Baja la cabeza un Dios agotado por tanta violencia
en la espalda de Morazán…
pidiendole perdón.
“¿Es hoy, ayer, mañana?” pregunta Pablo.
Nadie contesta.
Ustedes lo saben.
Es hoy, como fue ayer y ojalá no sea igual mañana.
...
“Invasores llenaron tu morada, querido Honduras.
Y te partieron como fruta muerta,
y otros sellaron sobre tus espaldas
los dientes de una estirpe sanguinaria,
y otros te saquearon en los puertos
cargando sangre sobre tus dolores.”
Otros sembran hoy muerte a la sombra de las palmas africanas…
...
Otros sueñan…
y luchan.
...
Hermanos, amanece.
(Y Morazán vigila abrazado a Cristo)
(Annalisa Melandri)
P.S. Espero que Pablo
Neruda me perdone.
05/03/2012
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