Lo que se mastica, es un poema humano
que evoca la desesperacion por vivir...
Opinion
Organizando Ideas
Olga Capellán.
La República Dominicana ha tenido que redoblar sus
esfuerzos ante el mundo para poder demostrar que todo lo que hace es bueno,
sobre todo cuando se trata de asuntos internos del país, entre ellos el plan de
regularización que ha implementado tras la sentencia 168-13 del Tribunal
Constitucional TC, que dejó apátridas a cientos de miles de nacionales
dominicanos de descendencia extranjera, mayormente haitianos, por ser el número
más elevado de ciudadanos que por circunstancias diversas se encuentran en el
territorio nacional.
Es de ahí la peregrinación que viene llevando a cabo
el canciller de la república y otros funcionarios diplomáticos, luego que las
autoridades dominicanas hayan rechazados como mediadoras a diversas
instituciones internacionales, por considerarlas no actas para ejercer una
mediación limpia, independiente y de buena fe, que fuese capaz de no erosionar
los símbolos patrios y la soberanía nacional.
Estos funcionarios están haciendo su trabajo, y lo
están haciendo muy bien, pues para eso le pagan buen dinero, como me fuera
manifestado por un funcionario consular recientemente, quién aunque dijo no
estar de acuerdo con el abuzo migratorio de su país, pero el gobierno a él le
paga para que lo defienda y así lo hace; y amén.
Lo malo de todo esto es que un arquitecto de profesión
sea quien tenga que llevar en sus hombros
esa misión, que de hecho no es fácil poder demostrar ante el mundo, que
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) La Organización de Estados
Americanos (OEA) que la Comunidad Caribeña (CARICOM) que el Papa y cuantas
instituciones internacionales o personalidades no se encuentren en capacidad
para ayudar a resolver un problema de uno de los países signatarios de dichas
instituciones, entonces ¿para qué sirve ser miembro de las mismas? Aunque
repito (está realizando muy buena labor)
El honorable canciller de la república, Andrés
Navarro, se ha convertido en una especie de “Predicador Estatal” como todos
religiosos de la iglesia evangélica, un testigo de Jehová distribuidor de “La
Atalaya”, u otras sectas, quienes se presentan a nivel del mundo, en su afán de
convencer a los feligreses de lo bueno que es el Cristo Salvador, plan aquel y además,
que las instituciones ante señaladas actúan de mala fe, en violación a la
soberanía dominicana o a los Sacros Sacramentos.
Ese plan que fue impuesto al Estado Dominicano por el
Dr. Roberto Rosario, presidente de la Junta Central Electoral (JCE) atizado por
la renombrada dinastía Familia Castillo, y legalizada por Milton Ray Guevara,
presidente del Tribunal Constitucional (TC) quien actuó como declarante acompañado
de los testigos de su entorno constituyente a fin de evitar la haitianización y
para mantener esa raza pura, como hicieron en los años 30 los nazionalistas en
la Alemania Federada , aunque en su
mayoría los actuantes son descendientes de haitianos y cocolos como buenos
patriotas dominicanos.
La autora es periodista
quiero ser parte de esos poetas
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