levanta la cintura amurallada
de la Cordillera Central

Loma Miranda está ubicada a unos 17 Kms
de la zona urbana de La Vega, específicamente
hacia el este - sureste del municipio,por donde respira el Cibao,
con su pipa de paz
compartiendo su área entre las provincias La Vega
y
Monseñor Nouel (Bonao)
República Dominicana

Pero nadie
permitirá, que Falcondo-Xtrata Nickel
explote tu verdecida
Alma,enredada en el vientre
de tamboras

La vegetación  que acampa
en el orificio del Sol
se resiste a morir
en las tinieblas contaminadas

En Loma Miranda
Llegaran guerrilleros
armados de poemas
Y banderas

Las aves, reptiles, peces,cangrejos, haibas
arboles,rios, lagos, piedras,el viento, caballos,
mulos,burros, gallos,gallinas
vacas,chivos,
perros montez,
 inceptos y el faro del pueblo,
marchan al son de banderas
contra enano del decreto y corruptos
funcionarios,
lazarillos de Falcondo
en  Loma Miranda

Llegará pronto la Primavera
con su uniforme de  flores
empuñando  sus
espinas  y así defender
el crisol. Loma Miranda

Los guerrilleros
en Loma Miranda
morirán si es posible
en una esquina del Otoño
si la empresa minera, Falcondo-Xtrata Nickel
dirige su fuego
al vientre de la roca

Loma Miranda, último
pulmón  de las banderas,
es el cerebro vegetal  de la isla
por donde circula la pradera
empapada  de raíces

Estos guerrilleros
de la República Dominicana,
aborígenes
de la blanca cabellera
de la Cordillera Central
respiran por los bronquios
verdecidos del verano

Echaremos  putrefactos
Forasteros, mineros de miserias
Inclinan el poder democrático entre sus piernas
Corruptores  del discurso
relámpago  y deforestadores  de estrellas

Pero
los mercenarios
mineros, Falcondo-Xtrata Nickel
bombardean
la sed , la Ley, la salud
del  hueco y el corazón
de la tierra

Nosotros
guerrilleros
de montañas
moriremos en la falda
de Loma Miranda
(Parque Nacional )

Ni un paso atrás
debemos impedir
que los cañones
y el fuego, de los forasteros
(Falcondo-Xtrata Nickel )
Incineren
la trenza de Loma Miranda
(PARQUE  NACIONAL)

Autor;
Lic. Ramón Danilo Correa
18 de Febrero, 2013
Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas
(CDP) C3-155

Nota:
Esta rama de consignas, penden en la lucha contra la (Falcondo-Xtrata Nickel ),
en su pretensión de  explotar a Loma Miranda, Paque Nacional. Estamos unidos
frente al sol. República Dominicana
NI UN PASO ATRÁS… PATRIMONIO DE LA PATRIA

jueves, 3 de abril de 2014

Pincelada poética de Pablo Neruda









Oda al amor
Amor, hagamos cuentas.
A mi edad
no es posible
engañar o engañarnos.
Fui ladrón de caminos,
tal vez,
no me arrepiento.
Un minuto profundo,
una magnolia rota
por mis dientes
y la luz de la luna
celestina.
Muy bien, pero, el balance?
La soledad mantuvo
su red entretejida
de fríos jazmineros
y entonces
la que llegó a mis brazos
fue la reina rosada
de las islas.
Amor,
con una gota,
aunque caiga
durante toda y toda
la nocturna
primavera
no se forma el océano
y me quedé desnudo,
solitario, esperando.

Pero, he aquí que aquella
que pasó por mis brazos
como una ola
aquella
que sólo fue un sabor
de fruta vespertina,
de pronto
parpadeó como estrella,
ardió como paloma
y la encontré en mi piel
desenlazándose
como la cabellera de una hoguera.
Amor, desde aquel día
todo fue más sencillo.
Obedecí las órdenes
que mi olvidado corazón me daba
y apreté su cintura
y reclamé su boca
con todo el poderío
de mis besos,
como un rey que arrebata
con un ejército desesperado
una pequeña torre donde crece
la azucena salvaje de su infancia.
Por eso, Amor, yo creo
que enmarañado y duro
puede ser tu camino,
pero que vuelves
de tu cacería
y cuando enciendes
otra vez el fuego,
como el pan en la mesa,
así, con sencillez,
debe estar lo que amamos.
Amor, eso me diste.
Cuando por vez primera
ella llegó a mis brazos
pasó como las aguas
en una despeñada primavera.
Hoy
la recojo.
Son angostas mis manos pequeñas
las cuencas de mis ojos
para que ellas reciban
su tesoro,
la cascada
de interminable luz, el hilo de oro,
el pan de su fragancia
que son sencillamente, Amor, mi vida.

Piedras antárticas
ALLÍ termina todo
y no termina:
allí comienza todo:
se despiden los ríos en el hielo,
el aire se ha casado con la nieve,
no hay calles ni caballos
y el único edificio
lo construyó la piedra.
Nadie habita el castillo
ni las almas perdidas
que frío y viento frío
amedrentaron:
es sola allí la soledad del mundo,
y por eso la piedra
se hizo música,
elevó sus delgadas estaturas,
se levantó para gritar o cantar,
pero se quedó muda.
Sólo el viento,
el látigo
del Polo Sur que silba,
sólo el vacío blanco
y un sonido de pájaro de lluvia
sobre el castillo de la soledad.


Ventana de los cerros! Valparaíso, estaño...
VENTANA de los cerros! Valparaíso, estaño
frío,
roto en un grito y otro de piedras populares!
Mira conmigo desde mi escondite
el puerto gris tachonado de barcas,
agua lunar apenas movediza,
inmóviles depósitos del hierro.
En otra hora lejana,
poblado estuvo tu mar, Valparaíso,
por los delgados barcos del orgullo,
los Cinco Mástiles con susurro de trigo,
los diseminadores del salitre,
los que de los océanos nupciales
a ti vinieron, colmando tus bodegas.
Altos veleros del día marino,
comerciales cruzados, estandartes
henchidos por la noche marinera,
con vosotros el ébano y la pura
claridad del marfil, y los aromas
del café y de la noche en otra luna,
Valparaíso, a tu paz peligrosa
vinieron envolviéndote en perfume.
Temblaba el \"Potosí\" con sus nitratos
avanzando en el mar, pescado y flecha,
turgencia azul, ballena delicada,
hacia otros negros puertos de la tierra.
Cuánta noche del Sur sobre las velas
enrolladas, sobre los empinados
pezones de la máscara del buque,
cuando sobre la Dama del navío,
rostro de aquellas proas balanceadas,
toda la noche de Valparaíso,
la noche austral del mundo, descendía.

Testamento (II)
DEJO mis viejos libros, recogidos
en rincones del mundo, venerados
en su tipografía majestuosa,
a los nuevos poetas de América,
a los que un día
hilarán en el ronco telar interrumpido
las significaciones de mañana.

Ellos habrán nacido cuando el agreste puño
de leñadores muertos y mineros
haya dado una vida innumerable
para limpiar la catedral torcida,
el grano desquiciado, el filamento
que enredó nuestras ávidas llanuras.
Toquen ellos infierno, este pasado
que aplastó los diamantes, y defiendan
los mundos cereales de su canto,
lo que nació en el árbol del martirio.

Sobre los huesos de caciques, lejos
de nuestra herencia traicionada, en pleno
aire de pueblos que caminan solos,
ellos van a poblar el estatuto
de un largo sufrimiento victorioso.

Que amen como yo amé mi Manrique, mi Góngora,
mi Garcilaso, mi Quevedo:
fueron
titánicos guardianes, armaduras
de platino y nevada transparencia,
que me enseñaron el rigor, y busquen
en mi Lautréamont viejos lamentos
entre pestilenciales agonías.
Que en Maiakovsky vean cómo ascendió la estrella
y cómo de sus rayos nacieron las espigas.

Testamento de otoño
Entre morir y no morir
me decidí por la guitarra
y en esta intensa profesión
mi corazón no tiene tregua,
porque donde menos me esperan
yo llegaré con mi equipaje
a cosechar el primer vino
en los sombreros del Otoño.

Entraré si cierran la puerta
y si me reciben me voy,
no soy de aquellos navegantes
que se extravían en el hielo:
yo me acomodo como el viento,
con las hojas más amarillas,
con los capítulos caídos
de los ojos de las estatuas
y si en alguna parte descanso
es en la propia nuez del fuego,
en lo que palpita y crepita
y luego viaja sin destino.

A lo largo de los renglones
habrás encontrado tu nombre,
lo siento muchísimo poco,
no se trataba de otra cosa
sino de muchísimas más,
porque eres y porque no eres
y esto le pasa a todo el mundo,
nadie se da cuenta de todo
y cuando se suman las cifras
todos éramos falsos ricos:
ahora somos nuevos pobres.


Habla de sus enemigos y les participa su herencia

He sido cortado en pedazos
por rencorosas alimañas
que parecían invencibles.
Yo me acostumbré en el mar
a comer pepinos de sombra,
extrañas variedades de ámbar
y a entrar en ciudades perdidas
con camiseta y armadura
de tal manera que te matan
y tú te mueres de la risa.

Dejo pues a los que me ladraron
mis pestañas de caminante,
mi predilección por la sal,
la dirección de mi sonrisa
para que todos lo lleven
con discreción si son capaces:
ya que no pudieron matarme
no puedo impedirles después
que no se vistan con mi ropa
que no aparezcan los domingos
con trocitos de mi cadáver,
certeramente disfrazados.
Si no dejé tranquilo a nadie
no me van a dejar tranquilo,
y se verá y eso no importa:
publicarán mis calcetines.


Se dirige a otros sectores

Dejé mis bienes terrenales
a mi Partido y a mi pueblo,
ahora se trata de otras cosas,
cosas tan oscuras y claras
que son sin embargo una sola.
Así sucede con las uvas,
y sus dos poderosos hijos,
el vino blanco, el vino rojo,
toda la vida es roja y blanca,
toda claridad es oscura,
y no todo es tierra y adobe,
hay en mi herencia sombra y sueños.


Contesta a algunos bien intencionados

Me preguntaron una vez
por qué escribía tan oscuro,
pueden preguntarlo a la noche,
al mineral, a las raíces.
Yo no supe qué contestar
hasta que luego y después
me agredieron dos desalmados
acusándome de sencillo:
que responda el agua que corre
y me fui corriendo y cantando.


Destina sus penas

A quién dejo tanta alegría
que pululó por mis venas
y este ser y no ser fecundo
que me dio la naturaleza?
He sido un largo río lleno
de piedras duras que sonaban
con sonidos claros de noche,
con cantos oscuros de día
y a quién puedo dejarle tanto,
tanto qué dejar y tan poco,
una alegría sin objeto,
un caballo solo en el mar,
un telar que tejía viento?


Dispone de sus regocijos

Mis tristezas se las destino
a los que me hicieron sufrir,
pero me olvidé cuáles fueron,
y no sé dónde las dejé,
si las ven en medio del bosque
son como las enredaderas
suben del suelo con sus hojas
y terminan donde terminas,
en tu cabeza o en el aire,
y para que no suban más
hay que cambiar de primavera.


Se pronuncia en contra del odio

Anduve acercándome al odio,
son serios sus escalofríos,
sus nociones vertiginosas.
El odio es un pez espada,
se mueve en el agua invisible
y entonces se le ve venir,
y tiene sagre en el cuchilo:
lo desarma la transparencia.

Entonces para qué odiar
a los que tanto nos odiaron?
Allí están debajo del agua
acechadores y acostados
preparando espada y alcuza,
telarañas y telaperros.
No se trata de critianismos,
no es oración ni sastrería,
sino que el odio perdió:
se le cayeron las escamas
en el mercado del veneno,
y mientras tanto sale el sol
y uno se pone a trabajar
y a comprar su pan y su vino.


Pero lo considera en su testamento

Al odio le dejaré
mis herraduras de caballo,
mi camiseta de navío,
mis zapatos de caminante,
mi corazón de carpintero,
todo lo que supe hacer
y lo que me ayudó a sufrir,
lo que tuve de duro y puro,
de indisoluble y emigrante,
para que se aprenda en el mundo
que los que tienen bosque y agua
pueden cortar y navegar,
pueden ir y pueden volver,
pueden padecer y amar,
pueden temer y trabajar,
pueden ser y pueden seguir,
pueden florecer y morir,
pueden ser sencillos y oscuros,
pueden no tener orejas,
pueden aguantar la desdicha,
pueden esperar una flor,
en fin, podemos existir,
aunque no acepten nuestras vidas
unos cuantos hijos de puta.


Finalmente se dirige con arrobamiento a su amada

Matilde Urrutia, aquí te dejo
lo que tuve y lo que no tuve,
lo que soy y lo que no soy.
Mi amor es un niño que llora:
no quiere salir de tus brazos,
yo te lo dejo para siempre:
eres para mí la más bella.

Eres para mí la más bella,
la más tatuada por el viento
como un arbolito del sur,
como un avellano en agosto.
Eres para mí suculenta
como una panadería,
es de tierra tu corazón,
pero tus manos son celestes.

Eres roja y eres picante,
eres blanca y eres salada
como escabeche de cebolla.
Eres un piano que ríe
con todas las notas del alma
y sobre mí cae la música
de tus pestañas y tu pelo.
Me baño en tu sombra de oro
y me deleitan tus orejas
como si las hubiera visto
en las mareas de coral:
por tus uñas luché en las olas
contra pescados pavorosos.

De Sur a Sur se abren tus ojos
y de Este a Oeste tu sonrisa,
no se te pueden ver los pies
y el sol se entretiene estrellando
el amanecer en tu pelo.
Tu cuerpo y tu rostro llegaron,
como yo, de regiones duras,
de ceremonias lluviosas,
de antiguas tierras y martirios,
sigue cantando el Bío-Bío
en nuestra arcilla ensangrentada,
pero tú trajiste del bosque
todos los secretos perfumes
y esa manera de lucir
un perfil de flecha perdida,
una medalla de guerrero.
Tú fuiste mi vencedora
por el amor y por la tierra,
porque tu boca me traía
antepasados manantiales,
citas en bosques de otra edad,
oscuros tambores mojados:
de pronto oí que me llamaban,
era de lejos y de cuando
me acerqué al antiguo follaje
y besé mi sangre en tu boca,
corazón mío, mi araucana.

Qué puedo dejarte si tienes,
Matilde Urrutia, en tu contacto
ese aroma de hojas quemadas,
esa fragancia de frutillas
y entre tus dos pechos marinos
el crepúsculo de Cauquenes
y el olor de peumo de Chile?

Es el alto otoño del mar
lleno de niebla y cavidades,
la tierra se extiende y respira,
se le caen al mes las hojas.
Y tú inclinada en mi trabajo
con tu pasión y tu paciencia
deletreando las patas verdes,
las telarañas, los insectos
de mi mortal caligrafía.
Oh leona de pies pequeñitos,
qué haría sin tus manos breves,
dónde andaría caminando
sin corazón y sin objeto,
en qué lejanos autobuses,
enfermo de fuego o de nieve?

Te debo el otoño marino
con la humedad de las raíces
y la niebla como una uva
y el sol silvestre y elegante:
te debo este cajón callado
en que se pierden los dolores
y sólo suben a la frente
las corolas de la alegría.
Todo te lo debo a ti,
tórtola desencadenada,
mi codorniza copetona,
mi jilguero de las montañas,

mi campesina de Coihueco.

sábado, 29 de marzo de 2014

Biografia de Miguel Hernandez


En Orihuela, un pequeño pueblo del Levante español, rodeada del oasis exuberante de la huerta del Segura, nació Miguel Hernández el 30 de octubre de 1910. Hijo de un contratante de ganado, su niñez y adolescencia transcurren por la aireada y luminosa sierra oriolana tras un pequeño hato de cabras. En medio de la naturaleza contempla maravillado sus misterios: la luna y las estrellas, la lluvia, las propiedades de diversas hierbas, los ritos de la fecundación de los animales. 

Por las tardes ordeña las cabras y se dedica a repartir la leche por el vecindario. Sólo el breve paréntesis de unos años interrumpe esta vidad para asistir a la Escuela del Ave María, anexa al Colegio de Santo Domingo, donde estudia gramática, aritmética, geografía y religión, descollando por su extraordinario talento. 

En 1925, a los quince años de edad, tiene que abandonar el colegio para volver a conducir cabras por las cercanías de Orihuela. Pero sabe embellecer esta vida monótona con la lectura de numerosos libros de Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla, Rubén Dario, que caen en sus manos y depositan en su espíritu ávido el germen de la poesía. A veces se pone escribir sencillos versos a la sombra de un árbol realizando sus primeros experimentos poéticos. 

Al atardecer merodea por el vecindario conociendo a Ramón y Gabriel Sijé y a los hermanos Fenoll, cuya panadería se convierte en tertulia del pequeño grupo de aficionados a las letras. Ramón Sijé, joven estudiante de derecho en la universidad de Murcia, le orienta en sus lectura, le guía hacia los clásicos y la poesía religiosa, le corrige y le alienta a proseguir su actividad creadora. 

El mundo de sus lecturas se amplía. El joven pastor va llevando a cabo un maravilloso esfuerzo de autoeducación con libros que consigue en la biblioteca del Círculo de Bellas Artes. Don Luis Almarcha, canónigo entonces de la catedral, le orienta en sus lecturas y le presta también libros. Poco a poco irá leyendo a los grandes autores del Siglo de Oro: Cervantes, Lope, Calderón, Góngora y Garcilaso, junto con algunos autores modernos como Juan Ramón y Antonio Machado. 

En el horno de Efén Fenoll, que está muy cerca de su casa, pasa largas horas en agradable tertulia discutiendo de poesía, recitando versos y recibiendo preciosas sugerencias del culto Ramón Sijé que acude allí a visitar a su novia Josefina Fenoll. Desde 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poemas en el semanario El Pueblo de Orihuela y el diario El Día de Alicante. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios levantinos.


Primer viaje a Madrid y Perito en lunas

Poseído por la fiebre de la fama, en diciembre de 1931 se lanza a la conquista de Madrid con un puñado de poemas y unas recomendaciones que al fin de nada le sirven. Aunque un par de revistas literarias, La Gaceta Literaria y Estampa, acusan su presencia en la capital y piden un empleo o apoyo oficial para el "cabrero-poeta", las semanas pasan y, a pesar de la abnegada ayuda de un puñado de amigos oriolanos, tiene que volverse fracasado a Orihuela. 


Pero al menos ha podido tomarle el pulso a los gustos literarios de la capital que le inspiran su libro neogongorino Perito en lunas (1933), extraordinario ejercicio de lucha tenaz con la palabra y la sintaxis, muestra de una invencible voluntad de estilo. Tras este esfuerzo el poeta ya está forjado y ha logrado hacer de la lengua un instrumento maleable. En Orihuela continúa sus intensas lecturas y sigue escribiendo poesía. También sus amigos le preparan alguna actuación en público.

 En el Casino de Orihuela recita y explica su "Elegía media del toro". Otra vez, en abril de 1933, es en Alicante donde interpreta la misma elegía después de una docta charla de Ramón Sijé sobre Perito en lunas. La prensa local se hace eco del acontecimiento literario alimentando en el joven poeta el ansia y sed de celebridad.


Segundo viaje a Madrid

Un día, al salir de su trabajo, en una notaría de Orihuela, conoce a Josefina Manresa y se enamora de ella. Sus vivencias van hallando formulación lírica en una serie de sonetos que desembocarán en El rayo que no cesa (1936). Las lecturas de Calderón le inspiran su auto sacramental Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras, que, publicado por Cruz y raya, le abrirá las puertas de Madrid a su segunda llegada en la primavera de 1934. 


Allí se mantiene con un empleo que le ofrece José María de Cossío para recoger datos y redactar historias de toreros. En Madrid su correspondencia amorosa no se interrumpe y la frecuente soledad inevitable en la gran ciudad le hace sentir nostalgia por la paz e intimidad de su Orihuela.

 Las cartas abundan en quejas sobre la pensión, rencillas de escritores, intrigas, el ruido y el tráfico. Así es que en cuanto le es posible vuelve a su pueblo para charlar con los amigos, comer fruta a satisfacción y bañarse en el río. 

Aunque lentamente, va creándose en Madrid su círculo de amigos: Altolaguirre, Alberti, Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda. Entre ellos trata de vender algunos números de la revista El Gallo Crisis, recién fundada por Ramón Sijé, pero tienen que constatar que ésta no gusta a muchos de sus nuevos amigos. Neruda se lo confiesa abiertamente: "Querido Miguel, siento decirte que no me gusta El Gallo Crisis

Le hallo demasiado olor a iglesia, ahogado en incienso". Ramón Sijé teme perder a su gran amigo para sus ideales neocatólicos, pero pronto tienen que constatar que el ambiente de Madrid puede más que los ecos de la lejana Orihuela. Pablo Neruda insiste en sus ingeniosos sarcasmos anticlericales: "Celebro que no te hayas peleado con El Gallo Crisis pero esto te sobrevendrá a la larga. Tú eres demasiado sano para soportar ese tufo sotánico-satánico". 

Si Ramón Sijé y los amigos de Orihuela le llevaron a su orientación clasicista, a la poesía religiosa y al teatro sacro, Neruda y Aleixandre lo iniciaron en el surrealismo y le sugirieron, de palabra o con el ejemplo, las formas poéticas revolucionarias y la poesía comprometida, influyendo, sobre todo Neruda y Alberti, en la ideología social y política del joven poeta provinciano. Superada esta crisi, Miguel Hernández es ya un poeta hecho y comienza a crear lo más logrado y genial de su obra.


La Guerra Civil

El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a tomar una decisión. Miguel Hernández, sin dar lugar a dudas, la toma con entereza y entusiasmo por la República. No solamente entrega toda su persona, sino que también su creación lírica se trueca en arma de denuncia, testimonio, instrumento de lucha ya entusiasta, ya silenciosa y desesperada. Como voluntario se incorpora al 5º Regimiento, después de un viaje a Orihuela a despedirse de los suyos. 


Se le envía a hacer fortificaciones en Cubas, cerca de Madrid. Emilio Prados logra que se le traslade a la 1ª Compañía del Cuartel General de Caballería como Comisario de Cultura del Batallón de El Campesino. Va pasando por diversos frentes: Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá. En plena guerra logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. A los pocos días tiene que marchar al frente de Jaén. 

Es una vida agitadísima de continuos viajes y actividad literaria. Todo esto y la tensión de la guerra le ocasionan una anemia cerebral aguda que le obliga por prescripción médica a retirarse a Cox para reponerse. Varias obritas de Teatro en la guerra y dos libros de poemas que han quedado como testimonio vigoroso de este momento bélico: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939).


El poeta en la cárcel

En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza su larga peregrinación por cárceles: Sevilla, Madrid. Difícil imaginarnos la vida en las prisiones en los meses posteriores a la guerra. Inesperadamente, a mediados de septiembre de 1939, es puesto en libertad. Fatídicamente, arrastrado por el amor a los suyos, se dirige a 


Orihuela, donde es encarcelado de nuevo en el seminario de San Miguel, convertido en prisión. El poeta -como dice lleno de amargura- sigue "haciendo turismo" por las cárceles de Madrid, Ocaña, Alicante, hasta que en su indefenso organismo se declara una "tuberculosis pulmonar aguda" que se extiende a ambos pulmones, alcanzando proporciones tan alarmantes que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible. 

Entre dolores acerbos, hemorragias agudas, golpes de tos, Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente. El 28 de marzo de 1942 expira a los treinta y un años de edad.

Poemario de Miguel Hernandez

LAS ABARCAS DESIERTAS

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda la gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y un mundo de miel.

Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.



VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN


Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.


EL NIÑO YUNTERO

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.


EL ÚLTIMO RINCÓN

El último y el primero:
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Por el olivo lo quiero,
lo persigo por la calle,
se sume por los rincones
donde se sumen los árboles.

Se ahonda y hace más honda
la intensidad de mi sangre.

Los olivos moribundos
florecen en todo el aire
y los muchachos se quedan
cercanos y agonizantes.

Carne de mi movimiento,
huesos de ritmos mortales:
me muero por respirar
sobre vuestros ademanes.

Corazón que entre dos piedras
ansiosas de machacarte,
de tanto querer te ahogas
como un mar entre dos mares.
De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.

Beso que viene rodando
desde el principio del mundo
a mi boca por tus labios.
Beso que va a un porvenir,
boca como un doble astro
que entre los astros palpita
por tantos besos parados,
por tantas bocas cerradas
sin un beso solitario.

¿Qué hice para que pusieran
a mi vida tanta cárcel?

Tu pelo donde lo negro
ha sufrido las edades
de la negrura más firme,
y la más emocionante:
tu secular pelo negro
recorro hasta remontarme
a la negrura primera
de tus ojos y tus padres,
al rincón de pelo denso
donde relampagueaste.

Como un rincón solitario
allí el hombre brota y arde.

Ay, el rincón de tu vientre;
el callejón de tu carne:
el callejón sin salida
donde agonicé una tarde.

La pólvora y el amor
marchan sobre las ciudades
deslumbrando, removiendo
la población de la sangre.

El naranjo sabe a vida
y el olivo a tiempo sabe.
Y entre el clamor de los dos
mis pasiones se debaten.

El último y el primero:
rincón donde algún cadáver
siente el arrullo del mundo
de los amorosos cauces.

Siesta que ha entenebrecido
el sol de las humedades.

Allí quisiera tenderme
para desenamorarme.

Después del amor, la tierra.
Después de la tierra, nadie.



A MI HIJO

Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío,
abiertos ante el cielo como dos golondrinas:
su color coronado de junios, ya es rocío
alejándose a ciertas regiones matutinas.

Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro,
como bajo la tierra, lluvioso, despoblado,
con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,
como bajo la tierra quiero haberte enterrado.

Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas,
al fuego arrebatadas de tus ojos solares:
precipitado octubre contra nuestras ventanas,
diste paso al otoño y anocheció los mares.

Te ha devorado el sol, rival único y hondo
y la remota sombra que te lanzó encendido;
te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo,
tragándote; y es como si no hubieras nacido.

Diez meses en la luz, redondeando el cielo,
sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.
Sin pasar por el día se marchitó tu pelo;
atardeció tu carne con el alba en un lado.

El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,
carne naciente al alba y al júbilo precisa;
niño que sólo supo reir, tan largamente,
que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.

Ausente, ausente, ausente como la golondrina,
ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:
golondrina que a poco de abrir la pluma fina,
naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.

Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,
de llegar al más leve signo de la fiereza.
Vida como una hoja de labios incipientes,
hoja que se desliza cuando a sonar empieza.

Los consejos del mar de nada te han valido...
Vengo de dar a un tierno sol una puñalada,
de enterrar un pedazo de pan en el olvido,
de echar sobre unos ojos un puñado de nada.

Verde, rojo, moreno: verde, azul y dorado;
los latentes colores de la vida, los huertos,
el centro de las flores a tus pies destinado,
de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.

Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía,
la noche continúa cayendo desolada.



TODO ERA AZUL

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.



YO NO QUIERO MÁS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya extraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda..

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.


ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ 
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


MUERTE NUPCIAL

El lecho, aquella hierba de ayer y de mañana:
este lienzo de ahora sobre madera aún verde,
flota como la tierra, se sume en la besana
donde el deseo encuentra los ojos y los pierde.

Pasar por unos ojos como por un desierto:
como por dos ciudades que ni un amor contienen.
Mirada que va y vuelve sin haber descubierto
el corazón a nadie, que todos la enarenen.

Mis ojos encontraron en un rincón los tuyos.
Se descubrieron mudos entre las dos miradas.
Sentimos recorrernos un palomar de arrullos,
y un grupo de arrebatos de alas arrebatadas.

Cuanto más se miraban más se hallaban: más hondos
se veían, más lejos, y más en uno fundidos.
El corazón se puso, y el mundo, más redondos.
Atravesaba el lecho la patria de los nidos.

Entonces, el anhelo creciente, la distancia
que va de hueso a hueso recorrida y unida,
al aspirar del todo la imperiosa fragancia,
proyectamos los cuerpos más allá de la vida.

Espiramos del todo. ¡Qué absoluto portento!
¡Qué total fue la dicha de mirarse abrazados,
desplegados los ojos hacia arriba un momento,
y al momento hacia abajo con los ojos plegados!

Peron no moriremos. Fue tan cálidamente
consumada la vida como el sol, su mirada.
No es posible perdernos. Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada.



VUELO

Sólo quien ama vuela. Pero, ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar ... Pero, ¿quién ama? Volar ... Pero, ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otro como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir; apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. EL cielo se eleva. El aire mueve.



SENTADO SOBRE LOS MUERTOS

Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.

Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

Acércate a mi clamor,
pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.

Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.

Ayer amaneció el pueblo
desnudo y sin qué ponerse,
hambriento y sin qué comer,
el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.

Aunque le falten las armas,
pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.

Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.


NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO
He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.


TERUEL
Líster, la vida, la cantera, el frío:
tú, la vida, tus fuerzas como llamas,
Teruel como un cadáver sobre un río.

La efusión de las piedras y las ramas,
la vida derramando un vino rudo
cerca de aquel cadáver con escamas.

Aquel cadáver defendió su escudo,
su muladar, su herrumbre, su leyenda:
pero la vida prevalece y pudo.

Por mucho que un cadáver se defienda,
la muerte está sitiada, acorralada,
cercada por la vida más tremenda.

Ni con la condición de la nevada
el círculo de hogueras se deshace,
se rompe el cerco de la llamarada.

No hay quien lo enfríe, quien lo despedace.
Retrocede la helada en las orejas
de este fuego vital que sopla y hace.

Contra la muerte, contra sus ovejas,
quemando de bravura el armamento,
disparas las pasiones y las cejas.

Líster, la vida, piedra del portento,
necesita una forma victoriosa,
y habrás de trabajarla con tu aliento.

Cantero de la piedra en cada cosa,
exiges la materia de tu hispano
granito, que es la piedra más hermosa.

En el granito se probó tu mano,
como en la harina, el yeso y la madera
se prueba tanto puño de artesano.

Eso es hacer la mano duradera,
y eso es vivir a prueba de peñones,
y eso es ahondar la sangre y la cantera.

Sobre el cadáver de Teruel te impones,
y el alma en los disparos se te escapa
frente a la nieve y a sus municiones.

Impulsos con el aire de tu capa
das a tu potro, puesto en cada instante
a recobrar las pérdidas del mapa.

Yo me encontré con este comandante,
bajo la luz de los dinamiteros,
en el camino de Teruel, delante.

Han cogido a la muerte los canteros
la primera ciudad, y en esta historia
se han derramado varios compañeros.

En su sangre se envuelva la victoria.

Poematica del tiempo