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sábado, 19 de octubre de 2013

HIMNO A LOS VOLUNTARIOS DE LA REPUBLICA

Voluntario de España, miliciano
de huesos fidedignos, cuando marcha a morir tu corazón,
cuando marcha a matar con su agonía
mundial, no sé verdaderamente
qué hacer, dónde ponerme; corro, escribo, aplaudo,
lloro, atisbo, destrozo, apagan, digo
a mi pecho que acabe, al que bien, que venga,
y quiero desgraciarme;
descúbrome la frente impersonal hasta tocar
el vaso de la sangre, me detengo,
detienen mi tamaño esas famosas caídas de arquitecto
con las que se honra el animal que me honra;
refluyen mis instintos a sus sogas,
humea ante mi tumba la alegría
y, otra vez, sin saber qué hacer, sin nada, déjame,
desde mi piedra en blanco, déjame,
solo,
cuadrumano, más acá, mucho más lejos,
al no caber entre mis manos tu largo rato extático,
quiebro con tu rapidez de doble filo
mi pequeñez en traje de grandeza!

Un día diurno, claro, atento, fértil
¡oh bienio, el de los lóbregos semestres suplicantes,
por el que iba la pólvora mordiéndose los codos!
¡oh dura pena y más duros pedernales!
!oh frenos los tascados por el pueblo!
Un día prendió el pueblo su fósforo cautivo, oró de cólera
y soberanamente pleno, circular,
cerró su natalicio con manos electivas;
arrastraban candado ya los déspotas
y en el candado, sus bacterias muertas...

¿Batallas? ¡No! Pasiones. Y pasiones precedidas
de dolores con rejas de esperanzas,
de dolores de pueblos con esperanzas de hombres!
¡Muerte y pasión de paz, las populares!

¡Muerte y pasión guerreras entre olivos, entendámonos!
Tal en tu aliento cambian de agujas atmosféricas los vientos
y de llave las tumbas en tu pecho,
tu frontal elevándose a primera potencia de martirio.

El mundo exclama: "¡Cosas de españoles!" Y es verdad.
Consideremos,
durante una balanza, a quemarropa,
a Calderón, dormido sobre la cola de un anfibio muerto
o a Cervantes, diciendo: "Mi reino es de este mundo, pero
también del otro": ¡punta y filo en dos papeles!
Contemplemos a Goya, de hinojos y rezando ante un espejo,
a Coll, el paladín en cuyo asalto cartesiano
tuvo un sudor de nube el paso llano
o a Quevedo, ese abuelo instantáneo de los dinamiteros
o a Cajal, devorado por su pequeño infinito, o todavía
a Teresa, mujer que muere porque no muere
o a Lina Odena, en pugna en más de un punto con Teresa...
(Todo acto o voz genial viene del pueblo
y va hacia él, de frente o transmitidos
por incesantes briznas, por el humo rosado
de amargas contraseñas sin fortuna)
Así tu criatura, miliciano, así tu exangüe criatura,
agitada por una piedra inmóvil,
se sacrifica, apártase,
decae para arriba y por su llama incombustible sube,
sube hasta los débiles,
distribuyendo españas a los toros,
toros a las palomas...

Proletario que mueres de universo, ¡en qué frenética armonía
acabará tu grandeza, tu miseria, tu vorágine impelente,
tu violencia metódica, tu caos teórico y práctico, tu gana
dantesca, españolísima, de amar, aunque sea a traición,
a tu enemigo!

¡Liberador ceñido de grilletes,
sin cuyo esfuerzo hasta hoy continuaría sin asas la extensión,
vagarían acéfalos los clavos,
antiguo, lento, colorado, el día,
nuestros amados cascos, insepultos!
¡Campesino caído con tu verde follaje por el hombre,
con la inflexión social de tu meñique,
con tu buey que se queda, con tu física,
también con tu palabra atada a un palo
y tu cielo arrendado
y con la arcilla inserta en tu cansancio
y la que estaba en tu uña, caminando!
¡Constructores
agrícolas, civiles y guerreros,
de la activa, hormigueante eternidad: estaba escrito
que vosotros haríais la luz, entornando
con la muerte vuestros ojos;
que, a la caída cruel de vuestras bocas,
vendrá en siete bandejas la abundancia, todo
en el mundo será de oro súbito
y el oro,
fabulosos mendigos de vuestra propia secreción de sangre,
y el oro mismo será entonces de oro!

¡Se amarán todos los hombres
y comerán tomados de las puntas de vuestros pañuelos tristes
y beberán en nombre
de vuestras gargantas infaustas!
Descansarán andando al pie de esta carrera,
sollozarán pensando en vuestras órbitas, venturosos
serán y al son
de vuestro atroz retorno, florecido, innato,
ajustarán mañana sus quehaceres, sus figuras soñadas y cantadas!

¡Unos mismos zapatos irán bien al que asciende
sin vías a su cuerpo
y al que baja hasta la forma de su alma!
¡Entrelazándose hablarán los mudos, los tullidos andarán!
¡Verán, ya de regreso, los ciegos
y palpitando escucharán los sordos!
¡Sabrán los ignorantes, ignorarán los sabios!
¡Serán dados los besos que no pudisteis dar!
¡Sólo la muerte morirá! ¡La hormiga
traerá pedacitos de pan al elefante encadenado
a su brutal delicadeza; volverán
los niños abortados a nacer perfectos, espaciales
y trabajarán todos los hombres,
engendrarán todos los hombres,
comprenderán todos los hombres!

¡Obrero, salvador, redentor nuestro,
perdónanos, hermano, nuestras deudas!
Como dice un tambor al redoblar, en sus adagios:
qué jamás tan efímero, tu espalda!
qué siempre tan cambiante, tu perfil!

¡Voluntario italiano, entre cuyos animales de batalla
un león abisinio va cojeando!
¡Voluntario soviético, marchando a la cabeza de tu pecho universal!
¡Voluntarios del sur, del norte, del oriente
y tú, el occidental, cerrando el canto fúnebre del alba!
¡Soldado conocido, cuyo nombre
desfila en el sonido de un abrazo!
¡Combatiente que la tierra criara, armándote
de polvo,
calzándote de imanes positivos,
vigentes tus creencias personales,
distinto de carácter, íntima tu férula,
el cutis inmediato,
andándote tu idioma por los hombros
y el alma coronada de guijarros!
¡Voluntario fajado de tu zona fría,
templada o tórrida,
héroes a la redonda,
víctima en columna de vencedores:
en España, en Madrid, están llamando
a matar, voluntarios de la vida!

¡Porque en España matan, otros matan
al niño, a su juguete que se para,
a la madre Rosenda esplendorosa,
al viejo Adán que hablaba en alta voz con su caballo
y al perro que dormía en la escalera.
Matan al libro, tiran a sus verbos auxiliares,
a su indefensa página primera!
Matan el caso exacto de la estatua,
al sabio, a su bastón, a su colega,
al barbero de al lado -me cortó posiblemente,
pero buen hombre y, luego, infortunado;
al mendigo que ayer cantaba enfrente,
a la enfermera que hoy pasó llorando,
al sacerdote a cuestas con la altura tenaz de sus rodillas...

¡Voluntarios,
por la vida, por los buenos, matad
a la muerte, matad a los malos!
¡Hacedlo por la libertad de todos,
del explotado, del explotador,
por la paz indolora -la sospecho
cuando duermo al pie de mi frente
y más cuando circulo dando voces-
y hacedlo, voy diciendo,
por el analfabeto a quien escribo,
por el genio descalzo y su cordero,
por los camaradas caídos,
sus cenizas abrazadas al cadáver de un camino!

Para que vosotros,
voluntarios de España y del mundo, vinierais,
soñé que era yo bueno, y era para ver
vuestra sangre, voluntarios...
De esto hace mucho pecho, muchas ansias,
muchos camellos en edad de orar.
Marcha hoy de vuestra parte el bien ardiendo,
os siguen con cariño los reptiles de pestaña inmanente
y, a dos pasos, a uno,
la dirección del agua que corre a ver su límite antes que arda.
ESPAÑA, APARTA DE MI ESTE CALIZ

Niños del mundo,
si cae España -digo, es un decir-
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra maestra con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae -digo, es un decir- si cae
España, de la tierra para abajo,
niños, ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que esta
con su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera hablando y habla y habla,
la calavera, aquélla de la trenza,
la calavera, aquélla de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menor de las pirámides, y aún
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae -digo, es un decir-
salid, niños del mundo; id a buscarla!...
¡CUÍDATE, ESPAÑA...!

¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!…
LA RUEDA DEL HAMBRIENTO

POR entre mis propios dientes salgo humeando,
dando voces, pujando,
bajándome los pantalones...
Váca mi estómago, váca mi yeyuno,
la miseria me saca por entre mis propios dientes,
cogido con un palito por el puño de la camisa.

Una piedra en que sentarme
¿no habrá ahora para mí?
Aún aquella piedra en que tropieza la mujer que ha dado a luz,
la madre del cordero, la causa, la raíz,
¿ésa no habrá ahora para mí?
¡Siquiera aquella otra,
que ha pasado agachándose por mi alma!
Siquiera
la calcárida o la mala (humilde océano)
o la que ya no sirve ni para ser tirada contra el hombre
ésa dádmela ahora para mí!

Siquiera la que hallaren atravesada y sola en un insulto,
ésa dádmela ahora para mí!
Siquiera la torcida y coronada, en que resuena
solamente una vez el andar de las rectas conciencias,
o, al menos, esa otra, que arrojada en digna curva,
va a caer por sí misma,
en profesión de entraña verdadera,
¡ésa dádmela ahora para mí!

Un pedazo de pan, tampoco habrá para mí?
Ya no más he de ser lo que siempre he de ser,
pero dadme
una piedra en que sentarme,
pero dadme,
por favor, un pedazo de pan en que sentarme,
pero dadme
en español
algo, en fin, de beber, de comer, de vivir, de reposarse
y después me iré...
Halló una extraña forma, está muy rota
y sucia mi camisa
y ya no tengo nada, esto es horrendo.
EPISTOLA A LOS TRANSEUNTES

REANUDO mi día de conejo
mi noche de elefante en descanso.

Y, entre mi, digo:
ésta es mi inmensidad en bruto, a cántaros
éste es mi grato peso,
que me buscará abajo para pájaro
éste es mi brazo
que por su cuenta rehusó ser ala,
éstas son mis sagradas escrituras,
éstos mis alarmados campeñones.

Lúgubre isla me alumbrará continental,
mientras el capitolio se apoye en mi íntimo derrumbe
y la asamblea en lanzas clausure mi desfile.

Pero cuando yo muera
de vida y no de tiempo,
cuando lleguen a dos mis dos maletas,
éste ha de ser mi estómago en que cupo mi lámpara en pedazos,
ésta aquella cabeza que expió los tormentos del círculo en mis pasos,
éstos esos gusanos que el corazón contó por unidades,
éste ha de ser mi cuerpo solidario
por el que vela el alma individual; éste ha de ser
mi ombligo en que maté mis piojos natos,
ésta mi cosa cosa, mi cosa tremebunda.

En tanto, convulsiva, ásperamente
convalece mi freno,
sufriendo como sufro del lenguaje directo del león;
y, puesto que he existido entre dos potestades de ladrillo,
convalezco yo mismo, sonriendo de mis labios.

Cesar Vallejo

PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
LOS PASOS LEJANOS

Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.

Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.

Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.
Y mi madre pasea allá en los huertos,
saboreando un sabor ya sin sabor.
Está ahora tan suave,
tan ala, tan salida, tan amor.

Hay soledad en el hogar sin bulla,
sin noticias, sin verde, sin niñez.
Y si hay algo quebrado en esta tarde,
y que baja y que cruje,
son dos viejos caminos blancos, curvos.
Por ellos va mi corazón a pie.
LOS MINEROS SALIERON DE LA MINA

Los mineros salieron de la mina 
remontando sus ruinas venideras, 
fajaron su salud con estampidos 
y, elaborando su función mental 
cerraron con sus voces 
el socavón, en forma de síntoma profundo.

¡Era de ver sus polvos corrosivos! 
¡Era de oír sus óxidos de altura! 
Cuñas de boca, yunques de boca, aparatos de boca (¡Es formidable!)

El orden de sus túmulos, 
sus inducciones plásticas, sus respuestas corales,
agolpáronse al pie de ígneos percances 
y airente amarillura conocieron los trístidos y tristes, 
imbuidos 
del metal que se acaba, del metaloide pálido y pequeño.

Craneados de labor, 
y calzados de cuero de vizcacha, 
calzados de senderos infinitos, 
y los ojos de físico llorar, 
creadores de la profundidad, 
saben, a cielo intermitente de escalera, 
bajar mirando para arriba, 
saben subir mirando para abajo.

¡Loor al antiguo juego de su naturaleza, 
a sus insomnes órganos, a su saliva rústica! 
¡Temple, filo y punta, a sus pestañas! 
¡Crezcan la yerba, el liquen y la rana en sus adverbios! 
¡Felpa de hierro a sus nupciales sábanas! 
¡Mujeres hasta abajo, sus mujeres! 
¡Mucha felicidad para los suyos! 
¡Son algo portentoso, los mineros
remontando sus ruinas venideras, 
elaborando su función mental 
y abriendo con sus voces 
el socavón, en forma de síntoma profundo! 
¡Loor a su naturaleza amarillenta, 
a su linterna mágica, 
a sus cubos y rombos, a sus percances plásticos, 
a sus ojazos de seis nervios ópticos 
y a sus hijos que juegan en la iglesia 
y a sus tácitos padres infantiles! 
¡Salud, oh creadores de la profundidad...! (Es formidable.) 


Cesar Vallejo

Cesar Vallejo

MAYO

Vierte el humo doméstico en la aurora 
su sabor a rastrojo; 
y canta, haciendo leña, la pastora 
un salvaje aleluya!
Sepia y rojo.

Humo de la cocina, aperitivo 
de gesta en este bravo amanecer. 
El último lucero fugitivo 
lo bebe, y, ebrio ya de su dulzor, 
¡oh celeste zagal trasnochador! 
se duerme entre un jirón de rosicler.


Hay ciertas ganas lindas de almorzar, 
y beber del arroyo, y chivatear! 
Aletear con el humo allá, en la altura; 
o entregarse a los vientos otoñales 
en pos de alguna Ruth sagrada, pura, 
que nos brinde una espiga de ternura 
bajo la hebraica unción de los trigales!

Hoz al hombro calmoso, 
acre el gesto brioso, 
va un joven labrador a Irichugo.
Y en cada brazo que parece yugo 
se encrespa el férreo jugo palpitante 
que en creador esfuerzo cuotidiano 
chispea, como trágico diamante, 
a través de los poros de la mano 
que no ha bizantinado aún el guante. 
Bajo un arco que forma verde aliso, 
¡oh cruzada fecunda del andrajo! 

La zagala que llora 
su yaraví a la aurora,
recoge ¡oh Venus pobre! 
frescos leños fragantes 
en sus desnudos brazos arrogantes
esculpidos en cobre. 
En tanto que un becerro, 
perseguido del perro, 
por la cuesta bravía
corre, ofrendando al floreciente día 
un himno de Virgilio en su cencerro!

Delante de la choza 
el indio abuelo fuma; 
y el serrano crepúsculo de rosa, 
el ara primitiva se sahúma 
en el gas del tabaco. 
Tal surge de la entraña fabulosa 
de epopéyico huaco, 
mítico aroma de broncíneos lotos, 
el hilo azul de los alientos rotos!

Cesar Vallejo

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, 

como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; 
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, 
como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! 

Julio Cortazar

Julio Cortazar

UNA CARTA DE AMOR

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.
ESTA TERNURA
Esta ternura y estas manos libres,
¿a quién darlas bajo el viento ? Tanto arroz
para la zorra, y en medio del llamado
la ansiedad de esa puerta abierta para nadie. 
Hicimos pan tan blanco
para bocas ya muertas que aceptaban 
solamente una luna de colmillo, el té
frío de la vela la alba.
Tocamos instrumentos para la ciega cólera
de sombras y sombreros olvidados. Nos quedamos
con los presentes ordenados en una mesa inútil,
y fue preciso beber la sidra caliente
en la vergüenza de la medianoche.
Entonces, ¿nadie quiere esto,
nadie?

Julio Cortazar

Julio Cortazar

LOS AMIGOS
En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan 
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino, 
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan 
que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.

martes, 15 de octubre de 2013

Enrique Jimenez Moya,Crepusculario de la Patria




                                                     Comandante,  Enrique Jimenez Moya



Donde están tus cauces
mañanera
desde tu pecho
en horizontes
acopio la Republica
el coraje  al viento
embarcado desde
Cuba
en muchedumbre
de semillas libertarias

sembradas
en torturadas lágrimas
Ahí, en Constanza
Maimón
y
 Estero Hondo
Comunidades campesinas
al norte
del  duelo y dolor

Comandante
Enríque Jiménez Moya

Conductor  de
Madrugadas y
esperanzas
libertarias
jóvenes
y
muchachos
con mochilas
cargadas de ideas
y
fusiles,
es el Crisol.
La
Raza inmortal,
llegaron
el 14 de junio de 1959
a combatir la pus
en el vientre de la Patria
Dominicana.
Esa semilla
germino
y
reventó
el ocaso
sangriento de
Rafael Leonidas Trujillo
Molina.
Dictador de
primaveras
 Cordilleras
Valles
y
sombrillas
citadinas.
Ustedes
comandante,
los primeros en morir
combatiendo
frente al encendido plomo,
ladridos  cobardes
del sátrapa

Ustedes
volcaron
la ira
el honor patrio
contra la tiranía
corrupta
cripta carcelaria
de libertades.

Comandante
Enrique Jiménez Moya
ejemplo de tormentas
Piloto del tiempo
con tus compañeros de aquí
y
otras banderas
lavaron el perfil
de hojarascas, y

la sombra del ciclope,
araron en montañas y
Bahía.
Sembraron en el miedo
del campo
la semilla de una alborada
La libertad floreció en
la Republica Dominicana
en el eternizado amor de
estos uniformados
patriotas
y
 horizontes,
escudos de banderas
en Constanza
Maimón
y
Estero Hondo
silueta
de la raza inmortal

Comandante
Enrique Jiménez Moya
esas imágenes
impecables,
regresaron desde
su pecho,
 colores
de banderas

latinoamericanas
piloteando
golondrinas marinas
entre montañas

Pero la dictadura
no pudo
vencer la hermosa utopia
ni asesinar el vuelo
de su propia putrefacta
muerte.



Ese 14 de junio de 1959
se levanto el mañana
para cristalizar la Patria
en la silueta del comandante

Enrique Jiménez Moya
y sus muchachos
atrincherados

con sus huellas
latidos y fusiles
en la cintura
del Mar


Pero desde esas  sangres
vertidas en  orificios de
aquella primavera
alzaron vuelos
tres mariposas
y
luceros de praderas
Hoy
La Republica Dominicana
recuerda la lucha y sacrificio
del dirigente expedicionario
Comandante
Enrique Jiménez Moya
y
 demás mártires
caídos en los pétalos
de Constanza
Maimón
y

Estero Hondo
donde el tirano  (Chapita)
dejo sentir la herida profunda
de su camposanto
¡¡ Viva la raza inmortal
del 14 de Junio 1959


Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano
De Periodistas  (CDP) C3-155
12 de primavera, 2011

Como homenaje al conmemorarse
el 50 aniversario
 del resplandor de la Raza Inmortal
Expedicionarios del 14 de Junio del 1959
Constanza, Maimón y Estero Hondo
¡¡VIVA LA PATRIA CARIBEÑA!!

Nota:
Este canto poético, tiene
Todos los derechos protegidos por
la oficina de derecho de autor
según leyes de Republica Dominicana

martes, 8 de octubre de 2013

La Puerta, de Ernesto Cobo García


La literatura de terror nunca fue el género preferido de los escritores españoles, algo que, por suerte para os amantes de la literatura de terror (en sus distintas vertientes: terror-ciencia-ficción, terror-thriller, terror-sobrenatural, etc.) ha ido cambiando progresivamente con nuevas generaciones de escritores hispano-parlantes que aderezaron el clásico género de H. P. Lovecraft o Stephen King con imágenes e idiosincrasias propias. La conclusión es un sincretismo literario que eleva a una nueva categoría la literatura creada en el mundo latino.

De este crecimiento y esfuerzo por conseguir difusión y masividad, nace el Nocte, una suerte de Asociación Española de Escritores de Terror, conformada por grandes talentos como Víctor Conde, Emilio Bueso y, por fuera y de modo más reciente, escritores como Javier Haro Herraiz.

En este grupo es imprescindible sumar un nuevo escritor perteneciente a la misma «generación del terror», cuya novela, La puerta, valga la redundancia, ha entrado por La puerta grande de la literatura de terror rompiendo todos los esquemas esperables del género. Su nombre es Ernesto Cobo García y, pese a ser su primera novela, habrá que tomarlo en serio.

Ante todo, La puerta, es una novela contundente, edificada a través de la voz de la periodista Joanna Leire —muy creíble—, una suerte de «narradora presencial» que guía al lector y lo sumerge en una historia sólida, bien estructurada, cuyo final está a la altura de la intriga que generan sus 432 páginas.

Es un acierto del escritor dotar a la historia de una suerte de subtrama, en clave thriller, que eleva el clima de terror psicológico con acertados cliffhangers, que hacen imposible dejarla de leer.

En el comienzo, la aparición de los cuerpos sin vida de una misma familia crea en los habitantes de una pequeña ciudad una reacción inusual, hipnótica y de la que nadie guardará recuerdo alguno. En este sentido será, justamente, la periodista Joanna Leire la encargada de cubrir la noticia y, tras revivir gracias a una grabación de vídeo los sucesos acaecidos aquella noche, iniciará una investigación que la conducirá a un misterio cuyo desenlace se antojará cada vez más oscuro.

Tan sólo una persona, Marcos, es consciente de los sucesos acaecidos y, presa de terribles pesadillas, sufrirá una siniestra transformación que lo llevará a convertirse en la pieza clave de un macabro plan. Un plan que atrapará a todos los personajes, uniéndolos a través de un hilo invisible y cuyas terroríficas secuelas serán irreversibles.

Para los amantes de la —buena— literatura de terror, La puerta, de Ernesto Cobo García, se antoja como imprescindible, un hallazgo a la altura de los grandes clásicos del género.


Fuente: http://www.falsaria.com/blog/la-puerta-de-ernesto-coto-garcia/


sábado, 5 de octubre de 2013

Elegía al Che



Comandante,
en  la geografía
del amor,
limpia
el parto
del tiempo


Con tu ejemplo
Ernesto
se doblegaron
tricocefalos en jumiadoras
a cañonazo de campana.

Y
   lenguas
polvorientas
de cantores
empuñaron
vegetaciones
latino americanas
lamiendo corolas
subterráneas

Tu
fusil
sigue
disparando
canciones
poemas
en verdecida cimas
 ideas
verticales
de paz

Eres
oración
 citadina
madreselva
matinal
tormenta
y
perennidad
donde
regresa
continuamente
con tus botas
continentales. 

La muerte en ti
resucito la vida
entre polvorientos
versos acribillados
de silencios

En  hombre como
tu
nunca se pudren
las ideas
y
cada día
se levantan
mas temprano
mariposas
en la piel
del momento...

Che
La tiniebla
no ha podido
amanecer en
en la boina
de tu fuego

Ellos
jamas
podrán
poblar
tus huellas
con hojarascas
corruptas

Comandante,
tu
Boina
cubre banderas latinoamericanas,
y
en su tope vuela
el Cóndor, empujando el Águila
hasta su podredumbre fiscal

¡¡Que grande
eres
Che!!
tu continua
levantando
la moral
de la historia
y
comandante,
te pregunto

¿ donde esta el ataúd
de la  ira
y
el sicario,
de  botas
asesinas,
que perecieron en su intento
  de cortar
la encina enamorada?

Ernesto Che Guevara
columna de siglos
con tu ejemplo
nacieron
acuarelas
y sinfonías
ultramarinas


Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas
          CDP. Cod 3-155
02 de Octubre, 2013


Nota:
Esta elegía,es un acto de reverencia al Che Guevera
 gigante entre los enanos del Ocaso...

                 ESTE TRABAJO ES
PATRIMONIO DE  LA HUMANIDAD


















Che.Tu corazón late en la cintura americana (Monologo)



La humanidad conmemora, el asesinado

rostro de estas 44 raíces

surgidas en el ruido y quietud

del asfalto que cubre la montaña

de tu dignidad.


Comandante, Ernesto Che Guevara


Eres,  centro de  luces y pie de sauce
ahí transitan muros,  alambradas y  estrellas,

Trillo noble del cántico. Tu, epicentro de arboleda


 Pedazo de humanidad

donde el gusano no pudre campanas

 huracanadas de libertad

Ni tus sueños hieden a tumbas

ni tus huellas en  alturas de praderas


Comandante, Ernesto Che Guevara


En estas 44 primaveras

en las sonrisas de tus heridas

en la moral de tu fusil

levantamos  monumentos


Donde tus ideas florecen, en

peseberes campestres y en


 pestañas ultra marina, rocas

 de tu pecho universal.


En tus ojos profundo, como el silencio

amanecen mariposas sedientas de sudor,

tu verde guerrilla emancipa el viento,

 preñado de  alegrías


Dime  tú, triunfador entre dragones,

porque en el corazón  de las banderas

el horizonte resbala en los labios del sol

como para nacer en las huellas de tu memoria


Comandante, Ernesto Che Guevara



En el bosque de tu alma, habita

un nuevo siglo, donde la corrupción y el crimen

contra la hierba y el mar, dejen de latir en cadaveres

uniformados de zopilotes .


Calendarios del Otoño


Hoy


En este nuevo aniversario del dolor

caminamos entre lodos y cadáveres agonizantes de paz

seguimos tus huellas ejemplos de amor por la dignidad

sembrada en  montañas. Crisol de la humanidad



                   Che. Comandante

Autor:

Lic. Ramón Danilo Correa

Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas

(CDP) C3-155

Miercoles 08 de septiembre, 2011


Nota:
Este canto poético esta protegido por el derecho de autor
según las leyes de la República Dominicana

Nota:

Al conmemorarse el 9 de Octubre, el 44 aniversario del asesinato
del legendario comandante, Ernesto  Che Guevara. Fue apresado el 9 de Octubre del 19667 y luego fusilado, en un poblado campesino, de Bolivia, la higuera, luego trasladado a la comunidad de Villa grande, donde su cuerpo inerte fue exhibido. GLORIA ETERNA AL CHE

































Oda, a una Patria secuestrada por la corrupcion


República Dominicana

Tu sigues doblegada

al hambre y

Mentiras de payasos

políticos

Tus labios

rígidos cual si fuera

el vientre vacío

de tus playas

Elevar una plegaria

al cielo, y la tierra,para

castigar a los asesinos

de la voz y el pincel

En estos días

de perenne promesas

políticas,

diputados, senadores

y jueces

mercaderes del santuario,

Juegan la trenza de

tu espalda

tejida con  vertidas

sangres de patriotas

y mártires,en el

"Altar de la Patria"

Oremos

Para que el pueblo

enmudezca

el discurso de

traficantes del

odio y el peculado

Patria

Arrodilladas

en  tiniebla

de un presidente

y otros mandatarios,

gobernadores, alcaldes,

coroneles

generales del dolor

y regidores, saqueadores

de alegrías infantiles

Levanta tus canas

caídas en los pies

de moribundas

palmeras

Arrendatarios

      y

traficantes

de hambres,

ríos,fangos

de

promesas

canciones

miserias

honestidad,

minas de oros

y piedras

preciosas,

todos ellos,

minusválidos

albañiles

de la muerte

enamorada de la vida.

Pero yo te amo,

estos

caminos

polvorientos

habitados de

promesas

politiqueras

empuñaran

las lluvias

derramadas

en mafiosos

resultados

(eleccionarios)

en el alma

de la Patria

Oremos por los

sembradores

de miserias

en el Congreso

¡Ho!, Patria

estos ladrones

de amapolas

han rasgado

el perfil de

tu filosofía

Con los clavos

que crucificaron a

Jesucristo

clavaremos las garras

y el cerebro fetido

de estos especuladores

de la vida republicana

No importa

tu surgirá

desde el fondo

del microbio

y

con la bandera tricolor

en  brazos

de los humildes

donde  la palabra mío

no sea el rostro de

la corrupción.

    Y

Tu

lánguideses

en esta histórica tumba,

atracada su

gloriosa moral

de paz, bajo el fecal paragua

democratico,botin de

corsarios

!!Ho!!

Patria,

encarceladas

en tus minas

de oro y cementerios

y pobreza

en el mismo

discurso

político

tenebroso

enraizado

y misero

en cristiandad.

Oremos para que

Dios y el pueblo,

salven el

Alma de  los

corruptos

que habitan en el

Palacio presidencial

Estos

Honorables

Compran y venden

Párrafos

La justicia, solo se le aplica

al que tiene hambre

al que tiene sueño

al que se pudre

arropado en

colores de la banderas

al que ha sembrado

Algas marinas

en la frente del sudor

 ...Viva la República Dominicana!!!





Autor:

Lic. Ramón Danilo Correa

Miembro del Colegio Dominicano

De Periodistas (CDP) C3-155

07 de Otoño, 2011

Como un acto de solidaridad

con mi Patria,

en momento difícil ,

donde la corrupción es

parte del concierto universal

Nota:

Este poema, esta protegido por la

oficina de derecho de autor

según leyes de

República Dominicana

Che Guevara, un guerrillero sin odio en la sangre




En el tropel de sirena
se encasquillan las ideas
y corren  voces, refugios de su miel negada
por idolatras paganos, así en el tiempo un sendero
Guerrillero se refugia en el pecho
Americano, donde

los modernos indignados, que exigen pan en la falda ibérica
y el refajo de la verde estatua de la libertad
oriundos de encinas,  antorcha
encendida. Crepúsculo del Che.

Es la imagen del Che Guevara
Por donde el comandante Fidel Castro,
el sacerdote, Camilo Torres,

el doctor Manuel Aurelio Tavares Justo (Manolo)f
el coronel Francisco Alberto Caamaño,

y otras luces de tambores americanos,
madrugaron el verso en  flores del pantanos

El Che, renace y crece sobre el cadáver
de la muerte
pisando con su sueño  el cíclope
de la maldad y la corrupción de metal

Ernesto Che Guevara
danza entre versos cantarines
en las venas de Manuel del Cabral ,en su poética, compadre Mon,

Isla Negra,de Pablo Neruda,donde su Canto general, folclorisa el fuego torrenciales epopeyas de fuego y vegetal

Como si plasmara en los labios del Che, la fotografía
tradicional del amor por la humanidad bajo la piel de su crisol guerrillero

En la moral y coraje  de Salvador Allende
y en las lagrimas de su fusil

Como en la voz de José Francisco Peña Gómez
de regreso la esperanza en banderas acribilladas
se levantaran  en el pan de cada día.

El Che
dignifica la manera de morir
en  néctar de campesinos
donde su vida florece en paraguas
Sin lluvias de dolor

Eres el comandante
Libertario por donde  montañas y ciudades
Latinoamericanas evocaron su canción de paz
Ahí no quedo el dolor que expandió el polen de tu  flor
                Gloria eterna al Che




Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas
                       (CDP).C3-155


Como homenaje al 44 aniversario del cobarde asesinato de Ernesto Che Guevara y sus compañeros, en Valle Grande, comunidad campestre  de Bolivia…

                        Sábado 08 de Otoño, 2011

Poematica del tiempo