Continuo
labrando
la piel
incandescente
del tiempo
Continuo
abrasando el cuerpo
frágil de tu primavera
Continuo
lavando el pañuelo
sembrado entre tus labios
y el Sol
Continuo
floreciendo tus manos
enraizadas sin pétalos
de hierros
Continuo
labrando la voz
disecada en
los oídos
del olvido
inesperado entre las piernas
de la pared
Continuo
besando los labios
de tus versos
y el aroma
campestre
de tu ciudad
romántica
y abatida
entre
mis brazos
de alfarero
Continuo
mujer
esperando
la madrugada y el sabor
del silencio de tus sueños
rezando el rosario
de tu sed
en la falda de tu
acantilada boca
Autor:
Ramón Danilo Correa
21 de invierno, 2015
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