Esta tarde
copiosa de ti,
he visto la piel
del alma,
Entonces
en el océano
de tus besos, nadan
aromas y huellas
inclinados entre labios
subterráneos de pasiones
En estos lluviosos versos
se rejuvenece la tarde
abrasada de calor
Te vi caminar
sobre los acantilados
de
mis pensamientos.
Como siempre,
Como siempre,
girando en los
latidos del alma
donde posan
girasoles
Tu,
Amor, amaneciendo
en la madrugada
de la tarde
Linda, acaricia
esta voz de miel
y versos trilladores
de banderas,
donde respiran
alboradas
Salpicada de sol,
en lluviosos
silencios de pasiones
Aquí te espero
sentado en la cintura
del deseo…
Autor:
Lic. Ramón Danilo Correa
14 de Febrero, 2013
Nota:
Todos los derechos
reservados
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