La carretera esta muerta. Nadie ni nada la resucitara.Larga infinitamente larga,ni en la piel gris se le ve
vida.El sol la mato, el sol de acero, de tan candente al rojo,un rojo que se hizo blanco,y sigue ahí, sobre
el lomo de la carretera.
Debe de hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y pilas. Cantaban y picaban, algunos había, sin embargo, que ni cantaban ni picaban.Fue muy largo todo aquello.Se veía
que venían de lejos: sudaban, hedían. De tarde el acero blanco se volvía rojo, entonces en los ojos de los
hombres que desenterraban la carretera se agitaba una hoguera pequeñita, detrás de las pupilas.
La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvos sobre ella.. Después aquel polvo murió
también y se poso en la piel gris...
FRAGMENTO
Autor:
Profesor, Juan Bosch
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