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lunes, 8 de junio de 2015

Editar Tema: Epitafio a una moribunda primavera








La muerte se desangra
en tus ojos infantiles, candilejas del martirio
en el filo del crimen
donde espantada la sepultura
del plomo, con manifestaciones de repudio
en calles y sudores del hambre retumba el microbio
de la injusticia social  en el infantil rostro de un mundo
que vomita dolor en  humo misero de pan y riachuelo

Esa muerte se descarna en estómagos de cadáveres
envejecidos de esperanzas, donde murciélagos vuelan
y anidan su voz en acuarelas de vidas

Estos niños (as), secuestrados en el digital  camposanto democrático,                                      
    acariciados por moscas y corruptos gusanos
 levantaran remolinos de fuegos en la garganta del alba

No comprendemos, porque agonizan
 primaveras moribundas de libertades,
surgidas  de vientres subterráneos e históricos.

Raíces enmarcadas en multitudes sin fronteras,
golpeando con sus huellas
el oxido y veneno de la palabra mio
acuñadas en el alma democrática

 Estos pueblos fusilados en el abecedario del hambre,
proceden del manto enlutado y arrodillado
 en la sangre  herida sin pan, ni flor
por el plomo,  entre consignas proletarias del amor

Que tanto duelen estos crímenes sin amapolas ni guitarras infantiles,
 con  barrigas llenas de moscas y lagrimas, manantiales de banderas solidarias
estos carceleros de vida , se arrastran entre cadáveres o praderas acribilladas.
 Enmudecida lengua, transito a  fosas democráticas,
donde aromas infantiles se amamantan
de sudores  hambrientos que  pudren y purifican el olvido
desde donde renacerá la nueva vida,



Autor:
Ramón Danilo Correa
11 de verano,2011

Este canto, esta protegido por la oficina de derecho de autor,

de la Republica Dominicana

lunes, 25 de mayo de 2015

Vida y obra de Jose Marti





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(José Julián Martí Pérez; La Habana, 1853 - Dos Ríos, Cuba, 1895) Político y escritor cubano, destacado precursor del Modernismo literario hispanoamericano y uno de los principales líderes de la independencia de su país. Nacido en el seno de una familia española con pocos recursos económicos, a la edad de doce años José Martí empezó a estudiar en el colegio municipal que dirigía el poeta Rafael María de Mendive, quien se fijó en las cualidades intelectuales del muchacho y decidió dedicarse personalmente a su educación.

José Martí
El joven Martí pronto se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos, y tras el inicio de la Guerra de los Diez Años y el encarcelamiento de su mentor, inició su actividad revolucionaria: publicó la gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una revista, La Patria Libre, que contenía su poema dramático Abdala.
A los diecisiete años José Martí fue condenado a seis años de cárcel por su pertenencia a grupos independentistas; realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado de salud le valió el indulto. Deportado a España, en este país publicó su primera obra de importancia, el drama La adúltera. Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza.
Durante sus años en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca perdonó su política colonial. En su obra La República Española ante la Revolución Cubana reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los errores cometidos en Cuba. Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí acabó por instalarse en México.
Allí se casó con la cubana Carmen Sayes Bazán y, poco después, gracias a la paz de Zanjón, que daba por concluida la Guerra de los Diez Años (1868-1878), se trasladó a Cuba. Deportado de nuevo por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria.
Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia de su país.
Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, logró poner en marcha un proceso de independencia. Pese al embargo de sus barcos por parte de las autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente hacia Cuba. Fue abatido por las tropas realistas cuando contaba cuarenta y dos años. Martí es, junto a Simón Bolívar y José de San Martín, uno de los principales protagonistas del proceso de emancipación de Hispanoamérica.
La poesía de José Martí
Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al Modernismo, que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos. Como poeta se le conoce por Versos libres (1878-1882, publicados póstumamente);Ismaelillo (1882), obra que puede considerarse un adelanto de los presupuestos modernistas por el dominio de la forma sobre el contenido; y Versos sencillos(1891), un poemario decididamente modernista en el que predominan los apuntes autobiográficos y el carácter popular.

José Martí
Escritos en su mayor parte en 1882, los poemas de Versos libres no vieron la luz hasta su publicación póstuma en 1913, muchos años después de su muerte. El propio Martí calificó esos versos de "endecasílabos hirsutos, nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor de libertad, o de amor doloroso a la hermosura".
El tono fuerte y áspero de este volumen, por el que Martí proclamaba su propia preferencia, impresionó vivamente a Miguel de Unamuno, cuyos juicios serían el punto de partida de la valoración de la obra. Su fuerza vibratoria, tanto formal como en los contenidos, se hace evidente en composiciones como "Poética", "Mi poesía" o Cuentan que antaño", en las que se sirvió de un lenguaje vigoroso y oscuro, por momentos incluso pasional.
La poesía de José Martí se funda en una visión dualista de la humanidad: realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e inconsciencia, luz y oscuridad. Los poemas de Ismaelillo (1882), libro dedicado a su hijo, son un ejemplo de ello: la debilidad y la inocencia del niño son su fuerza.
En Versos sencillos (1891), José Martí expresa el sentimiento que le despierta la alegría de la naturaleza y el mal de la civilización. El sufrimiento y el temor al paso del tiempo también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han considerado superior al de otros de sus contemporáneos. En A mis hermanos muertos el 27 de noviembre(1872), publicado durante su destierro en España, Martí dedica sus versos a los estudiantes muertos en una masacre acaecida en aquella fecha.
Obra en prosa
Su única novela, Amistad funesta, también llamada Lucía Jérez y firmada con el pseudónimo de Adelaida Ral, fue publicada por entregas en el diario El Latino-Americano entre mayo y septiembre de 1885; aunque en su argumento predomina el tema amoroso, en esta obra de final trágico también aparecen elementos sociales. Entre sus obras dramáticas destacan Abdala (1869), drama simbólico en un acto y en octosílabos, La Adúltera (1873) y Amor con amor se paga (1875), también en verso y estrenado en México.

José Martí
La prosa de Martí se vio influida por la obra del norteamericano Ralph Waldo Emerson, para quien la palabra debía ser tan elocuente como poética e intensa dentro de un discurso sencillo y conciso. Era consciente, como acaso sólo lo fueron los modernistas inmediatamente posteriores a él, de todas las posibilidades del lenguaje, y consideraba que sus recursos estaban íntimamente ligados a las cualidades humanas del pueblo, que en última instancia era quien los inventaba.
Tanto la prosa como la poesía de Martí resultan inseparables de su biografía; él mismo declaró que eran parte indiscutible de su máxima preocupación, que no era otra que la política. Personalidad optimista, sus opiniones sobre el hombre, la poesía o la sociedad son aspectos que aparecen en sus obras al servicio de unas concepciones que tenían siempre al ser humano como centro. A largo plazo su objetivo era la mejora de la humanidad, pero a corto plazo lo era la liberación de Cuba, a la que dedicó todos sus esfuerzos.
Por ello, su producción en prosa fue en su mayor parte funcional, como sus ensayos sobre Bolívar, San Martín o el general Páez, en relación a los héroes del pasado, y sobre el general Gómez, Walt Whitman o Emerson entre los contemporáneos; en tales textos, que constituyeron lo mejor de su prosa, exaltó las cualidades de personajes que admiraba. Dentro de la primera edición de sus obras completas, el volumen titulado Norteamericanos reunió póstumamente sus estudios sobre figuras del norte; otros dos volúmenes, bajo el título Nuestra América, contienen los trabajos de Martí consagrados a estudiar aspectos de la vida, la cultura y la historia de la América hispana. En ellos expresó su mensaje americanista y resumió su precursora teoría de la debilidad de las naciones hispánicas, en las que existía un enorme abismo entre las clases dirigentes e intelectuales y el pueblo.
Cronista y crítico excepcional, hizo de muchos de sus textos auténticos ensayos, algunos de carácter revolucionario como El presidio político en Cuba (1871), reflejo de gran fuerza lírica de su condena a trabajos forzados en el que denuncia las penurias que sufrían los independentistas. Cabe destacar también La República Española ante la Revolución Cubana (1873) y Cuba y los Estados Unidos (1889), refutación de los ataques de la prensa norteamericana a los patriotas cubanos, así como El Manifiesto de Montecristi o su Diario de campaña.
También fundó una revista para niños, La Edad de Oro (1889), publicada en Nueva York y en la que aparecieron los cuentos Bebé y el señor Don PomposoNené traviesa y La muñeca negra. Íntegramente redactada por Martí, esta publicación muestra una serie de aspectos de su personalidad y constituye también una demostración de cómo supo anticiparse a muchas conquistas de la pedagogía moderna: una vez más, puso de relieve en esos escritos su preocupación por las normas de justicia y dignidad humanas, que debían cultivarse en el niño desde su más tierna edad.
José Martí colaboró a lo largo de su vida en innumerables publicaciones de distintos países, como La Revista VenezolanaLa Opinión Nacional de Caracas, La Nación de Buenos Aires o la Revista Universal de México. Sus Obras completas (que en la edición de 1963-1965 constan de veinticinco volúmenes) incluyen asimismo un nutrido epistolario (sus cartas, también reveladoras de su singular personalidad, han merecido excepcionales comentarios) y numerosos discursos, muchos de ellos dedicados a enardecer el sentimiento patriótico de los cubanos que radicaban como él en la emigración, llamándolos al esfuerzo común gracias al cual se lograría la independencia de la patria.





Cuando me puse a pensar



Cuando me puse a pensar 
La razón me dio a elegir 


Entre ser quien soy, o ir 
El ser ajeno a emprestar, 

Mas me dije: si el copiar 
Fuera ley, no nacería 
Hombre alguno, pues haría 


Lo que antes de él se ha hecho: 

Y dije, llamando al pecho, 
¡Sé quien eres, alma mía!?




Árbol de mi alma





Como un ave que cruza el aire claro 
Siento hacia mí venir tu pensamiento 


Y acá en mi corazón hacer su nido. 
Ábrese el alma en flor: tiemblan sus ramas 
Como los labios frescos de un mancebo 


En su primer abrazo a una hermosura: 
Cuchichean las hojas: tal parecen 
Lenguaraces obreras y envidiosas, 


A la doncella de la casa rica 
En preparar el tálamo ocupadas: 
Ancho es mi corazón, y es todo tuyo: 


Todo lo triste cabe en él, y todo 
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere! 
De hojas secas, y polvo, y derruidas 
Ramas lo limpio: bruño con cuidado 
Cada hoja, y los tallos: de las flores 


Los gusanos del pétalo comido 
Separo: oreo el césped en contorno 
Y a recibirte, oh pájaro sin mancha 
Apresto el corazón enajenado!





Tiene el alma del poeta







Tiene el alma del poeta 
Extrañeza singular: 



Si en su paso encuentra al hombre 
El poeta da en llorar. 



Con la voz de un niño tiembla, 
Es de amor, y al amor va— 



Un amor que no se estrecha 
En un límite carnal. 



La corteza corrompida 
El fruto corromperá. 



Del amor de hembra no fío 
Si su hoguera han de alumbrar 



El quemante sol de estío 
O el sol pálido autumnal: 

¡Primavera —primavera, 
Madre de felicidad!

Yugo y estrella





Cuando nací, sin sol, mi madre dijo: 
?Flor de mi seno, Homagno generoso 
De mí y del mundo copia suma, 
Pez que en ave y corcel y hombre se torna, 
Mira estas dos, que con dolor te brindo, 
Insignias de la vida: ve y escoge. 


Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza: 
Hace de manso buey, y como presta 
Servicio a los señores, duerme en paja 
Caliente, y tiene rica y ancha avena. 
Ésta, oh misterio que de mí naciste 
Cual la cumbre nació de la montaña 


Ésta, que alumbra y mata, es una estrella: 
Como que riega luz, los pecadores 
Huyen de quien la lleva, y en la vida, 
Cual un monstruo de crímenes cargado, 
Todo el que lleva luz se queda solo. 



Pero el hombre que al buey sin pena imita, 
Buey vuelve a ser, y en apagado bruto 
La escala universal de nuevo empieza. 
El que la estrella sin temor se ciñe, 
¡Como que crea, crece! 
Cuando al mundo 

Cultivo una rosa blanca



Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.


Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.





Isla Famosa




Aquí estoy, solo estoy, despedazado. 
Ruge el cielo: las nubes se aglomeran, 
Y aprietan, y ennegrecen, y desgajan: 



Los vapores del mar la roca ciñen: 
Sacra angustia y horror mis ojos comen: 



A qué, Naturaleza embravecida, 
A qué la estéril soledad en torno 
¿De quién de ansia de amor rebosa y muere? 
¿Dónde, Cristo sin cruz, los ojos pones? 
¿Dónde, oh sombra enemiga, dónde el ara 
Digna por fin de recibir mi frente? 
¿En pro de quién derramaré mi vida? 


?Rasgóse el velo; por un tajo ameno 
De claro azul, como en sus lienzos abre 
Entre mazos de sombra Díaz famoso, 
El hombre triste de la roca mira 



En lindo campo tropical, galanes 
Blancos, y Venus negras, de unas flores 
Fétidas y fangosas coronados: 
¡Danzando van: a cada giro nuevo 
Bajo los muelles pies la tierra cede! 



Y cuando en ancho beso los gastados 

Labios sin lustre ya, trémulos juntan, 
Sáltanles de los labios agoreras 
Aves tintas en hiel, aves de muerte.






Cuba nos unes

                                       


                                        Resultado de imagen para banderade cuba
Cuba nos une en extranjero suelo, 
Auras de Cuba nuestro amor desea: 
Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo, 
Cuba en tu libro mi palabra sea.


José Martí

La niña de Guatemala





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Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.


Eran de lirios los ramos;
y las orlas de seda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...


Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.


Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...


Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.


Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!...


Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.


Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.


Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.













jueves, 23 de abril de 2015

Caretas de la Patria: LA PATRIA AYER Y HOY.QUE TANTO HIEDE AHORA....

Caretas de la Patria: LA PATRIA AYER Y HOY.QUE TANTO HIEDE AHORA....:                                                              Danilo Correa                                 ...

miércoles, 22 de abril de 2015

Jacques Viaux:un poeta y combatiente entre dos Patria





Toda la isla para ti compañero.
Toda la tierra agridulce de los 
pueblos
Para ti compañero.

Todos los hombres,
Todas las mujeres,
Todos los niños de las patrias
Para ti compañero.

Derribado sobre el mundo
Entre la pólvora y los gritos,
Entre el llanto y los cantos
libérrimos.

Compañero,
La yerba y los terrones,
Los redondos álamos 
y los bosques,
La garganta de los ríos,
El clamor de los hombres, 
para cantarte.
Los brazos potentes del pueblo,
Para alzarte.
Las banderas de las islas
Para ondear tu sonrisa
Donde el amor derrota el tiempo.
Compañero,
La libertad desde ti,
Hacia nosotros,
En tus cantos y en tus huesos,
en tu corazón tranquilo
integrado al renacimiento,
a los hijos que vendrán
de las entrañas del pueblo.
Por siempre,
Compañero.



lunes, 20 de abril de 2015

San Carlos recordó los Comandos de Abril del 65

             FUENTE: http://vigilanteinformativo.com


San Carlos recordó los Comandos de Abril del 65


Por Genris García

GALERIA DE FOTOS. SANTO DOMINGO.- Este domingo, en la barriada de San Carlos se escuchaba el tableteo de las ametralladoras y los fusiles ligeros de soldados improvisados, que defendían la Patria del invasor y de los criollos que se fueron de aquel lado del puente Duarte.

Los noveles combatientes del 65, ahora con su cabezas canas, remembraron los combates de cada noche en los 7 comandos que estaban más próximo a la casa presidencial, dónde dos años antes malograron la constitucionalidad, con el derrocamiento del profesor Juan Bosch, primer presidente electo democráticamente, tras la caída de la dictadura.

Allí estaban los del comando San Carlos, de La Avanzada A, 30 de marzo, Brasil, Francisco del Rosario Sánchez (Los Rolitas), Los Ases Negros y Libertador.

Desde que empezó a despuntar el sol en el horizonte comenzaron a llegar, como soldados a las trincheras, los primeros combatientes de la Patria quienes llegaban con sus pechos erguidos, sus frentes en alto y con el orgullo rebosante de aquellas batallas, que ahora recrearían entre sus camaradas de ayer y generaciones de hoy.

Las palomas revoloteaban  el parque San Carlos, el mismo que los disparos de abril levantaron aleros de sus viviendas y espantaron los perros.

Los actos de los San carleños, organizados por el Comité Patriótico “Francisco Alberto Caamaño Deñó” junto a la Comisión Coordinadora de esta barriada, cuyos habitantes tuvieron una destacada participación en este gesta histórica, iniciaron con el Himno Nacional.  La bandera dominicana, que nunca bajan de su asta en el centro del parque y que guarda mil historias, la sentían tan alta, que parecía el mismo Dios podía tocarla con sus manos piadosas.

No podían quedarse las estrofas que llaman a “a luchar … a los soldados valientes… porque empezó la Revolución” momento que provocó los pelos se erizaran en las pieles arrugadas de los muchachos de antes… y de ahora.

En el templo, repleto de parroquianos llegados para la ocasión, todos respondían al llamado de la Patria, para recordar el mayor acontecimiento histórico del siglo pasado y que marcó el inicio del proceso de democratización de la República Dominicana. Rafael Porro, del comando San Carlos, agradeció a los comandantes presentes, a los estudiantes y visitantes.  

Pidió, que así como se importantiza el 27 de Febrero también se haga con el 24 de Abril y exhortó a los jóvenes presentes a ser el relevo de quienes hoy están dando el testimonio, para que en el futuro “sean ustedes los propios protagonistas”. En su invocación pidió a Dios que recibiera a los muertos de Abril en su seno… que extendiera su manto sobre los hombres de bien que mantiene la patria dominicana.

Muy próximo a su puerta principal colocaron la trinchera de Abril, con una 50 apuntando al Palacio Nacional, al igual que en el año 65, cuando todos buscaban tomar el espacio de donde fue desalojado el Presidente Juan Bosch, por las botas conspiradoras de los golpistas del 63 y por las tropas invasoras norteamericanas del 65.

Jesús de la Rosa, uno de los comandantes del barrio San Carlos habló a nombre de sus compañeros y destacó el arrojo de cada hombre y mujer que tomaron lo primero que encontraban a su paso, para defender la constitucionalidad malograda.

Marino Santana tuvo a cargo la lectura de la proclama de San Carlos escrita por el poeta nacional y del barrio, Tony Raful y que recoge el sentimiento de los combatientes de todo el barrio.
“En el 50 aniversario de la gloriosa gesta del 24 de abril de 1965, evocamos en el recuerdo histórico, la jornada de lucha democrática del pueblo dominicano por sus libertades y sus derechos sociales consignados en la Constitución del 29 de abril de 1963, garantía de sus reivindicaciones económicas y políticas, la más avanzada reforma constitucional de nuestra vida republicada”, subrayó Santana.

Luego hizo hincapiés “ante la agresión del poder imperial se organizó en comandos, unidades de combate integradas por militares y civiles, unidos en la tarea de defender las conquistas democráticas y resistir al invasor extranjero…”.

Destacó que los barrios en armas constituyeron una barrera infranqueable de defensa de los principios de la Constitución del 63 y de la dignidad y la soberanía nacional.

“!Un pueblo sin memoria histórica no merece existir! San Carlos se cubrió de gloria en la lucha por el retorno a la constitucionalidad, por la defensa de la soberanía nacional, dijo presente para siempre, para la historia y las luchas del porvenir”, subrayó Marino.

Luego habló Miguelina Crespo, en representación del Comité Organizador de los actos, quien destacó la importancia de estas iniciativas para educar las nuevas generaciones, rendir tributo y no olvidar a quienes sacrificaron sus vidas en la guerra patria.
Igualmente, dio a conocer el programa de actividades previstas para la conmemoración del 50 aniversario de Abril de 1965 y llamó a la Caminata de este 24 de abril que partirá desde la Plaza de la Constitución –Fortaleza Ozama- hasta el cementerio de la avenida Independencia.

Tras los discursos ingresaron varios comandos, los de los artistas, que con sus buenas artes remembraron los combates y el impacto de esta epopeya popular. Jornada pictórica con temas alusivos a la guerra de Abril, cuyos autores dejaron ver con sus pinceles los colores de la primavera hecha patria.
Francisco Muñiz (combatiente en Villa Francisca) y María del Carmen Ramírez, estuvieron a cargo de la jornada artístico-cultural.
Interpretaciones de los cantautores Virna García y Dioni Díaz, el monólogo “Amor en tiempo de Guerra” de Dinorah Coronado, la actuación de Nieves García y la dirección de María del Carmen Ramírez elevaron el espíritu patrio.
Por igual, la lectura dramática de uno de los discursos del Coronel Francisco Alberto Caamaño, a cargo de Margaret Sosa, directora del teatro Otoño, de Santo Domingo Este, muestra de la integración lograda en este acto unitario.

Jorge Puello (Jorgito), tuvo a cargo de una actuación dramática que golpeó el pecho de la concurrencia, con el teatro Infantil del Club Enriquillo, mientras el declamador de poesía negroide, Tirso Medrano, sacudió con un poema de su autoría, sobre los Héroes Anónimos, de aquellos que yacen en una tumba sin nombres en el cementerio de la avenida Independencia.
Pedro Veras, de la UASD, fue el responsable de la participación artística.

Los disparos de Abril de 1965 se cambiaron por canciones que en cada rincón se dejaban escuchar y trasladaban a los parroquianos a las Trincheras del Honor.
Allí estaban el coronel Caamaño y Monte Arache y algunos muchachos con fusiles ligeros agachándose de las balas enemigas. Quienes les acompañaron se detenían en sus imágenes a recordar esos momentos, y los que no, parecían querer estar allí.

Luego, cuando la tarde se hizo adulta se reunieron bajo una carpa blanca, combatientes y algunos comandantes a testimoniar sus acciones y vivencias.

Como el primer soldado, que los años y los achaques de la edad acorralan, allí estaba Jorge Puello Soriano (El Men), de quien algunos recordaron como instructor militar en la escuela Argentina, quien copó la atención especial de los y las presentes.

Ana Marina Hernández Paulino, quien ya pasa los 80 años, revivió cuando le tocó recoger un cadáver sin cabeza en las cercanías del puente Duarte, mientras Montes Arache, el líder de los Hombres Rana, al verla congelada, le indicó “aquí está la cabeza”… Para agregar en seguida “Revisen los bolsillos para identificar cada muerto y tomen sus armas para que otros combatan”

Félix “La Navaja”, llegó desde la Sultana del Este, para testimoniar que la leyenda de que a los gringos no le entraban balas, se le acabó cuando les metieron tiros en la calle Salcedo y perforaron sus chalecos, que les parecían hacerles inmunes a las balas dominicanas.

Marino Santana contó sobre la clave o “santo y seña” que permitía movilizarse en la zona constitucionalista al caer la noche, cuando las luces se apagaban y solo los combatientes se deslizaban en sus callejuelas con olor a pólvora. Despertó interés cuando a un transeúnte le pidieron “el santo y la seña” y guardó silencio. “No tiren! Yo soy Domingo El Loco”, reaccionó el espantado caminante.

Recordó que un francotirador norteamericano, desde el Palacio Nacional se especializaba en asesinar a niños y mujeres que osaban caminar por la calle Julio Verne y otras calles aledañas.

Destacó la diferencia en el sector Constitucionalista, donde cuando era apresado cualquier persona extraña o soldado interventor, era entregado al Comando Central Constitucionalista. Por el contrario, cuando ellos entraban del otro lado, controlado por el CEFA, eran fusilados sin contemplación.

Luego de los debates, historias contadas, anécdotas y algunas falsos testimonios, César Carrasco, quien militó en la Línea Roja y fundador del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), pidió la palabra a Miguelina Crespo para preguntar:
“Esas fueron las experiencias del pasado y del presenté qué? 

Provocando el debate esperado con los momentos actuales.
Carrasco no fue un combatiente de abril, pero lo ha hecho en otras trincheras. Confiesa que fue el único testigo de la muerte del comandante Pichirilo. Otro héroe anónimo de la pos guerra, como tantos otros participantes de Abril.

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martes, 14 de abril de 2015

El rostro noble de la Patria

Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño
Héroe de la Patria immortal

AIRE DURANDO



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¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?

Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja...

Este sudor ... ¿Por quién muere?
¿Por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!

Hay muertos que van subiendo
Cuanto más su ataúd baja...

¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?
Hay muertos como raíces
que hundidas... dan fruto al ala.

¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?

Hay muertos que van subiendo

cuanto más su ataúd baja...


Autor:
Manuel del Cabral

Poematica del tiempo